Mastodon Málaga y sus historias: mecenas
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martes, 14 de junio de 2022

De benefactora a empresaria

 En el afán de rescatar la memoria de mujeres que ocuparon un papel destacado en la Historia de Málaga se encuentran personajes que han pasado casi desapercibidos e ignorados por la mayoría de los ciudadanos. Es el caso de Isabel de Heredia y Livermore que destacó como una gran benefactora pero que después demostró que era una gran empresaria al verse obligada a administrar la fortuna de su padre.


Panteón de los Heredia. Cementerio de San Miguel.


Isabel de Heredia y Livermore, condesa de Zaldívar nació en Málaga el 5 de julio de 1814 y falleció en Biarritz (Francia) el 13 de agosto de 1889. Era la hija primogénita de Manuel Agustín Heredia Martínez, principal motor de la industrialización de Málaga durante la década de 1830, y de Isabel Livermore Salas, malagueña de origen irlandés.

Se educó en París en el colegio Les Oiseaux, junto con su hermana Concepción. Cuando estudiaba allí, conoció a José Hurtado de Zaldívar y Fernández de Villavicencio, IV conde de Zaldívar, marqués de Villavieja y vizconde de Portocarrero, con quien contrajo matrimonio en Madrid el 26 de enero de 1841. El matrimonio tuvo 6 hijos, los 3 primeros murieron de niños.

En 1843 fue designada dama noble de la Orden de la reina María Luisa y de esa fecha data su retrato que se exhibe en el castillo de las Cortes en Tudela (Navarra). Ingresó en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País en 1850, en 1856 fundó, junto a la marquesa de Malpica, la Casa de Misericordia de Santa Isabel y fue nombrada IX presidenta de la Junta de Damas de Honor y Mérito de la Real Sociedad a la que pertenecía en 1867. Fue asimismo presidenta de la Inclusa y de la Casa de Misericordia de San Ildefonso.

Cuando falleció su padre, administró su fortuna y compró varias fincas en Madrid. Fue sepultada en el panteón de los Heredia, en el cementerio de San Miguel de Málaga.


Fuente documental: Isabel de Heredia y Livermore. Covadonga de Quintana Bermúdez de la Puente. Real Academia de la Historia 

jueves, 27 de septiembre de 2018

El Teatro-Escuela ARA

La gran afición al teatro de Ángeles Rubio Argüelles Alessandri  hizo que se convirtiera en una auténtica mecenas de las artes escénicas de Málaga. El 27 de diciembre de 1962 inaugura el Teatro-Escuela ARA, en el Paseo de Reding.

Tres años antes había creado la compañía de teatro ARA, y organizado el primer Festival Greco-Latino de Teatro, que se celebraba en el Teatro Romano y que llegó a alcanzar 25 ediciones.
En la compañía ARA se forman e inician su carrera muchos actores. Por sus manos docentes pasaron Antonio Banderas, Raúl Sénder, Fiorella Faltoyano, Tito Valverde, María Barranco o Antonio Meliveo, así como una parte de los profesores de la Escuela de Arte Dramático de Málaga, además de una extensa lista de artistas agradecidos a sus más de 20 años de entrega como mecenas de la profesión en una ciudad de provincias, convertida en apéndice de la vanguardia teatral.

Chencho Ortíz portando un retrato de Ángeles Rubio. Foto: Málaga Hoy.
Nacida en 1906, Ángeles Rubio contrae matrimonio con el escritor Edgar Neville en 1925, lo que la conectó con el círculo más selecto de la intelectualidad española de la época. Falleció en una clínica de Torremolinos en 1984, a los 77 años, y sus restos mortales recibieron sepultura en el cementerio de Benalmádena. Un año después el Ayuntamiento de Málaga le concedió, a título póstumo, la medalla de oro de la ciudad.

En noviembre de 2008, el diario Málaga Hoy en una información titulada El teatro de Málaga tuvo nombre de mujer, firmada por Rocío Armas, daba cuenta de la publicación del libro de Jesús García de Dueñas, Ángeles Rubio-Argüelles , una dama del teatro, autor que explicaba que "era una mujer muy conocedora del teatro, relacionada con los directores, culta y muy entusiasta", para añadir que a medida que iba contactando con personalidades cercanas a la dramaturga y consultando hemeroteca, constataba la "profunda admiración y respeto" con el que se trataba cualquier iniciativa emprendida por Rubio Argüelles. "Hizo una labor encomiable en unos años muy difíciles".

Para el actor y director teatral Chencho Ortiz, Angelita, como se la llamaba en su círculo, fue mucho más que una promotora teatral. Trabajó mano a mano con ella en la mayoría de sus montajes, compartió los últimos años de su vida y heredó tras su muerte parte de su patrimonio artístico: vestuario, un centenar de libros, y la historia en legajos del Teatro ARA, que donó al Ayuntamiento cuando, en un principio, se pensó llamar a la actual sala Rossini del Teatro Cervantes sala Ángeles Rubio Argüelles.

En el mismo trabajo de Málaga Hoy, Chencho Ortiz evocaba la figura de Ángela, diciendo que "solía llamar a Málaga la sorda porque decía que no atendía lo que se hacía en la ciudad. Ella pudo mantener toda la actividad teatral en pie porque la pagaba de su bolsillo".

Su privilegiada posición le acercó a Lorca, Falla, Ortega y Gasset, Valle Inclán, Baroja y Mihura. "Era amiga de los autores del momento y consiguió que vinieran a Málaga casi simultáneamente a los estrenos de Madrid", recuerda también el actor Óscar Romero, ex director del Teatro ARA.