Mastodon Málaga y sus historias: corsarios
Mostrando entradas con la etiqueta corsarios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta corsarios. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de marzo de 2025

El pirata Barbarroja

 

El corsario otomano Jeireddín Barbarroja llevó a cabo muchas incursiones en el Mediterráneo occidental, se sabe que sus ataques afectaron con frecuencia a las costas del sur de España, incluyendo Málaga, durante el siglo XVI.


Retrato de Barbarroja.


Barbarroja, al servicio del Imperio Otomano, lanzó múltiples expediciones de saqueo y ataques contra plazas españolas en el Mediterráneo occidental, especialmente en la década de 1530, cuando Carlos I de España y Solimán el Magnífico estaban en plena disputa por el control del Mare Nostrum. En 1530, su actividad se centró en el norte de África, con la toma de Argel y la lucha contra las fuerzas de los Habsburgo.

En 1530 Barbarroja estaba consolidando su poder en el norte de África tras la toma de Argel en 1529. Desde esa posición estratégica, lanzó incursiones contra las costas cristianas, incluyendo Italia y la península ibérica. Sus ataques formaban parte de una guerra de corso patrocinada por el Imperio Otomano, cuyo objetivo era debilitar a los estados cristianos y capturar esclavos y riquezas.

Las costas andaluzas, incluyendo Málaga, fueron objetivo frecuente de incursiones berberiscas y otomanas durante el siglo XVI. Aunque no hay pruebas concretas de que Barbarroja atacara Málaga en 1530, sí es muy probable que su flota o la de sus aliados realizaran incursiones en la zona. Su modus operandi consistía en asaltar poblaciones costeras, saquearlas y llevarse prisioneros para venderlos como esclavos en los mercados del norte de África. Sus incursiones causaban gran alarma entre la población.

En 1528 Barbarroja realizó incursiones en la costa levantina y andaluza y entre 1543-1544 ,después de aliarse con Francisco I de Francia contra Carlos I, atacó intensamente la costa mediterránea española, incluyendo puertos en Andalucía. De 1550 en adelante du legado fue continuado por Dragut y otros corsarios, que siguieron aterrorizando la zona.

Ante la constante amenaza, la monarquía española reforzó sus defensas costeras. Se construyeron torres vigías y se fortalecieron guarniciones en ciudades como Málaga. La amenaza de los corsarios llevó a la creación de una armada permanente en el Mediterráneo, dirigida por figuras como Andrea Doria, el gran almirante genovés al servicio de Carlos I.

jueves, 15 de septiembre de 2022

EL castillo del Marqués

 

El castillo del Marqués, también llamado castillo del Marqués de Valle Niza y casa-fuerte del Marqués, es una fortificación situada en el litoral occidental de la localidad malagueña de Vélez-Málaga. Está protegido como integrante del Patrimonio Histórico Español.


Castillo del Marqués.


Se trata de un edificio de planta poligonal irregular de ocho lados, presenta su ingreso protegido por un reducto esquinado con adarve y troneras, situándose el acceso en la parte nordeste. Un pasadizo cubierto por bóveda de medio cañón conduce al patio que da paso a las distintas dependencias y cuarteles, así como a la escalera que conduce a la planta alta que primitivamente era sólo azotea con parapeto aspillado. El lado meridional es un hornabeque (fortificación exterior) formado por dos medios baluartes que baten flancos y se hallan trabados por una gola o cortina.

El vetusto sistema defensivo costero de torres, fortalezas y atalayas, heredados de los nazaríes no fue suficiente para hacer frente a los peligros de un litoral hostigado constantemente por los corsarios. A ello se unía la irregularidad de la orografía y la extensión de la costa de la Axarquía, lo que permitía a los piratas recalar sin ser avistados. Esto motivó que se rehicieran y mejorasen muchas de las fortalezas existentes, así como la creación de nuevos bastiones y torres vigías.

Así, en 1513 se construye el primer castillo del Marqués. Originalmente constaba sólo de la planta baja, siendo muy probable que para el año 1846, y ya perteneciente al cuerpo de carabineros, el segundo cuerpo estuviese levantado. Aunque se desconoce la fecha exacta. Con Carlos III, las autoridades ilustradas consideraron fundamental la defensa de la costa frente a los ataques de enemigos e incursiones de piratas.

Es entonces cuando se idea un nuevo sistema de castillos, casas fuertes y baterías costeras. El carácter militar de estos se observa en los fuertes muros de los perfiles, su estructura maciza y en las aspilleras de las partes orientadas al mar. Es en esta época cuando se crea el actual castillo del Marqués, con una clara función militar y defensiva de proteger la zona costera donde se ubica.

Durante los años 1930 y 1939 estuvo habilitado como cárcel y campo de concentración, pasando posteriormente a convertirse en puesto de la Guardia Civil. Posteriormente, se instaló allí la Escuela de Hostelería Castillo del Marqués, centro de enseñanza pública dependiente del I.E.S. María Zambrano de Torre del Mar.

jueves, 30 de septiembre de 2021

Piratas y corsarios malagueños

 

La presencia de piratas y corsarios en las costas y en los mares que bañan la provincia de Málaga dificultaba el normal funcionamiento de la navegación. Las autoridades intentaron impedir los asaltos a las naves de carga y los ataques a las localidades del litoral, donde causaban importantes estragos.


Torre vigía de Maro para defensa de la costa.


Hay que aclarar que piratas y corsarios eran cosas distintas. Los piratas asaltaban cualquier buque que se pusiera a su alcance, mientras que los corsarios contrataban con la administración antes de hacerse a la mar la llamada “patente de corso”, un documento oficial por el que se comprometían a apresar solo a los barcos enemigos, respetando a los aliados y a aquellos que procedían de naciones neutrales. El reparto del botín de estos últimos también estaba reglamentado por terceras partes a dividir entre el armador del barco, la tripulación y la Hacienda Real que obtenía importantes beneficios.


Los piratas, por su parte, tenían sus bases, entre otros lugares en ciudades de Argel y Libia. Desde ellas, se hacían a la mar con embarcaciones muy marineras, y desde allí asaltaban a las naves que entraban o salían de los puertos malagueños, causando serios problemas al movimiento de los buques mercantes. Una vez capturado o hundido el barco y apoderándose de la carga y de la tripulación regresaban a sus bases donde se repartían el botín, al tiempo que fijaban el precio de los cautivos.


Unos cautivos que vivían en unas condiciones muy difíciles hasta que lograban ser rescatados por sus familiares o por alguna orden religiosa, especialmente los mercedarios, que realizaron siempre una silenciosa y desconocida labor para devolver a estos marineros a sus casas una vez abonado el rescate estipulado. Cuando eso no era posible, la familia iniciaba un peregrinar por pueblos y ciudades solicitando ayuda económica a quienes pudieran dársela.


En el Puerto de Málaga, el denominado barco de cruzada, una especie de Melillero de la época y casi el único medio de transporte para unir Málaga y Melilla, era frecuente el objetivo del ataque de los piratas de Argel, que en ocasiones tenía que ser escoltada por una fragata de guerra.


Los países europeos, incluyendo España, hicieron de la práctica corsaria algo habitual durante siglos y son abundantes en los archivos los documentos de patente de corso otorgados por la Corona. Aunque antes de que esta se concediera,el armador debía aportar un buque convenientemente armado y abastecido y con tripulación suficiente para su cometido.


Una actividad que durante siglos en el caso de España se incentivó desde el propio Estado para atacar a los barcos ingleses, quienes por su parte, también contaron con destacados corsarios como Francis Drake, que llegó a ser nombrado caballero y vicealmirante por la reina Isabel I en agradecimiento a sus relevantes éxitos contra la flota española.


Bastante desconocido es el hecho de que el Puerto de Málaga fue durante buena parte del siglo XVIII base de los corsarios franceses, entonces aliados de los españoles, que atacaban a las naves inglesas, habituales enemigas de España y Francia. Una actividad que sin duda dificultaban el tráfico marítimo con sus actividades, y de lo que se quejaban con frecuencia los consignatarios de buques malagueños.