Mastodon Málaga y sus historias: higiene
Mostrando entradas con la etiqueta higiene. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta higiene. Mostrar todas las entradas

jueves, 25 de septiembre de 2025

La desaparición de los baños públicos

De los numerosos baños que existían en la Málaga musulmana, casi todos fueron entregados tras la conquista cristiana a la Iglesia. Por este motivo, muchos de ellos quedaron integrados en los conventos que se fueron fundando en la ciudad.


Excavación de los baños bajo el Museo Picasso.


Por ejemplo, había baños en el actual Pasaje de Heredia y a la entrada de la actual calle de Olózaga, junto al Mercado de Atarazanas, siendo este último derribado en 1880, aunque se conoce su estructura gracias a un plano que se levantó antes de su demolición para poder abrir dicha calle. Las excavaciones realizadas en el Museo Picasso de Málaga sacaron a la luz los restos de un hammam musulmán, del cual se ha documentado parte de la zona húmeda. Este hallazgo ayuda a comprender mejor el urbanismo de la medina musulmana de Málaga. Por cierto, el “Hammam Al Ándalus” de la Plaza de los Mártires son una recreación contemporánea para uso termal; no son un ḥammam medieval conservado.

En Al-Andalus, los ḥammam eran equipamientos públicos ligados tanto a la higiene como a la sociabilidad y, en parte, a la vida religiosa, por las abluciones. Solían organizarse en salas fría-templada-caliente, con hipocausto (calefacción subterránea), caldera y estancias abovedadas. Este esquema está bien documentado a nivel de toda Andalucía. En la provincia de Málaga, los Baños Árabes de Ronda están entre los mejor conservados de la Península, útiles para imaginar cómo serían los malagueños.


jueves, 11 de enero de 2024

Los jabones malagueños

 

Durante el siglo XIX, la industria jabonera en Málaga experimentó un notable crecimiento y desarrollo. La provincia de Málaga, con su acceso a materias primas como el aceite vegetal y el sebo animal, se convirtió en un centro importante para la fabricación de jabón.


Trabajadores fabricando jabón. Foto: Arenas.


La producción de jabón en esa época se basaba principalmente en métodos tradicionales, utilizando ingredientes naturales como aceites vegetales, grasas animales y sosa cáustica. Estos ingredientes eran abundantes en la provincia, lo que impulsó el florecimiento de fábricas de jabón. Resaltar que la sosa, hasta finales del XVIII, se fabricaba a partir de una planta mediterránea denominada barrilla y desde 1820 se obtiene con sal común y ácido sulfúrico.

Las fábricas de jabón eran el principal subsector de la industria química. Su moderna tecnología colocó a Málaga como primera productora nacional a mediados del XIX. Abastecían el mercado nacional e iberoamericano. En 1830 había 18 fábricas de jabón fabricado con barrilla en la capital malagueña. La mitad de ellas eran propiedad de destacadas familias como los Reboul, Heredia, Giró y Larios.

La exportación de los jabones a otros países contribuyó significativamente a la economía local y al desarrollo industrial de la región y el auge de esa industria jabonera no solo trajo beneficios económicos, sino que también generó empleo. Esta industria continuó evolucionando a lo largo del siglo XIX, adaptándose a cambios en la demanda y la tecnología disponible en esa época.

Por citar un sólo ejemplo, Manuel Agustín Heredia compró en 1830 a Guillermo Reboul su fábrica de la calle Cuarteles, convirtiéndose más tarde en el mayor fabricante de jabón de España, y Málaga en la primera provincia productora.

Pero el sector sufrió una profunda crisis a finales del XIX, debida fundamentalmente a la competencia del jabón de Marsella, más barato y de mejor calidad que el malagueño, lo que provocó el cierre en cascada de empresas hasta los primeros años del siglo pasado.

Como dato más que anecdótico señalar que, la abundante producción de jabón y su bajo costo supuso una reducción significativa de la tasa de mortalidad en el XIX.

miércoles, 12 de agosto de 2020

Congreso Provincial de Higiene


La miseria que la falta de trabajo impone a las clases más pobres de Málaga, unida a las precariedades sanitarias de principio de siglo que disparan el índice de mortalidad, conduce a la celebración en Málaga, entre el 16 y 19 de agosto del año 1906, de un Congreso Provincial de Higiene, que tuvo lugar en el Teatro Cervantes.

Sala del Hospital Civil.
En su organización participan activamente higienistas malagueños como Juan Rosado, Francisco Rivera Valentín y los hermanos Antonio y Francisco de Linares Enríquez. También hay que destacar la presencia del prestigioso médico malagueño Luis Encina Candebat, que fue alcalde de Málaga, del que se publicó su ponencia sobre "Reformas higiénicas de la población".

Se trataba de un proyecto de bases para un reglamento de higiene municipal, donde trataba problemas acuciantes de la ciudad como abastecimiento de aguas, cementerios, matadero, escuelas,

Las principales conclusiones del encuentro dan prioridad a la necesidad de erradicar la propagación de enfermedades infecciosas y al abastecimiento de subsistencias.

Otros objetivos planteados en el congreso fueron la creación de un comité para la mejora del estado higiénico; la mejora de los servicios de desinfección, para lo que se crearán hospitales de aislamiento; la persecución de la venta de bebidas alcohólicas adulteradas o peligrosas; reducción del analfabetismo y erradicación de la mendicidad, así como el correccional para delincuentes jóvenes.

lunes, 19 de agosto de 2019

Epidemia de tifus

En abril  de 1941 se admite la existencia de un brote de tifus exantemático, aunque ya venían produciéndose casos desde 1939.

Un corralón malagueño en 1941.
El incremento significativo de población junto a la falta de abastecimiento e higiene agravan las consecuencias de esta epidemia, negada por las autoridades, pero ante la que se adopta una estrategia represiva, reclusión de personas sucias y evacuación de mendigos con el anuncio de multas a quienes les ayuden. Entretanto, el estricto control de abastecimientos impide la llegada de jabón.

Esta política no sanitaria, sino de orden público, favorece que entre abril y julio aumente la mortandad en Málaga en 1.619 casos. En la segunda mitad del año el Ayuntamiento afronta el problema con mayor rigor, habilita un hospital de infecciosos, crea una estación de desinsectación y limpieza, en donde se facilita ropa limpia a quienes acuden, desinfecta el transporte público y suspende la Feria de Agosto, corrigiendo el error cometido con las aglomeraciones de Semana Santa.

En septiembre se decreta el final de la epidemia aunque todavía se producirán nuevos brotes en los dos años siguientes.