Mastodon Málaga y sus historias: La desbandá

jueves, 24 de octubre de 2019

La desbandá

El 8 de febrero de 1937 se inicia uno de los episodios más cruentos de la guerra civil. En torno a 30.000 refugiados llegados de otras provincias y más de 100.000 malagueños inician el éxodo hacia Almería ante la inminente entrada en Málaga de las tropas franquistas.

Una imagen de la huída por la carretera Málaga-Almería.

La población se ve influida por los testimonios de los refugiados, que cuentan las represalias falangistas y los saqueos, además de las amenazas que Queipo de Llano hace por la radio: "¡Malagueños!  Me dirijo en primer lugar a los milicianos engañados. Vuestra suerte está echada y habéis perdido. Un círculo de hierro os ahogará en breves horas; porque si por tierra y aire somos más fuertes, la escuadra leal a la dignidad de la Patria os quitará toda esperanza de huida".

Se habla de entre 3.000 y 5.000 muertos, en cualquier caso son muchos los que mueren en la huida a causa de los bombardeos de la aviación y de los buques 'Cervera' y 'Baleares', así como por la falta de alimentos y de agua.

La huida de miles de malagueños a través de la carretera de Málaga a Almería, la llamada desbandá, está consideraba como una de las represiones más duras ocurridas desde la toma de Badajoz en agosto de 1936. Esta se desarrolló bajo la estela de los 2.500 muertos que se habían producido durante los primeros meses de la guerra, así como la destrucción de iglesias y el saqueo de las viviendas de la burguesía y la aristocracia malagueñas. 

En la ciudad quedaron miles de simpatizantes republicanos y militantes de izquierda. Algunos de ellos fueron fusilados de inmediato, y el resto fueron encarcelados, pero por poco tiempo. 
El historiador Hugh Thomas afirma que durante la primera semana tras la conquista de la ciudad fueron asesinadas unas 4.000 personas.  A día de hoy se sabe que esta cifra no es exagerada y que incluso podría ser mucho mayor, ya que en 2010 había confirmadas más de 3.600 ejecutados en las fosas de los cementerios de Málaga.

 Muchas de las víctimas fueron fusiladas en las playas sin juicio previo, y otras lo fueron tras brevísimos juicios a cargo del consejo de guerra recién establecido tras la conquista de la ciudad. Thomas habla de «escenas dantescas en los cementerios por el profanamiento de tumbas republicanas por parte de falangistas y beatas».

El hecho de que numerosas personalidades republicanas hubieran huido de la ciudad por la carretera de Almería no fue un problema para las nuevas autoridades, pues las represalias también alcanzaron a sus familiares que se habían quedado en Málaga. Uno de los fiscales de Málaga encargados de los procesos sumarísimos fue Carlos Arias Navarro, por entonces un joven abogado que había pasado seis meses en la cárcel de la ciudad.

En cualquier caso, un dramático hecho histórico, sobre el que se sigue investigando en la actualidad al amparo de la aplicación de la ley de Memoria Histórica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario