Mastodon Málaga y sus historias: suicidio
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martes, 10 de mayo de 2022

Los iluminados de Tolox

 

La noche entre el 21 y 22 de marzo del año 1886 se produjo un grave suceso en la localidad malagueña de Tolox, que fue considerado como el primer intento de suicidio colectivo en España.


Panorámica de Tolox.


En el año 1885 se presentó en la citada localidad un individuo que se hacía llamar padre José, que cargaba a sus espaldas una imagen de Cristo de tamaño natural, un personaje del que posteriormente se supo, gracias al sumario instruido por el juzgado de Coín, que tenía antecedentes por estafa. El presunto padre José no tardó en comenzar a lanzar su mensaje entre la población, que no era otro que la necesidad de la salvación ante la llegada inminente del fin del mundo. El medio propuesto para cumplir ese objetivo era la entrega de donativos.

En este escenario aparecen también otros dos personajes, el hipnotizador Mateo Romero y la espiritista y echadora de cartas Teresa Vilatoro, que enseguida fueron tildados por los vecinos como el santo y la santa, que aunque no se esclareció, todo apuntaba a que estaban compinchados con el padre José, ya que entre otras cosas, el trío procedía de la capital malagueña.

Las soflamas y acciones de estos líderes espirituales hicieron pronto mella en un sector de la población, especialmente entre un grupo de beatas a las que se denominó las ‘cuatro columnas’, entre las que destacaba Micaela Merchán, que luego tendría un papel destacado en los sucesos. Ese grupo de mujeres recibían en sus domicilios una serie de cartas, supuestamente enviadas por Santa Teresa, cuyos mensajes apocalípticos difundían por el pueblo mediante habladurías.

En este ambiente también comenzaron la supuestas apariciones de la mano de Miguel Soto Martín, conocido como el Pilonso, un jornalero natural de Tolox, que aseguró haberse encontrado en un camino con el Niño Jesús quien, casualmente, también anunció la llegada de importantes acontecimientos. Ante la noticia transmitida por el Pilonso, su padre acudió al lugar de los hechos y aseguró haber encontrado a una señora vestida de luto, que también realizó los mismos presagios sobre el fin de los tiempos y que le rogó que en compañía de otros vecinos, provistos de velas, acudieran al cementerio a rezar. La presunta virgen también rogó que acudieran a uno de los vecinos más ricos del pueblo para que le pidieran un reloj de oro, como ofrenda. El propietario de la joya, se negó a su entrega y no dudó en montar un auténtico escándalo que, al parece fue el motivo de la huida de Tolox del padre José, que terminó refugiándose en el lugar donde más tarde se desencadenaron los hechos relacionados con los iluminados.

Poco después, la ya citada Micaela Merchán hace público que en la noche entre el 20 y 21 de marzo llegaría el fin del mundo, por lo que citó a los integrantes de esta especie de secta, unos 25 vecinos, a reunirse en un lugar situado junto al río Verde, con el objetivo de poner fin a su vida, tras lo que recibirían un maná celestial que les permitiría no tener que trabajar nunca más.

Comenzaron ritos y rezos, tras consumir hierbas alucinógenas, los participantes prendieron fuego a las chozas de la propiedad del esposo de Micaela Merchán, se despojaron de sus ropas, al parecer quemaron algunos animales domésticos y llegaron a infligirse castigos corporales que motivaron la aparición de lesiones en algunos de los participantes como se refleja en la causa instruida por el citado juzgado de Coín, que llegó a a procesar hasta un total de 22 personas a los que se aplicó la eximente de haber sido hipnotizados.

La locura colectiva terminó gracias a la intervención de la Guardia Civil procedente de la vecina localidad de Istán que había sido alertada por un vecino de las proximidades y que detuvo a los participantes por escándalo público, que tras el juicio celebrado por la Audiencia Provincial de Málaga serían condenados por delitos menos graves. Cuando se emitió la sentencia 13 fueron los condenados y 6 absueltos. Entre los absueltos se encontraban Isabel Gallardo Pato y Antonio Alonso Martín el Pilonso; los otros 6 obraron sin discernimiento, según la sentencia, “por lo que se absuelven y se mandan entregar a sus respectivas familias con encargo de vigilarlos y educarlos”. Del padre José nunca más se supo.


Fuente documental: Los Iluminados de Tolox. Francisco Lara Millán. Blog Noticias de Tolox.

El proceso de los iluminados de Tolox. Enrique Mapelli, Revista Jábega, número 26, 1979.

viernes, 5 de noviembre de 2021

El suicidio de Horacio Lengo

 

Horacio Lengo Martínez fue un pintor de la escuela malagueña, tío de los también artistas Francisco y Tomás Sancha Lengo. Nacido en Torremolinos en 1838, estudió en Cádiz, donde se casó, y entró en contacto con el mundo artístico a través de Serafín Martínez del Rincón. Tras viajar a París, donde fue discípulo de León Bonnaty, participó en las exposiciones de 1875 y 1876 de la capital francesa y presentó sus obras en diversas exposiciones nacionales en la década de 1880.


Caricatura de Horacio Lengo realizada por Ramón Cilla.


En 1872 se instala en Málaga, donde es nombrado secretario del Liceo y participó en su exposición con varios bodegones y los cuadros Un duelo, Muerte en los callejones de Málaga y ¡Venga ratas¡. Manifiesta por entonces sus diferencias en la prensa con el pintor Bernardo Ferrándiz al que llega a caricaturizar en tono burlesco.


Durante la primera mitad de la década de 1880 fue un pintor reconocido, prolífico y en el que sus cuadros eran comprados a peso de oro. En una crítica de 1892 en La Ilustración Católica, se afirmaba que “ni mereció la reputación con que pudo ufanarse algunos años, ni el posterior e implacable olvido”.


Se suicidó ahorcándose en su taller de Madrid el 3 de julio de 1890, desesperado porque estaba perdiendo la vista, y fue enterrado en el cementerio de San Justo de la capital española. A Horacio Lengo se le ha llegado a calificar como “el pintor de las tórtolas” o como “el pintor de los pájaros y las flores”. Cultivó distintas temáticas, desde retratos de jóvenes damas, hasta naturalezas muertas o aves.


Su pintura se decantó desde los inicios hacia un estilo eminentemente decorativo, con composiciones florales, bodegones, alegorías donde las flores, los palomos y los azulejos de tipo islámico, están interpretados con excepcional realismo, deudoras del estilo que había introducido en Málaga el sevillano Bracho Murillo. Según la crítica Lengo empleó una pincelada exacta y unas composiciones realizadas con un dibujo exacto y ajustado a la realidad.


martes, 26 de mayo de 2020

Drama en el Club Mediterráneo

El 9 de agosto de 1991 Juan París Molina asesina en el Club Mediterráneo a sus cuñados Juan y Bernardo Díaz Recio y a su hija Dolores, hiere a una amiga de ésta y se suicida.

Instalaciones del Real Club Mediterráneo.
Juan París Molina, un empresario de 45 años, mató a tiros a su hija de cinco años y a dos de sus cuñados e hirió gravemente a una amiga de la menor, a los que disparó con un revólver en la terraza del Club Mediterráneo de Málaga. El homicida se suicidó luego de un disparo en la boca. París, que se había separado de su mujer hacía un año, entró en el club con dos armas y la emprendió a tiros con su familia política, con la que estaba enfrentado.

El múltiple homicidio tuvo como escenario el Club Mediterráneo de Málaga capital, situado junto al puerto. Un centenar de personas se encontraban en ese momento en el establecimiento. Juan París Molina se dirigió directamente a la zona conocida como La Pérgola, donde se encontraban dos de sus hijas y parte de su familia política.

Allí abrió fuego contra el grupo. Su cuñado, Juan Díaz Recio, de 50 años, falleció en el acto tras recibir dos impactos en la cabeza. Su hermano gemelo, Bernardo, también alcanzado por los disparos, murió mientras era trasladado al hospital Carlos Haya.

Momentos después, el homicida disparó contra su hija Dolores, de cinco años, que también ingresó cadáver en el centro médico. Su amiga Olaya Moya, de 12 años, fue intervenida quirúrgicamente en el citado hospital a causa de un impacto de bala. Posteriormente, al verse acorralado por agentes de la policía, el homicida se suicidó de un disparo en la boca.


París había confesado a sus íntimos que no aguantaba más la situación familiar, se había separado de su mujer hacía un año y tramitaba el divorcio. París llegó a litigar con su esposa por la custodia y el tratamiento de uno de sus hijos, de 18 años, que Había quedado tetrapléjico en un accidente sufrido en una piscina.

Según la misma confesión, su ex mujer le impedía ver a su hijo. La madre, que disponía de la custodia legal, se opuso a su traslado desde el Centro de Parapléjicos de Toledo a Málaga, lo que provocó una denuncia judicial del padre. Hacía tres meses, al cumplir el hijo su mayoría de edad, fue trasladado a un centro asistencial privado de Torremolinos, donde permanecía bajo custodia de su padre.