Mastodon Málaga y sus historias: Queipo de Llano
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viernes, 6 de noviembre de 2020

Fracasa el golpe de 1936

 

Durante los primeros días de julio el general Queipo de Llano visita Málaga para preparar la sublevación militar, de la que informa al general Francisco Patxot, que e estaba al mando de la 4.ª Brigada de Infantería de la Segunda División Orgánica, con sede en Málaga. El 18 de julio algunos militares contrarios al gobierno de la República se dirigen al Gobierno Militar y proclaman, por orden de Queipo, el estado de guerra.


El general Queipo de Llano.


Del Cuartel de Capuchinos salen las tropas al mando del capitán Huelin, el principal instigador de la sublevación en Málaga. El objetivo era tomar la sede del Gobierno Civil, donde el gobernador Fernández Vega se niega a la rendición que le propone el general Patxot, a pesar de la amenaza de bombardear el edificio.


Mientras tanto en la ciudad el Frente Popular se organiza con el apoyo de los guardias de asalto y comienzan los enfrentamientos con el ejercito sublevado. El día 19 la Guardia de Asalto detiene a los oficiales rebeldes, entre ellos al capitán Huelin, que semanas después era fusilado.


Los incidentes en la calle se precipitaron de inmediato, los periódicos derechistas "La Unión Mercantil" y el "Diario de Málaga" fueron saqueados y destrozados, así como las viviendas de significados dirigentes de la derecha, entre ellas la casa de los marqueses de Larios, en lo que sería el preludio de una fuerte represión republicana.


La guerra civil española en Málaga tuvo unos siete meses de duración, desde el 18 de julio de 1936 hasta el 8 de febrero de 1937, cuando la ciudad es tomada por las tropas sublevadas. El golpe de Estado en España de julio de 1936 fracasó y Málaga se convirtió hasta su toma en uno de los frentes de la guerra, junto a Madrid, Aragón y el Frente Norte (Asturias, Cantabria y País Vasco).


El triunfo del Frente Popular en las elecciones de 1936 provocó en Málaga como en el resto de España un clima violento, con los asesinatos del falangista Antonio Díaz Molina, el concejal comunista Andrés Rodríguez, el socialista y presidente de la Diputación Antonio Román, el militante de la FAI Miguel Ortiz, y un militante de la CNT. Todo este clima de agresividad sirvió de justificación política del golpe.


El fracaso del golpe en Málaga estuvo causado por la indecisión del general Patxot ante la previsible resistencia obrera. El capitán Huelin y el teniente Segalerva sacaron las tropas a las calles como estaba previsto, siendo incapaces de llegar al Gobierno Civil, fuertemente defendido por las fuerzas de asalto. Las tropas sublevadas fueron retiradas la misma madrugada del día 19 de julio.


La organización de la defensa de la ciudad se vería condicionada por el encarcelamiento de mayoría de los oficiales del ejército. La muchedumbre comenzó a asaltar las propiedades de la burguesías y las clases altas malagueñas. Luego vendría la represión por parte de los golpistas mediante constantes bombardeos y el miedo a la intervención del ejército de África.

jueves, 24 de octubre de 2019

La desbandá

El 8 de febrero de 1937 se inicia uno de los episodios más cruentos de la guerra civil. En torno a 30.000 refugiados llegados de otras provincias y más de 100.000 malagueños inician el éxodo hacia Almería ante la inminente entrada en Málaga de las tropas franquistas.

Una imagen de la huída por la carretera Málaga-Almería.

La población se ve influida por los testimonios de los refugiados, que cuentan las represalias falangistas y los saqueos, además de las amenazas que Queipo de Llano hace por la radio: "¡Malagueños!  Me dirijo en primer lugar a los milicianos engañados. Vuestra suerte está echada y habéis perdido. Un círculo de hierro os ahogará en breves horas; porque si por tierra y aire somos más fuertes, la escuadra leal a la dignidad de la Patria os quitará toda esperanza de huida".

Se habla de entre 3.000 y 5.000 muertos, en cualquier caso son muchos los que mueren en la huida a causa de los bombardeos de la aviación y de los buques 'Cervera' y 'Baleares', así como por la falta de alimentos y de agua.

La huida de miles de malagueños a través de la carretera de Málaga a Almería, la llamada desbandá, está consideraba como una de las represiones más duras ocurridas desde la toma de Badajoz en agosto de 1936. Esta se desarrolló bajo la estela de los 2.500 muertos que se habían producido durante los primeros meses de la guerra, así como la destrucción de iglesias y el saqueo de las viviendas de la burguesía y la aristocracia malagueñas. 

En la ciudad quedaron miles de simpatizantes republicanos y militantes de izquierda. Algunos de ellos fueron fusilados de inmediato, y el resto fueron encarcelados, pero por poco tiempo. 
El historiador Hugh Thomas afirma que durante la primera semana tras la conquista de la ciudad fueron asesinadas unas 4.000 personas.  A día de hoy se sabe que esta cifra no es exagerada y que incluso podría ser mucho mayor, ya que en 2010 había confirmadas más de 3.600 ejecutados en las fosas de los cementerios de Málaga.

 Muchas de las víctimas fueron fusiladas en las playas sin juicio previo, y otras lo fueron tras brevísimos juicios a cargo del consejo de guerra recién establecido tras la conquista de la ciudad. Thomas habla de «escenas dantescas en los cementerios por el profanamiento de tumbas republicanas por parte de falangistas y beatas».

El hecho de que numerosas personalidades republicanas hubieran huido de la ciudad por la carretera de Almería no fue un problema para las nuevas autoridades, pues las represalias también alcanzaron a sus familiares que se habían quedado en Málaga. Uno de los fiscales de Málaga encargados de los procesos sumarísimos fue Carlos Arias Navarro, por entonces un joven abogado que había pasado seis meses en la cárcel de la ciudad.

En cualquier caso, un dramático hecho histórico, sobre el que se sigue investigando en la actualidad al amparo de la aplicación de la ley de Memoria Histórica.

viernes, 18 de octubre de 2019

Atentado contra los hermanos 'Algabeño'

Un ejemplo claro de la violencia que sacudió a Málaga en los años que preceden a la guerra civil es el atentado a los hermanos "Algabeño", destacados derechistas y colaboradores de Queipo de Llano, que habían recibidos amenazas para que no vinieran a la ciudad.

El Algabeño.
El día 11 de marzo de 1934 el rejoneador José García Carranza "Algabeño" y su hermano Pedro Luis, al regresar de la plaza de toros después de la corrida, fueron tiroteados a la entrada del Hotel Caleta. Los dos hermanos y el chófer del coche que los conducía resultaron heridos.

Los pistoleros huyeron en un auto que robaron en el Camino Nuevo y que abandonaron después en el Campillo. Fueron detenidos y condenados a 14 años de cárcel.

José Carranza, que era un conocido terrateniente, se significó además por su ideología fascista. Hombre de acción, temperamento violento y maneras intimidatorias, estuvo involucrado con Manuel Díaz Criado y otros ultraderechistas sevillanos en la muerte de cuatro obreros en el Parque de María Luisa de Sevilla la madrugada del 22-23 de julio de 1931, hecho conocido como «el incidente de la ley de fugas».

El cortijo familiar «El Alamillo», entre La Algaba y Sevilla fue incendiado en la represalia popular consecutiva.​ Consocio del Aeroclub y contertulio del bar Sport, el 13 de agosto de 1932 fue encarcelado por haber insultado en público al alcalde y los concejales democráticos de Sevilla durante La Sanjurjada.

Existe cierta confusión y polémica con la biografía de José García Carranza "Algabeño", ya que su padre era también torero de profesión, y además profesaba ideas fascistas.