Mastodon Málaga y sus historias: dramaturga
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martes, 8 de marzo de 2022

Mujeres desconocidas

 

Hoy 8 de marzo, en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer, supone también una oportunidad para conocer a mujeres malagueñas que han sido olvidadas por la Historia.


La Peña de los Enamorados de Catalina Larripa.


Como es el caso de la dramaturga y actriz Catalina Larripa de Rodríguez, nacida en un lugar desconocido, aunque se sabe que residía en Málaga en 1851 y que pasó buena parte de su vida en la capital malagueña, inició su carrera sobre las tablas como medio para buscarse la vida, y consta que trabajó en el Teatro Circo de la Merced.

Pero su verdadera vocación era la de dramaturga, escribió sus dramas en verso, aunque algunas de sus obras se consideran desaparecidas, ya que fueron manuscritos que nunca llegaron a ser publicados, sí se conservan 3 de ellas, alguna fechada en Madrid, por lo que se supone que residió algún tiempo en la capital española.

Los investigadores de su obra mantienen que Catalina tuvo una prolongada relación sentimental con un hombre de creencias musulmanas, lo que sería el motivo de que sus obras conocidas tengan como denominador común la temática de las relaciones o los conflictos entre cristianos y musulmanes, como reflejan sus trabajos La peña de los enamorados, La toma de Tetuán y Hoy es el día de la cruz.

Catalina Larripa fue madre de la famosa actriz Matilde Rodríguez de Rubio, que nació en Ronda (Málaga) en 1860 y considerada una de las grandes damas de la escena española de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y que desarrolló su carrera artística en los principales teatros madrileños.

La ciudad de Málaga la recuerda en una calle con el nombre de Poetisa Catalina Larripa de Rodríguez.


Fuente bibliográfica: Olvidadas del periodista Ramón Triviño, que puede adquirir AQUÍ

jueves, 25 de noviembre de 2021

La historia de Victorina Sáenz de Tejada

 

Victorina Sáenz de Tejada en su obra Poesías (1865) expone el desaliento que acompañaba a las mujeres por ser reprimidas hasta tal punto que se les negaba incluso el derecho a expresar su propio malestar.


Casco histórico de Antequera.


Hija de un alto mando militar que fue gobernador de Cuba, nació en Granada en 1841 y falleció en Sevilla en 1909. Fue una poetisa y dramaturga que se instaló en Antequera (Málaga) en 1852, donde comienza a dar muestras de su ingenio poético componiendo poemas que llamaron la atención en los recitales del Liceo antequerano.


Su cultura la había adquirido mediante la lectura de los clásicos, además de realizar estudios elementales de retórica y poética. Es de destacar que para poder sobrevivir bordaba por el día y estudiaba por las noches.


La temática de sus obras fue esencialmente de carácter religioso que publicaba en periódicos y revistas de distintas ciudades españolas. Además del libro ya citado fue autora de otros, casi siempre en verso, de los que un buen número no se han conservado o quedaron inéditos.


A partir de 1896 Victorina inicia la publicación de obras teatrales de las que solo se conservan 3 de ellas. Es entonces cuando la autora, llevada por sus profundas convicciones religiosas decide ingresar en el convento sevillano de las Comendadoras del Espíritu Santo, donde toma los hábitos y profesa sus votos, adoptando el nombre de sor María de los Ángeles, con el que firmará a partir de ese momento muchas de sus creaciones literarias.


En el convento fue dedicada a la enseñanza en el Colegio de Niñas Nobles que las religiosas habían fundado, aunque siguió con su faceta literaria. Según sus biógrafos, Victorina Sáenz de Tejada padeció a partir de 1896 “épocas de locura”, que la obligaron a permanecer postrada durante 13 años, sin poder escribir, hasta su fallecimiento, cuando contaba 69 años. Obtuvo un buen número de galardones literarios.


Si está interesado en conocer la trayectoria de otras malagueñas olvidadas, lo puede hacer en el libro del periodista Ramón TriviñoOlvidadas’ que puede adquirir AQUÍ.

viernes, 14 de mayo de 2021

Aurora Fuster Gallardo, la dramaturga asesinada por su marido

Aurora Fuster Gallardo, nacida en Málaga en 1884 y fallecida en 1911, aunque existen discrepancias sobre esta fecha, fue una escritora teatral. La crítica de la época observó en ella una cierta calidad artística. Algunas de sus obras llegaron a estrenarse.


Calle Escritora Fuster Gallardo.

Carente de formación e instrucción alguna, quedan notas de su carácter inconformista y rebelde que la llevaron a más de un altercado con los empresarios teatrales, pues era “una autora independiente y poco dada al trato social”.


Su vida personal estuvo marcada por la tragedia, pues casada con el escritor José Antonio de Torres, contrajo segundas nupcias con el también escritor teatral José Crousielles, con quien viajó a América en 1907. Ese mismo año fue asesinada por su marido, quien a su vez acabó suicidándose.


Su obra titulada Querer y deber se estrenó con éxito en el Teatro Cervantes de Málaga el día 16 de mayo de 1897. Se trata de un breve monólogo, escrito en prosa y compuesto de un solo acto. La obra fue escrita para que la interpretara la famosa actriz Carmen Cobeña.


El elogio que mereció esta pieza dramática entre la crítica y el público hizo posible su edición impresa, que salió a la calle al año siguiente de su estreno. Sin embargo, no merecieron la misma fortuna otras dos piezas teatrales de Aurora Fuster, que se consideran desaparecidas. Se trata del juguete cómico El cornetín de órdenes, escrito en 1898, y del drama Antes mártir que traidor, cuya fecha de redacción y estreno, si es que llegó a subir a las tablas, no se conoce. El Ayuntamiento de Málaga puso, en su honor, una calle en la capital denominada Escritora Fuster Gallardo. 

lunes, 5 de octubre de 2020

María Rosa de Gálvez, una malagueña singular ( y II)

 

En la entrada anterior conocimos el origen, formación y los avatares del casamiento de María Rosa de Gálvez. Lo cierto es que el matrimonio proporcionó a la escritora constantes sinsabores personales y económicos, que ni siquiera consiguió evitar su mudanza definitiva a Madrid, efectuada alrededor del cambio de siglo. (1*)


Retrato al óleo de María Rosa de Gálvez.


En el Madrid de Carlos IV, María Rosa de Gálvez se introduce en la alta sociedad cortesana a través de familiares y amistades y entabla una relación fluida con el propio Manuel Godoy, Príncipe de la Paz’, que la distingue con prebendas y ayudas destinadas a aligerar el coste económico de la publicación de sus obras o a sortear la censura previa a la representación de las mismas.


Precisamente en esos primeros años del cambio de siglo que preceden a la muerte de la escritora, acaecida en 1806, se condensa la mayor parte de su actividad literaria, que comprende, además de un discreto muestrario de poesía lírica, seis tragedias, dos piezas trágicas menores, cinco comedias originales y otras cuatro traducidas del francés.


No es la poesía la responsable de la pervivencia literaria de María Rosa de Gálvez, sino su indiscutible y sorprendente vocación teatral en una época hostil a las mujeres con aspiraciones dramáticas.


Como autora de teatro original, destaca su versatilidad a la hora de participar en diferentes géneros, con mayor o menor incidencia de elementos populares. Se entrega al cultivo de los géneros valorados por los neoclásicos, como la comedia de costumbres o la comedia sentimental, e incluso otros menos habituales aún en la pluma femenina, como la tragedia bíblica, la de inspiración histórica o el drama, y en todos ellos se esfuerza con especial interés en tratar de compaginar el canon neoclásico con una temática que gira de forma casi monográfica en torno a la experiencia femenina en general y más particularmente a la posición de las mujeres en los inicios del siglo XIX.


Como autora de comedias, María Rosa de Gálvez consigue que algunas de sus obras sean representadas con cierta fortuna en los coliseos más renombrados de la capital. Aunque la crítica haya coincidido en resaltar su labor como escritora de comedias, es en realidad la tragedia, el más elevado entre los géneros clásicos y monopolio exclusivo de varones por tradición dramática, el que Gálvez cultiva con toda su dedicación y el que mejor muestra su deseo de labrarse un hueco como mujer escritora . Su teatro trágico revela una considerable vocación feminista, que revela la opresión sufrida históricamente por las mujeres en la sociedad patriarcal.


La producción dramática de María Rosa de Gálvez se publica y/o se representa en su totalidad en el lustro que se extiende entre 1801 y 1806.


En 1803 José de Cabrera obtiene, por mediación de Godoy, un puesto en la legación española en los Estados Unidos, y su marcha al extranjero sella la separación definitiva del matrimonio, que no se reunirá nunca más.


El final del episodio americano de Cabrera resulta notablemente accidentado, ya que apenas dos años después de su llegada es encarcelado y finalmente expulsado del país en 1805 por falsificación de la firma del embajador español para el cobro de cheques bancarios.


Por fin en 1804 ven la luz los tres volúmenes de sus Obras Poéticas. En octubre de 1806, María Rosa de Gálvez fallece a la edad de treinta y ocho años, recibiendo sepultura discretamente y sin pompa alguna en la madrileña iglesia de San Sebastián.


(1*) Información basada en el trabajo de la profesora Helena Estabier Pérez de la Universidad de Alicante.

domingo, 4 de octubre de 2020

María Rosa de Gálvez, una malagueña singular (I)

 

Fue María Rosa de Gálvez una mujer de vida singular y sin duda poco ortodoxa para la época en la que se obstinó en ser dramaturga. Nació a finales del año 1768, o quizá a principios del año siguiente, y falleció en 1806 a la edad de treinta y ocho años, dejando una lista asombrosa, por el número y la variedad de obras dramáticas, que no iguala ninguna otra autora de su tiempo. (1*)


María Rosa de Gálvez. 


María Rosa Antonia de Gálvez y Ramírez de Velasco fue hija adoptiva de los Gálvez de Macharaviaya (Málaga), una ilustre e influyente familia andaluza de políticos y militares. La reserva con la que el matrimonio Gálvez trató siempre el asunto de los orígenes de María Rosa, que pasó los primeros años de su vida en la casa de expósitos de Ronda, hace pensar que podría haber sido hija natural de su padre adoptivo, Antonio de Gálvez y Gallardo.


Aunque apenas existen datos sobre sus años de formación, es posible suponer, a la vista de la boyante situación familiar en las últimas décadas del siglo XVIII y de la variada producción literaria legada por la autora, que María Rosa de Gálvez recib una instrucción esmerada, propia de una familia ilustrada, educación que ella complementará más adelante con una notable inspiración dramática, una inagotable voluntad de trabajo y un afán de gloria desbordante, que destaca poderosamente sobre la humildad acostumbrada en las escritoras de su tiempo.


En 1789 contrae matrimonio con un primo lejano, José de Cabrera y Ramírez, también de ilustre familia oriunda de Macharaviaya, aunque de menor patrimonio. La residencia de la pareja se fija en Málaga, donde José de Cabrera, que había abandonado el ejército tras el enlace, se dedica a la administración de los bienes recibidos por su esposa como dote matrimonial y heredados tras la muerte del padre de esta, en 1792.


En la última década del siglo, María Rosa de Gálvez, en la que aún no ha publicado nada aunque ya había comenzado a escribir sus poesías líricas, se enfrenta en Málaga a diversos litigios, tanto económicos, a causa de las numerosas deudas de juego contraídas por su marido, que van mermando el patrimonio familiar como conyugales, pues las constantes ausencias de José de Cabrera y las desavenencias de la pareja conducen a repetidas rupturas, reconciliaciones y demandas ante los Tribunales.


En esos años fallece también la única hija del matrimonio, nacida en 1793, y la autora se desplaza temporalmente a Madrid para seguir de cerca algunos de los pleitos en los que los Cabrera se encontraban enfrascados. En 1796, poco después de una reconciliación matrimonial y huyendo posiblemente de las deudas contraídas en Málaga por José de Cabrera, la pareja se traslada a Puerto Real (Cádiz), donde conserva diversas propiedades.


(1*) Información basada en el trabajo de la profesora Helena Estabier Pérez de la Universidad de Alicante.