Mastodon Málaga y sus historias: Real Maestranza
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lunes, 28 de marzo de 2022

José Bonaparte en Ronda

 

El día 28 de febrero de 1810 visita Ronda el rey José Bonaparte, un personaje que nunca fue bien tratado por la Historia. José I, más conocido en España por alias despectivos como Pepe Botella o Pepe Plazuelas, no era sin embargo ni alcohólico, ni tuerto ni jorobado, como aseguraban las leyendas de la época. Accedió al trono de España por imposición de su hermano, el emperador Napoleón, tras el vacío de poder y el caos dejado tras la abdicación de Fernando VII, convencido de que, como ya había sucedido con la rama de los borbones que sucedió a los habsburgo, una monarquía extranjera podría dar un nuevo impulso al país. El efímero reinado del rey José I estuvo marcado por el odio de su pueblo y el menosprecio de su hermano menor, a quien él reverenciaba.


José Bonaparte.


José I parte de Madrid en enero de 1810. Le acompañan entre civiles y militares mas de 6.000 personas. Deseaba conocer de primera mano todo lo que le habían contado de Andalucía. Sus paisajes, sus leyendas y sus gentes, con el objetivo de no ser visto no como un rey invasor, sino mas bien, como alguien que traía cultura y prosperidad, en definitiva, progreso.

Este viaje también significaría un antes y un después para Andalucía, ya que iba acompañado de un séquito de más de 400 altos funcionarios de la administración, Las ciudades de Córdoba, Sevilla, Jerez, El Puerto de Santa María, Chiclana, Rota, Sanlúcar, Arcos, Ronda, Málaga, Antequera, Granada, Martos y Jaén recibieron al nuevo rey con un auténtico clamor popular, nunca antes suscitado en torno a su figura que contrasta con la imagen negativa del monarca que ha llegado hasta la actualidad.

Tras una penosa marcha, llegaron a la Ciudad del Tajo, un 28 de febrero, donde establecieron su cuartel general. Al igual que en otras ciudades, el rey Intruso lllegó escoltado por la Guardia Real y la de Honor de Sevilla. Una representación del Ayuntamiento salió a recibir a la comitiva real y a ofrecerle los primeros homenajes institucionales. El municipio, presidido por el corregidor, junto con el clero, los regidores, una representación militar y los prohombres rondeños, rindió la pleitesía acostumbrada. Una vez en la Casa Consistorial, las autoridades prestaron el juramento de fidelidad y obediencia a José Bonaparte y a la Constitución. Las calles se engalanaron para el recibimiento y los balcones amanecieron adornados con colgaduras. Los vecinos se agolparon ante la comitiva real para manifestar su adhesión entre vivas y aclamaciones.

La Real Maestranza invitó al monarca a presenciar una corrida de toros en el coso rondeño, pero como este había accedido al trono de manera irregular y en consecuencia, en total desacuerdo con los maestrantes, estos, la noche anterior al evento, desmantelaron totalmente el palco real aduciendo que se hallaba en obras, obligando por tanto al rey a presenciar la corrida en un palco sin distinción alguna.

El rey José I, acompañado por su séquito, permaneció en Ronda tres días, del 28 de febrero al 2 de marzo, quedando alojado en la mansión de José de Moctezuma y Rojas, antiguo brigadier y teniente hermano mayor de la Real Maestrazna, de casi 80 años de edad. Esta casa palacio alberga hoy el museo Joaquín Peinado y el conservatorio Ramón Corrales. Durante su estancia en Ronda, José I mantuvo audiencias con las corporaciones locales y asistió a funciones religiosas en la parroquia de Santa María la Mayor.

Incluso algunos de sus más acérrimos enemigos, como fue el conde de Toreno, reconocieron en José bonaparte un trato agradable y una cierta bondad en sus actitudes. A pesar de las críticas y la animadversión hacia su persona, salvó algunas vidas y evitó desgracias en Ronda. Gracias a su intervención, se indultó a fray Miguel González, Antonio García y a dos vecinos de Atajate, condenados a la horca por patriotas.

lunes, 22 de marzo de 2021

Fastos en Málaga por el regreso de Fernando VII

 

El 29 de mayo de 1814, a la una de la madrugada llegó a Málaga la noticia del regreso a España del rey absolutista Fernando VII. Las campanas de todas las iglesias fueron echadas al vuelo y a pesar de lo intempestivo de la hora las calles se vieron llenas de gente. Poco después, en Ronda, dieron comienzo las fiestas organizadas por la Real Maestranza de Caballería con motivo del regreso del rey. Según cuentan las crónicas, los festejos se iniciaron con un repique de campanas y por la noche hubo iluminaciones.


Fernando VII.


En un balcón de la Plaza de Toros estaba el retrato del rey bajo dosel, con la guardia de cuatro maestrantes, espada en mano. Las luces formaban una inscripción que decía, A Fernando VII la Real Maestranza de Ronda. Había otras figuras que representaban al soberano, ya a caballo, ya a pié, aludiendo a su marcha a Franciaal Congreso de Bayona y a su prisión en Valencey y también su regreso a España, con letreros aclaratorios de luces. Las orquestas estaban en los ángulos de la plaza. Hubo fuegos de artificio y con la ayuda de unas cuerda se derribó la estatua de Bonaparte que vino a tierra al estallar el último cohete.


A la mañana siguiente se reunieron en Ronda todas las autoridades en la casa de Alonso Hornillo y Salinas, lugar teniente de la Maestranza y llevaron el retrato del rey a la iglesia de San Pedro, donde hubo función solemne con sermón y tedeum. Por la tarde, todos los maestrantes, con sus caballos vistosamente enjaezados y espada en mano, acompañaron al retrato de Fernando VII que iba en un coche de gala y lo llevaron al Balcón, presidiendo la plaza. Enseguida comenzó el manejo de caballos, corriendo parejas, haciendo evoluciones y escaramuzas y jugando lances. Asistieron unas 20.000 personas. Después se lidiaron novillos. Por la noche hubo baile en casa del lugar teniente. Por los balcones y ventanas se arrojaron al público azafates llenos de dulces. La fachada estaba iluminada, luciendo oportunas inscripciones.


Unas fiestas que se repitieron en Málaga. El cabildo celebró una función solemne predicando el arcediano de Ronda Diego José Benitez. El Ayuntamiento regaló a la tropa 300 duros. En el balcón de las Casas Consistoriales estaba el retrato del rey cubierto por una cortina que descorrieron dos regidores, a la vez que la tropa hizo los honores descargando sus fusiles. Se corrieron toros de cuerda, destinándose al ejército la carne de dos de ellos. También hubo fuegos e iluminaciones. Unas fiestas que se prolongaron días después. El Colegio de Abogados celebró una función en la que hubo bailes de máscaras en un tablado que en la plaza levantaron los gremios.