Mastodon Málaga y sus historias: ornamental
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viernes, 26 de septiembre de 2025

Fuente de Génova

 

La Fuente de Génova o fuente de Carlos V fue construida en mármol en el siglo XVI y llevada a Málaga en el siglo XVII. Es una pieza de estilo renacentista italiano y se piensa que procede de la ciudad italiana de Génova, aunque no hay documentos que corroboren su origen se data su presencia en la Plaza de las Cuatro Calles (actual Plaza de la Constitución) desde 1551, sí se sabe que que costó 1.000 ducados al Ayuntamiento de Málaga.​


Fuente de Génova.


Tras haber permanecido en el Parque de Málaga, fue trasladada a la Plaza de la Constitución (emplazamiento original de la misma) tras su rehabilitación en 2002,​ sustituyendo a la Fuente de las Tres Gitanillas que era de mayor tamaño y que fue reubicada en la Avenida de Andalucía.​ En septiembre de 2016, se procedió a restaurarla durante dos meses tras un acto vandálico y se aprovechó para recuperar su color blanco original.

Comprende un estanque dodecagonal de mármol, fechado entre 1790‑95 y obra de Miguel del Castillo y un fuste central con varios cuerpos. Su decoración clásica incluye sirenas, nereidas con delfines, mascarones, cabezas de medusa y figuras mitológicas como Neptuno, Anfítrite y un águila bicéfala. El conjunto recibió adornos barrocos en la primera mitad del siglo XVII, atribuidos a José Micael Alfaro, valorados por peritos de la época.

La Fuente de Génova es uno de los monumentos urbanos más importantes de la ciudad, y contiene las imágenes femeninas de carácter no religioso más antiguas que pueden verse en las calles malagueñas.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Fuente de la Pomona

 

La Plaza de San Francisco surgió a mediados del siglo XIX como consecuencia de las reformas urbanas provocadas por la desamortización de Mendizábal. La desaparición del convento de San Luis el Real, de la orden franciscana, permitió que su compás se convirtiera en plaza pública. En parte de los espacios y dependencias del antiguo monasterio se instalaron varias instituciones culturales, como el Liceo y la Sociedad Filarmónica, que dieron a la plaza un ambiente culto y romántico como lugar de encuentro de literatos, músicos y artistas.


Fuente de la Pomona.


Precisamente en esa época se instaló en el centro del espacio triangular de la plaza una fuente de inspiración clásica, coronada por una escultura de la diosa etrusco-romana Pomona, protectora de flores y frutos. Esta fuente, adquirida inicialmente para ser instalada en Puerta Nueva, fue realizada en mármol de Carrara por el escultor Juan Bautista Bado en la ciudad italiana de Savona.

Sobre una taza circular, también de mármol, emerge el pilar de la fuente, con un fuste de columna a modo de pedestal, en el que figura la fecha de ejecución (1864). Este fuste está estriado en su mitad superior, mientras que la inferior está decorada por cuatro mascarones (de cuyas bocas mana el agua), unidos por guirnaldas. La diosa aparece vestida a la romana, envuelta en pesados pliegues, y porta en su mano izquierda un cesto de flores y frutos, como símbolo de su condición protectora de los árboles frutales.


Fuente documental: Fuente de la Diosa Pomona. Fuentes de Málaga. EMASA

viernes, 18 de abril de 2025

Las fuentes públicas en el siglo XIX

 

En 1852, las fuentes públicas de la ciudad de Málaga se abastecían principalmente de los manantiales del Almendral del Rey, la Culebra y San Telmo. Los primeros suministraban a tres fuentes públicas y más de cien tomas domiciliarias, mientras que San Telmo repartía agua a 21 fuentes vecinales y otras en edificios públicos.


Diseño original de la Fuente de las Tres Gracias.


Con la inauguración en 1876 de una nueva conducción desde Torremolinos, se produjo una mejora notable en el abastecimiento, lo que llevó al Ayuntamiento a encargar en 1878 un plan de distribución que elevó el número de fuentes a 39, además de siete abrevaderos.

No es hasta que se culmina la traída de las aguas de Torremolinos a Málaga, en el último cuarto del siglo XIX, cuando se soluciona la permanente falta de agua de la población y sus muy precarios sistemas de suministro como eran los pozos, tanta veces contaminados, cuando se puede pensar en que una parte de ese caudal tuviera un uso exclusivamente ornamental.

El acto inaugural de la llegada de las aguas estuvo presidido por una gran fuente que se construyó con carácter provisional en lo que hoy es la Explanada de la Estación, frente al Asilo de las Hermanitas de los Pobres, que representaba en la ceremonia el símbolo de la nueva era de abundancia de agua para la ciudad.

En 1886, las fuentes públicas urbanas ya eran 58, incluyendo algunas en barrios periféricos y 12 consideradas monumentales o de recreo. Éstas eran las situadas en la Plaza de la Constitución (de las Tres Gracias), Alameda (de Génova), Alameda de los Tristes, Plaza de San Francisco, Plaza de Capuchinos, Cementerio, Plaza de Uncibay, Alameda (saltador junto al Puente de Tetuán), Plaza de San Pablo, jardín de Alfonso XII, jardín a espaldas de la Aduana y Plaza de la Victoria.

Durante las primeras décadas del siglo XX, la red se mantuvo con pocas variaciones, aunque su función decayó al generalizarse el suministro domiciliario de agua.

viernes, 6 de septiembre de 2024

Fuentes del Jardín de los Monos

 

La malagueña Plaza de la Victoria fue reformada a mediados de la década de 1920 y su parte central quedó convertida en un parque infantil, rodeado por un seto y con una fuente ornamental.


Fuente en el Jardín de los Monos.


Durante muchos años existió allí una jaula con varios monos que eran famosos por su mal carácter, lógico dado el tratamiento que recibían de niños y mayores. De ahí procede que la denominación popular que todavía recibe la plaza sea la de Jardín de los Monos.

En 1963, durante el mandato del alcalde Francisco García Grana, la plaza fue reurbanizada. Se renovó el ajardinamiento, se retiraron la jaula y el último mono y se instaló un conjunto de pequeñas esculturas que representan figuras infantiles desarrollando diferentes juegos y entretenimientos.

El autor de todas las esculturas fue el escultor leonés Marino Amaya. Dos de ellas quedaron en el interior de sendas fuentes ornamentales que fueron renovadas en 2008.

En un caso se trata de una figurilla de un niño desnudo de pie, titulada «En el baño», que se eleva sobre un pedestal en medio de un estanque circular con ocho surtidores que confluyen en el centro. La otra fuente, con vaso en forma de cruz y cuatro surtidores verticales en sus vértices, rodea la escultura de una maternidad, que es la de de mayor tamaño del conjunto.