Mastodon Málaga y sus historias: pensadora
Mostrando entradas con la etiqueta pensadora. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta pensadora. Mostrar todas las entradas

martes, 24 de marzo de 2020

María Zambrano, doctora ‘honoris causa’

El 19 de diciembre de 1982 la filósofa María Zambrano es nombrada doctora honoris causa por la Universidad de Málaga, un año después de haber obtenido el premio Príncipe de Asturias.

María Zambrano tomó posesión el 24 de marzo de 1987, en su domicilio madrileño, del título que le había concedido la universidad malagueña cinco años antes. Fue un acto breve y emotivo. La autora de Filosofía y poesía y Claros del bosque, ataviada con un ligero vestido negro y un chal blanco, prometió fidelidad a la universidad y dio las gracias a los asistentes. En tres ocasiones anteriores, la ceremonia de imposición había sido pospuesta debido al precario estado de salud de la escritora, nacida en Vélez-Málaga y que contaba entonces con 82 años.

María Zambrano.
Tras las palabras de Juan Fernando Ortega, profesor titular de Filosofía de la universidad malagueña, la escritora María Zambrano se ciñó a sí misma el birrete azul celeste sobre su cabellera blanca y ondulada de leves tonos rojizos. Posó por un momento para los fotógrafos y las cámaras de televisión.

Había escuchado sentada el parlamento del profesor malagueño, mientras las autoridades académicas permanecían en pie. Un ligero gesto del rector, José María Martín Delagado, impidió que se levantara para la imposición del birrete, y ella misma se lo ciñó, ladeándolo ligeramente. Más tarde, el rector malagueño repitió la ceremonia y pronunció unas palabras de agradecimiento y afecto.

Se trató del segundo gran homenaje a "uno de los pensadores más profundos y originales que ha dado España durante el siglo XX", como afirmó Juan Fernando Ortega. El anterior reconocimiento fue la concesión del Premio Príncipe de Asturias en 1981, cuando aún estaba en el exilio.

María Zambrano salió de España en 1939; residió en Francia, Estados Unidos, México, Cuba, Puerto Rico y Suiza hasta su regreso, el 20 de noviembre de 1984. Fueron, por tanto, 45 años de ausencia, durante los que no dejó de escribir sobre su país: Los intelectuales en el drama de España (1937), La España de Galdós (1960), España, sueño y verdad (1965).

A su regreso declaró: "¿Volver a España? Yo nunca me he ido". Considerada por el filósofo rumano Cioran como la más original creadora de los discípulos de Ortega, su pensamiento y su palabra precisa y luminosa no dejaron nunca de producir obras en las que relaciona disciplinas y profundizó en la filosofía, la estética, la religión y la poesía. Ya en 1955, Zambrano comenzaba su ensayo El hombre y lo divino con la siguiente frase: "Una cultura depende de la calidad de sus dioses".

María Zambrano miraba el día de su merecido homenaje asustada al repleto salón de su casa. Una cincuentena de personas, entre amigos -muchos poetas- y periodistas, asistieron a casual autoimposición como autoridad académica.

PUBLICIDAD

Dos libros imprescindibles https://amzn.to/2PVjEzb




lunes, 22 de octubre de 2018

Nace María Zambrano

El día 25 de abril de 1904 nace en Vélez-Málaga (Málaga) la filósofa María Zambrano. Hija del pedagogo Blas José Zambrano, tan sólo permanecería tres años en su tierra natal ya que su familia se trasladó a Jaén y luego a Segovia, ciudad donde cursó el bachillerato y a la que años después dedicaría un ensayo, y donde su padre fue contertulio y colega de Antonio Machado, siendo profesor de la cátedra de Gramática Castellana en la Escuela Normal de Magisterio

En Madrid estudia Filosofía, asistiendo, durante los años 1924-27, a las clases de Ortega y Gasset, de García Morente, de Julián Besteiro y de Xavier Zubiri, integrándose en los movimientos estudiantiles y colaborando, a partir de 1928 en distintos periódicos.


María Zambrano. Foto: Fundación María Zambrano.

Trabajó como profesora en la Universidad de Madrid. Contrae matrimonio en 1936 con Alfonso Rodríguez Aldave, secretario de Embajada de España en Santiago de Chile. Tras la Guerra Civil española se exilió en México donde enseña filosofía en la Casa de España y fue profesora de la Universidad de Morelia, después viaja a La Habana (Cuba), en cuya universidad enseñó durante varios años y posteriormente en la Universidad de Puerto Rico. Residió en Italia y en Suiza antes de su regreso a España.

María Zambrano fue muy crítica con el pensamiento europeo de los siglos XVIII y XIX, el cartesianismo y el racionalismo que, según ella, condujeron a los desastres del XX. Su obra refleja algunas ideas de la filosofía de Ortega. Para ella, la filosofía es un acontecimiento y no sólo un problema. Pensaba que los problemas filosóficos no son sólo problemas técnicos, sino más bien misterios o símbolos que es necesario desvelar. Sostenía que la filosofía sería una tarea de construcción e interpretación de símbolos.

 Uno de sus temas fundamentales es el análisis de lo que denomina "razón poética", como aparece en Claros del bosque (1977). Afirmó la relevancia de lo que denomina el "saber del alma", que queda unido a su reflexión sobre la esperanza y sobre la urgencia de lo divino en la vida humana. Ejemplos de esto último serían Hacia un saber sobre el alma (1950) y El hombre y lo divino (1955). Entre el resto de su obra destacan: Filosofía y poesía (1939), La agonía de Europa (1945) o El sueño creador (1965). En 1993 se publicó una antología, La razón de la sombra, de su obra completa.

Terminada la guerra, entre silencio y exilio Zambrano optó por el exilio. Eso la condenó al ostracismo en su país hasta que se restauró la democracia. En un texto inédito publicado en la obra colectiva Pensadoras del siglo XX, coordinada por Amelia Valcárcel (Instituto Andaluz de la Mujer, 2001) dice: "Para mí el exilio fue fecundo, pues que me dio libertad de pensar y la angustia económica que en España no habría tenido, pues habría ganado fácilmente una cátedra, pero me hubiera conformado, atada como si fuera una artista, como Picasso, que al encontrarse fuera de España abrió las alas". Sólo volvió en 1984, vestida con un largo abrigo blanco.

Antes, en 1981 y en plena ola de peticiones para que regresara (se lo pide la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Vélez-Málaga -que le ofrece vivienda-, se lo piden los intelectuales), ella había dicho que le costaba, no sabía por qué: "Es que es terrible volver al cabo de tanto tiempo. Yo siento la llamada. Yo quiero ir. Pero lo que no quiero es tirarme por la ventana. Hay algo que todavía se resiste (...) Que sea lo que Dios quiera".

En 1981 se le otorga el Premio Príncipe de Asturias. En 1988 le fue concedido el Premio Cervantes de LiteraturaMaría Zambrano falleció el 6 de febrero de 1991 en Madrid.