De los varios hoteles y pensiones que se situaron desde su apertura en calle Larios, está el Hotel Simón que era uno de los más elegantes. Construido en 1905 durante la Belle Époque malagueña, cuando la ciudad vivía su auge industrial, contaba con unas 60 habitaciones y escasos baños privados, según una guía de la época; era uno de los establecimientos más destacados de Málaga. Llamaba la atención su escalera principal de mármol, techos altos y patios interiores de luz, típicos de las mansiones señoriales de la época.
![]() |
Fachada de Hotel Simón. |
Construido sobre el Hotel Inglés en calle Larios nº 4 en 1906 por José Simón, un reconocido empresario de origen cordobés, adquirió este edificio manteniendo parte de la estructura rebautizándolo como Hotel Simón. Formó parte de una de las primeras cadenas hoteleras andaluzas, con alojamientos también en Córdoba, Sevilla y Almería. A partir de 1911, José Simón impulsó mejoras, ampliando el comedor y pabellón, dada la buena respuesta del mercado
Se trataba de un hotel de prestigio, con restaurante en la planta baja y alojamiento orientado a una clientela cosmopolita. En las guías de la época se anunciaba como “montado al estilo extranjero”, destacando su servicio y accesibilidad. En 1910 gestionaba también el Hotel Bristol en el nº 5, y desde el Simón promovió reformas en otros hoteles de playa, como el Hernán Cortés o el Caleta Palace.
A mediados de los años 20 del siglo pasado, José Simón vendió o transfirió progresivamente la gestión del Simón y otros de sus hoteles, conservando únicamente el Bristol. A lo largo del siglo XX, con el paso del tiempo y el crecimiento de nuevas zonas turísticas (como la zona de La Malagueta y más tarde la Costa del Sol), el hotel fue perdiendo relevancia.