Mastodon Málaga y sus historias: robo
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martes, 31 de octubre de 2023

El ladrón de la calle Salvago

 

El cronista e ilustre escritor Narciso Díaz Escovar, recoge en su libro Curiosidades malagueñas, no sólo investigaciones históricas, sino también algún acontecimiento empapado de leyenda. Es es el caso del ladrón de la calle Salvago.


Puerta escenario de los hechos.


En la citada vía de la capital, esquina con la calle Especería, residía, se cree que en el siglo XVIII, una ilustre familia malagueña, que tenía un anciano mayordomo que tenía fama de listo y precavido. Dormía en un aposento de la planta baja de la casa, no muy lejos del portal.

Una noche se sintió despertado por un ruido especial y extraño. Pensó que se trataba de algo sin importancia, pero el ruido seguía lento y constante por lo que se dirigió hacia el lugar donde los golpes resonaban.

Una mano, usando una herramienta de carpintero, trataba de abrir un agujero en la puerta, al objeto de poder descorrer el pestillo y levantar la barra de hierro. El mayordomo, volvió a su cuarto y buscó un fuerte cordel, hizo un perfecto nudo corredizo y volvió al portal.

Minutos después el agujero estaba hecho. Desapareció la herramienta y una mano penetró cuidadosamente. Los dedos se agitaron reconociendo madera y pestillo. El mayordomo no titubeó. Cogió el nudo corredizo, formó un círculo alrededor de aquella mano que no le cabía duda era de un ladrón y tiró con toda su fuerza.

Aquella mano hizo esfuerzos inútiles, se retorció convulsivamente pero el anciano dejó tirante la cuerda, después ató el extremo de ella a un hierro y esperó. Mientras esperaba escuchó pasos, ruidos extraños y voces apagadas.

Cuando amaneció el anciano subió a la habitación de su amo y le contó lo que había ocurrido. Ambos bajaron al portal y vieron que había ya gente comentando el suceso. Abrieron la puerta y descubrieron que la mano permanecía sujeta por el nudo corredizo, pero inmóvil. La mano prisionera pertenecía al cuerpo de un hombre, al cual se había cortado la cabeza, despojándole también de parte de sus ropas.

Era indudable que el ladrón había sido degollado, para que no se le conociese o no delatase a sus compañeros. El crimen quedó en la impunidad, ya que las pesquisas de jueces y alguaciles resultaron infructuosas

El edificio, escenario de este suceso fue destruido por un violento incendio, que lo redujo a escombros. Se cree que sólo se salvó la puerta del edificio que se reproduce junto al texto.

miércoles, 27 de enero de 2021

Desaparición de una escultura de más de 1.500 kilos

 


Una obra del siglo XIX del escultor malagueño José Vilches cuyos propietarios habían mostrado su predisposición a ceder temporalmente al Museo de Málaga fue sustraída de su emplazamiento en Jerez de la Frontera (Cádiz), en marzo de 2017. Una obra de arte de más de 1.500 kilos de peso.


La escultura robada y recuperada.


Se trata de un conjunto realizado en mármol y constituido por una figura femenina con un perro, ambos a tamaño natural, que reposan sobre una urna funeraria que, procedente del mausoleo del vinatero francés afincado en Jerez Julián Pemartín, se encontraba en el porche de la casa de recreo que la familia poseía a las afueras de la citada ciudad gaditana.


Según explicó entonces el escultor Suso de Marcos, que llevó a cabo un informe sobre Vilches para la Real Academia de San Telmo, la obra sustraída se denomina ‘Fidelidad`. y fue realizada en 1844. Suso de Marcos estudió la obra cuando realizaba el citado informe sobre Vilches, y al saber que los propietarios pretendían venderla, intentó convencerlos para que la cedieran temporalmente a la colección de Bellas Artes del Museo de Málaga.


El 31 de octubre del mismo año saltaba la noticia de la detención de los tres presuntos autores del robo. Las pesquisas para identificarles y recuperar la escultura, considerada la obra más notable del escultor malagueño y que en el mercado podría haber alcanzado el valor de unos 200.000 euros, fueron complejas. Durante siete meses se desarrolló la que fue bautizada como “Operación FIEL”.


Las pesquisas se habían iniciado cuando fue denunciado el robo. Las primeras sospechas se centraron rápidamente en dos hombres que meses antes del robo alquilaron la finca de la familia Permartín con nombres falsos y facilitando teléfonos de los que no eran titulares.


Los nuevos inquilinos mostraron con numerosas preguntas su curiosidad por ‘La Fidelidad’. Pagaron al contado y por adelantado el alquiler de un trimestre, 12.000 euros, más 2.000 euros de la comisión de la inmobiliaria, a pesar de que en los últimos diez años no habían tenido ninguna actividad laboral.


Los mismos inquilinos decidieron rescindir el contrato del alquiler de la finca sin tan siquiera reclamar la devolución de los meses que habían adelantado, aunque le pidieron al dueño quedarse unos días más con las llaves porque tenían un amigo (el tercer supuesto implicado) que tenía interés en adquirir el inmueble. Los ladrones habían contactado con un anticuario de Madrid que se había interesado por la pieza.

Los investigadores descubrieron que los ladrones construyeron un cofre para cubrir el mausoleo y que utilizaron una grúa con brazo telescópico para descargarla en un camión y llevársela. Pero la operación de compra no se llegó a culminar ya que el anticuario reclamó a los vendedores diversa documentación ya que tenía interés en sacarlas a subasta para su exportación.


El escultor José Vilches, nacido en torno a 1810 y fallecido en 1890, tuvo una amplia producción, realizada en su mayoría en Roma y en un material tan del gusto de la época y de la ciudad eterna, como es el mármol de CarraraVilches llegó a ser escultor de cámara de la reina Isabel II, director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma y fue designado cónsul de España en Saigón.


El hecho de que pese a su prolífica trayectoria y a que en Málaga cuenta con una significativa obra como es el monumento a Manuel Agustín Heredia siga siendo muy desconocido para los malagueños, llevó a Suso de Marcos a realizar el informe para la Real Academia de San Telmo.

martes, 20 de noviembre de 2018

Roban 2.000 millones de pesetas en el Banco Andalucía

Las 186 cajas de seguridad del Banco de Andalucía de Marbella son desvalijadas durante la Navidad del año 1982. Los ladrones consiguen un botín valorado en más de 2.000 millones de pesetas en dinero y joyas tras entrar en el banco por el procedimiento del "butrón", desconectar el sistema de alarma y forzar, una a una, las cajas.

El robo se descubre el lunes 27 y entre los afectados comienzan a aparecen personas muy conocidas de la ciudad, entre ellas Jaime de Mora y Aragón y el italiano Felice Cultrera que ofrece 12 millones de pesetas de recompensa a quien facilite una pista cierta sobre el caso.

Así quedaron las cajas de seguridad del banco. Foto: Interviú.
La policía detiene a finales de enero de 1983 a los autores, un grupo de italianos, y recupera parte del botín en Italia.

A este respecto el diario El País, publicaba el 4 de abril de 1983, una información firmada por el periodista Ismael Fuente Lafuente, que titulaba “El atraco al Banco de Andalucía en Marbella, un caso policialmente cerrado” y que daba pelos y señales del famoso atraco.

La citada información detallaba que, “varios meses tardarán aún en recuperar sus joyas y objetos de valor los propietarios de las 182 cajas de seguridad robadas el pasado mes de diciembre en el Banco de Andalucía de Marbella por una banda de delincuentes italianos el pasado día de Navidad. Aun cuando la operación policial se da por concluida con la detención del último de los ladrones, anunciada el martes, y la mayor parte del botín está en poder de un juez romano desde finales del pasado mes de enero, no se ha producido aún ningún contacto directo entre éste y el magistrado instructor del caso, Gonzalo Trujillo.

Una noticia que proseguía diciendo que “la detención de Eduardo Ughetti, yugoslavo nacionalizado italiano, en un parque de Roma mientras practicaba footing, culminó la brillante operación policial, en colaboración con la Interpol, que lograba detener a tres de los cinco participantes -también en la capital italiana- a los 25 días de expoliadas las cajas del banco, y a un cuarto, en Londres, pocos días después”.

Estos hechos coincidían en el tiempo con la presentación de la denuncia número 104 en la pequeña y destartalada comisaría de Marbella. Faltan aún por prestar declaración 78 propietarios, por lo que sigue siendo imposible establecer un monto siquiera aproximado de lo robado. Las estimaciones siguientes al día del suceso (unos 2.000 millones de pesetas), podrían mantenerse, aun cuando la policía italiana señaló que el botín no superaría los 1.000 millones de pesetas, a tenor de que solamente 60 de los propietarios damnificados denunciaron poseer objetos guardados en las cajas, valorados en conjunto por encima de los 60 millones, según se pudo saber de fuentes cercanas a la investigación, siempre según la citada información de El País.

En contra de lo publicado entonces, la pista principal que condujo al esclarecimiento del caso fueron unos guantes, de marca y diseño especial, abandonados por los ladrones y que se vendían en contados establecimientos de Málaga y Marbella.