La huelga fue convocada para el verano de 1872, concretamente manifestaciones y paros a partir del 26 de julio de 1872 en Málaga. Fue una huelga con carácter general en la ciudad con la intención era paralizar múltiples sectores, industria, comercio, oficios, no eran simplemente acciones parciales. La huelga se inscribía dentro de las prácticas reivindicativas del internacionalismo obrero de la época, donde los trabajadores empezaban a verse como parte de un movimiento más amplio.
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| La huelga paralizó las grandes industrias. |
Durante la huelga hubo movilizaciones, cierres de fábricas, y presión social significativa hacia las autoridades y los empleadores. Esta huelga es considerada un momento culminante en la historia del movimiento obrero local, un punto de inflexión que mostró la capacidad de coordinación y movilización de los trabajadores.
También sirvió para reforzar la influencia de la Federación Regional Española en Málaga y en Andalucía, dentro de las disputas entre corrientes obreras (anarquistas, bakuninistas, otras tendencias). No obstante, la huelga no logró todos sus objetivos inmediatos por la resistencia de los poderes locales y las limitaciones organizativas de la época. Pero dejó una huella simbólica y práctica para movilizaciones posteriores.
Este proceso ha ido estudiado en la publicación del profesor Manuel Morales Muñoz, titulado “Historia de un conflicto social: Málaga, la huelga general del verano de 1872” en el que se analiza en detalle cómo esta huelga refleja las tensiones sociales del momento y las posibilidades del movimiento obrero malagueño. La huelga se produjo en un momento de efervescencia social y política, tras la proclamación de la Primera República española.

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