Mastodon Málaga y sus historias: centro cultural
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lunes, 3 de junio de 2024

El Café-Teatro de Triana

 


El Café-Teatro de Triana se encuentra situado en la calle Mandarino, lugar céntrico de la pedanía veleña de Triana (Axarquía) y se data en el primer cuarto del siglo XIX. Primero de propiedad privada, quedó en situación de abandono y ruina, hasta que fue adquirido por el Ayuntamiento de Vélez-Málaga que llevó a cabo su rehabilitación integral y le dotó de una completa programación cultural.


Café-Teatro de Triana.


Este inmueble, el mas antiguo de la localidad, tiene tres plantas, incluido un sótano que servía para la bodega donde se guardaba el vino y los objetos relacionados con la vida del café-teatro.

De este sótano ascienden unas escaleras que dan al bajo, adonde se llegaba a través de una trampilla casi secreta. La planta baja, estaba dotada con un escenario, donde actuaban los grupos de teatro y cantaores flamencos que llegaban de numerosos puntos de la provincia. Las paredes se recubrían con azulejos pintados a mano, incluso el suelo estaba realizado con el mismo procedimiento, lo que le confería un grandísimo valor estético a este edificio.

La primera planta, poseía gran parecido a un corral de comedias, con sus balcones en forma de "u" dando al escenario. Además, como dato importante, algunas vigas que sustentan el edificio, son en realidad vigas de ferrocarril.

Este edificio era el centro neurálgico, cultural y centro de vida de toda la gente de Triana, incluso de los pueblos vecinos, ya que gran cantidad de ciudadanos se asomaban a este pueblo para presenciar sus actividades de teatro y cante. Una programación recuperada en la actualidad gracias a a gestión municipal.

jueves, 29 de octubre de 2020

Colegio de Huérfanos Ferroviarios

 

El día 7 de septiembre de 1935 se inaugura el Colegio de Huérfanos Ferroviarios en Torremolinos. La construcción de este orfanato, levantado junto a la playa, fue una labor de la Asociación Nacional de Empleados y Obreros de los Ferrocarriles de España, con el fin de garantizar el sostenimiento y educación de los huérfanos. El edificio, con capacidad para 300 niños, es obra del arquitecto Francisco Alonso Martos.


Antiguo Colegio de Ferroviarios.


El Colegio de Huérfanos Ferroviarios de Torremolinos aún está presente en la memoria de muchos malagueños. En sus 38 años de vida, por sus aulas pasaron miles de alumnos en régimen de internado. En un principio, el colegio era masculino, luego fue mixto y finalmente albergó solo a niñas de hasta doce años. El nexo común de los niños y niñas que tuvieron su hogar en ese centro fue ser huérfanos de padre. Todos los trabajadores de los ferrocarriles aportaban una cuota obligatoria para el mantenimiento de los seis colegios que llegaron a funcionaren Madrid, Torremolinos, Alicante, Palencia, Ávila y León.


El centro, además de garantizar la correcta nutrición de los alumnos y facilitarles una educación que la falta de medios de muchas madres no habría podido ofrecerles, fue un verdadero hogar para los internos, además de permitirles una oportunidad para salir adelante una vez cumplida la edad de abandonar la institución, de ahí que aún muchos exalumnos recuerden con cariño esa etapa inicial de sus vidas.


El primer colegio de huérfanos de ferroviarios que se abrió fue el de Madrid el 11 de mayo de 1930. Sus 500 plazas pronto se ocuparon y hubo una fuerte demanda para entrar. Esa situación hizo que la junta directiva de la Asociación de Ferroviarios de España decidiese la construcción de otro centro. La provincia elegida fue Málaga y el lugar, Torremolinos.


Como se recogía en el boletín del colegio de Madrid, “el terreno del nuevo centro de Torremolinos cuenta con una superficie de 23.180 metros cuadrados, con fachada a la carretera de Málaga a Cádiz y una profundidad media hacia el mar de ciento sesenta metros”. El solar estaba treinta metros por encima del nivel de la playa y a unos 200 metros de distancia de esta. Era un enclave inmejorable. El arquitecto diseñó un centro que destacaba por su funcionalidad. El Colegio de Huérfanos de Ferroviarios de Torremolinos tenía forma de avión, como se apreciaba con nitidez viéndolo desde el aire.


El colegio en un principio fue dirigido por personal laico, aunque en su última etapa llegaron las Hermanas de la Caridad. El colegio de Torremolinos se cerró en 1973. Durante 17 años sufrió un proceso de deterioro. La Junta de Andalucía lo declaró Bien de Interés Cultural en 1990. Tras ser restaurado por el Ayuntamiento de Torremolinos, se abrió al público en 2001 como Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso.