Mastodon Málaga y sus historias: alojamientos
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jueves, 2 de octubre de 2025

La Fonda de Oriente

 

En el siglo XVIII las fondas se definían como «la casa donde se da alojamiento, de comer y beber, y en donde se venden licores generosos, café, té y bebidas heladas». Es decir, una fonda a finales del siglo XVIII era un establecimiento de cierta categoría en el que se ofrecían servicios muy determinados. A principios del siglo XIX la gran novedad en el sector del alojamiento malagueño fueron las fondas, establecimientos de origen francés que, en aquellos momentos, representaban la modernidad y el confort.


Edificio donde se ubicaba La Fonda.


Según el historiador Víctor Heredia las fondas respondían a las nuevas exigencias de la burguesía como clase ascendente y ofrecían una mejor atención que las hospederías tradicionales. Representaban la modernidad y el confort y fueron el antecedente directo de los hoteles de nuestros días. Las fondas introdujeron la «mesa redonda», servicio que se ofrecía a determinadas horas para la comida en común de los huéspedes del local.

La Fonda de Oriente, regida por una sociedad formada por el suizo Carlos Brunetti y el francés Pedro Gassend, estuvo emplazada inicialmente en el número 11 de la Alameda. Posteriormente, cuando estaba a cargo exclusivamente de Pedro Gassend, se trasladó a la acera de enfrente de la misma Alameda, al actual número 8, en el edificio que antes pertenecía a la Comandancia de la Marina, contando con una plantilla compuesta por un cocinero, dos sirvientes y cuatro criadas.

Hans Christian Andersen, célebre escritor danés que es recordado con una escultura en la Plaza de la Marina, durante su estancia en Málaga se hospedó en la Fonda de Oriente, un edificio que aún existe y que en su vestíbulo tiene colgada una placa como homenaje al escritor que hasta, según diversa documentación, deseó ser enterrado en la capital malagueña. La Fonda cerró sus puertas en 1878.

jueves, 22 de junio de 2023

La fonda de Las Tres Naciones

 

En la Málaga de finales del siglo XIX existía ya una amplia oferta de plazas hoteleras, entre las que destacaba como la de mayor prestigio de la ciudad el Gran Hotel de Roma donde se hospedaban los personajes importantes cuando venían a Málaga. Otro hotel a destacar era el Bristol, en el número 5 de calle Larios. que, como curiosidad, brindaba la posibilidad de degustar cocina vegetariana. En la misma calle calle Larios estaba el Alhambra, ubicado en la esquina con Moreno Monroy.


Calle Marín García en la actualidad.


Como ejemplo de los establecimientos más modestos, se puede citar la Fonda de las Tres Naciones, de Juan Rodríguez, que estaba ubicada en el número 16 de la antigua calle Casas Quemadas, hoy Marín García, en el que se alojaron Pablo Picasso y su amigo, también pintor, Carlos Casagemas en la que fue la última visita del malagueño a su ciudad natal.

Picaaso y su amigo tuvieron que alojarse allí ante la negativa a cuidar su aspecto para alojarse en la casa del tío de Pablo, el doctor Salvador Ruiz Blasco, en la muy burguesa Alameda Principal. Los dos amigos, que habían abandonado París en su primera estancia para pasar la Nochebuena en Barcelona con sus familias y la Nochevieja de 1900 en Málaga, conservaron un recuerdo amargo de esas fechas y de aquel cambio de siglo.

Desde entonces hasta la actualidad la calle Marín García ha sido una vía populosa, invadida completamente por terrazas de restaurantes.