Mastodon Málaga y sus historias: basílica de la Victoria
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viernes, 10 de junio de 2022

El barrio de la Victoria

 

El barrio de la Victoria de Málaga debe su nombre al convento de frailes mínimos que fundaron los Reyes Católicos en el mismo lugar en el que el rey Fernando había instalado su campamento durante el asedio de la ciudad, entre los meses de mayo y agosto de 1487. Los monarcas donaron una imagen de la virgen de origen alemán, que les había regalado el emperador Maximiliano, a la que se dio la advocación de la Victoria y que fue venerada como patrona de la ciudad recién conquistada. En la actualidad la iglesia de la Victoria es un templo parroquial y el antiguo convento de los Mínimos es un hospital privado, después de haber servido como hospital militar durante casi un siglo y medio.


Calle de la Victoria.


La Victoria es uno de los barrios históricos que pertenecen al distrito Centro de la ciudad de Málaga. Está situado en la falda del Monte Gibralfaro, al nordeste del centro histórico. Limita con los barrios de Conde de Ureña y Cristo de la Epidemia al norte; al este, con Lagunillas y La Merced; al oeste, además de Gibralfaro, con Barcenillas. El eje principal del barrio lo constituye la calle de la Victoria, que comunica la plaza de la Merced con la plaza de la Victoria, (conocida como El Jardín de los Monos), atravesando el barrio en sentido suroeste-nordeste.

La Victoria comenzó a tomar forma a partir de la conquista de la ciudad cuando se empezaron a ocupar los terrenos situados entre la antigua Plaza del Mercado (actual Plaza de la Merced) y la Basílica y Real Santuario de la VictoriaDesde mediados del siglo XIX, la Victoria se convirtió en el área de residencia de la pequeña burguesía de modistas, propietarios de talleres de lavado y planchado, pequeños comerciantes y empleados administrativos, entre otros, y como dato anecdótico el barrio comenzó a conocerse como el barrio del “chupitira”, debido a las comidas de pobres (almejas) que está clase tenía que hacer para poder permitirse aparentar en el vestido.

En el barrio se enclavan diversos edificios de interés como la iglesia de San Lázaro, la capilla del Agua, también conocida como el Faro de la Victoria, así como diversos centros escolares.

No hace muchos años, un grupo de vecinos del barrio decidió constituir una república imaginaria, la República Independiente de La Victoria, que tenía como objetivo el de preservar el sentimiento de pertenencia a la histórica barriada, así como sus tradiciones y costumbres populares.

viernes, 26 de febrero de 2021

La cripta de los condes de Buenavista

 

La cripta de los condes de Buenavista está enclavada en el santuario de Nuestra Señora de la Victoria de Málaga, basílica que alberga a la patrona de la ciudad y que es la huella barroca más notable de la capital. La cripta permaneció cerrada durante años aunque en la actualidad puede ser visitada. Está situada bajo la torre de 3 pisos que hay a la derecha del templo y se entra por una pequeña puerta lateral.


Sepúlcros de los condes de Buenavista.


El templo original fue mandado a construir por el rey Fernando El Católico, en la misma plaza en la que se instaló el campamento castellano durante el asedio a la ciudad, en 1487. El mal estado de la construcción original hizo necesaria una gran obra de restauración y ampliación, que fue ejecutada durante el siglo XVII, y financiada gracias al mecenazgo de los condes de Buenavista.


La iglesia fue restaurada por el arquitecto Felipe de Unzurrunzaga, que diseñó el trasaltar, donde se les concedió derecho de sepultura a los condes, en la cabecera del presbiterio, que es un cuerpo en forma de torre de 22 metros de altura dividido en tres pisos. Hoy lo único que queda del templo original es el retablo barroco del altar mayor.


Cuando la puerta del trasaltar se abre para dejar paso a la cripta se puede observar que sobre las paredes pintadas de negro, existe una profusa decoración de yesería blanca que cubre paredes, techos y columnas, en una omnipresente alegoría al paso inevitable del tiempo, a la muerte, representada por calaveras, esqueletos, huesos, relojes, espejos, guadañas, balanzas y todo tipo de símbolos que evocan el carácter mortal del hombre. Llaman la atención las imágenes de niños, tal vez con la intención de advertir que nadie está exento de la muerte.


La planta es cuadrada, de 8.5 metros de anchura por 3,30 metros de alto y tiene un soporte central formado por cuatro columnas en el centro de la sala, con forma octogonal. Al fondo de la sala están los sepulcros de los condes, situados uno frente a otros de forma simétrica, entre ambos un pequeño altar con una gran cruz de oro, símbolo de la resurrección e inmortalidad.


Los sepulcros están profusamente decorados y sobre ellos las estatuas de los condes en actitud de oración. Aparecen jóvenes, vestidos con riqueza, contrastando con el resto de tétricas figuras que ilustran la cripta.