De los numerosos baños que existían en la Málaga musulmana, casi todos fueron entregados tras la conquista cristiana a la Iglesia. Por este motivo, muchos de ellos quedaron integrados en los conventos que se fueron fundando en la ciudad.
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Excavación de los baños bajo el Museo Picasso. |
Por ejemplo, había baños en el actual Pasaje de Heredia y a la entrada de la actual calle de Olózaga, junto al Mercado de Atarazanas, siendo este último derribado en 1880, aunque se conoce su estructura gracias a un plano que se levantó antes de su demolición para poder abrir dicha calle. Las excavaciones realizadas en el Museo Picasso de Málaga sacaron a la luz los restos de un hammam musulmán, del cual se ha documentado parte de la zona húmeda. Este hallazgo ayuda a comprender mejor el urbanismo de la medina musulmana de Málaga. Por cierto, el “Hammam Al Ándalus” de la Plaza de los Mártires son una recreación contemporánea para uso termal; no son un ḥammam medieval conservado.
En Al-Andalus, los ḥammam eran equipamientos públicos ligados tanto a la higiene como a la sociabilidad y, en parte, a la vida religiosa, por las abluciones. Solían organizarse en salas fría-templada-caliente, con hipocausto (calefacción subterránea), caldera y estancias abovedadas. Este esquema está bien documentado a nivel de toda Andalucía. En la provincia de Málaga, los Baños Árabes de Ronda están entre los mejor conservados de la Península, útiles para imaginar cómo serían los malagueños.
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