Mastodon Málaga y sus historias: Antonio Ramos
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jueves, 28 de septiembre de 2023

El Palacio Episcopal

 

El Museo Palacio Episcopal ARS Málaga de Málaga es un ejemplo de la arquitectura civil malagueña, inspirado en el barroco tardío del siglo XVIII. Su fachada complementa perfectamente con la de la Catedral, siendo lo más notorio en ella el cuerpo central formado por tres vanos superpuestos, encontrándose en el superior una hornacina con una Virgen de las Angustias, obra del escultor Fernando Ortiz.


Palacio Episcopal.


El edificio del Palacio Episcopal se levanta en la Plaza del Obispo muy próximo a la Catedral de Málaga, bajo el patrocinio del arzobispo José F. Lasso de Castilla, a partir del año 1762.

Su diseño se debe al arquitecto Antonio Ramos, quien a la muerte de José de Bada en 1756 continúa con las obras que éste realizaba para la catedral. La realización de este palacio supone la obra más importante de su autor y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil malagueña, y en ella Ramos distribuye los espacios alrededor de dos patios sucesivos, agrupando en torno al primero de ellos la zona pública del conjunto y levantando un cuerpo bajo con arquerías, mientras que en el segundo dispone sus frentes abiertos con balcones, ubicando sobre un costado una escalera de tipo imperial de doble tiro que comunica con la zona alta del palacio.

Alrededor del segundo patio, también organizado en dos plantas de altura con una ligera estructura de arquería, se distribuyen las dependencias privadas que se destinan al prelado.

Muy importante por su alta calidad compositiva es el diseño de su fachada principal, de tres plantas de altura, que se articula a través de pilastras pareadas y simples de bajo resalte entre las que se disponen grandes huecos a modo de balcones en las plantas superiores y de ventanales en la inferior.

De un barroco clasicista donde destacan los frontones rectos y curvos de los huecos superiores, sobresale en esta fachada su magnífica portada-retablo que se le superpone en el centro, en tres cuerpos de altura, combinando mármoles en colores gris para el fondo y rosa en las columnas, cuyo número decrece progresivamente en cada planta superior.

En ella destaca el gran balcón de movido diseño sobre la puerta de acceso, los elegantes remates con que se coronan pilastras y columnas, y los escudos que se muestran sobre la puerta de ingreso. Asimismo es de destacar en el último cuerpo de esta portada la profunda hornacina enmarcada entre pilastras con guirnaldas que aloja en su interior una imagen de la Virgen de las Angustias, que como ya se ha reseñado es obra de Fernando Ortiz.

A la muerte de Antonio Ramos en 1782, las obras de este palacio las continúa su sucesor José Martín de Aldehuela, quizá el autor de la balaustrada de piedra con que se acaba superiormente el edificio, añadido en un momento posterior.

Desde octubre de 2019 el edificio es el un centro cultural de la Fundación Unicaja de Málaga y que acoge una programación de actuaciones culturales de esta institución. Bien de Interés Cultural, este Palacio Episcopal está catalogado como monumento en el año 1991.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Antonio Ramos, el arquitecto de la catedral de Málaga

 

Antonio Ramos Medina, nacido en Málaga en 7 de enero de 1703 y fallecido en la misma ciudad el 27 de noviembre de 1782 fue un arquitecto que destacó, principalmente, por ser el maestro mayor de la construcción de la Catedral de Málaga. A los veinte años se había incorporado, mandado contratar por el arquitecto José de Bada, como tallista de capiteles, a las obras . En 1756 pidió el título de maestro mayor de la Catedral, que no se le concedió hasta 1760, tras la muerte de José de Bada. Aunque debido a las continuas ausencias y problemas de salud de este último, realizó funciones más amplias que las de aparejador cuando se estaban comenzando los cimientos de la torre actualmente inconclusa.


Catedral de Málaga.


También fueron destacadas sus numerosas intervenciones en edificios religiosos de Málaga, entre los que resaltan la iglesia de los Mártires y San Felipe o el Palacio del Obispo. Su propuesta para evitar los frecuentes desbordamientos del río Guadalmedina, fue muy beneficiosa para la capital malagueña, ya que constituían el peor azote por las catastróficas inundaciones que sus riadas provocaban. La idea consistía en eliminar tortuosidades del recorrido y puentes que entorpecían el cauce, y construir otros nuevos y dos canales paralelos externos para recoger las aguas de las alcantarillas. Así irían a parar directamente al mar las aguas de lluvia del casco urbano. Estas galerías aún existen y cumplen una importante función en la Málaga actual.


Hay que resaltar que las relaciones de Ramos Medina con el cabildo catedralicio estuvieron siempre cargadas de tensiones y problemas. En 1763, llegado el momento de realizar la unión de la parte nueva de la basílica con la antigua en la zona del crucero, el plan de Medina para ejecutar esta última fase de las obras no consiguió la aprobación de los capitulares, que decidieron recabar un informe del ingeniero militar José Lacroe, encargado por entonces de las obras del puerto.


Este informe fue contrario al plan propuesto por Ramos, ante lo cual el Cabildo solicitó al rey que enviara un arquitecto que fuera hábil en este tipo de construcciones. El designado fue Ventura Rodríguez, que en aquellos momentos se ocupaba de la construcción de la capilla del Pilar en la Basílica de Zaragoza.


En 1782, con la aplicación del arbitrio de la Catedral a infraestructuras, se paralizan las obras y Ramos, que ya contaba con 80 años, mandó un escrito al cabildo catedralicio en el que exponía que habiendo cesado la obra desde el 17 de julio, se le conservase la mitad de su sueldo como jubilación. Desgraciadamente ese mismo año falleció.


En 1729, Antonio Ramos había contraído matrimonio con Salvadora Baguer y del matrimonio nacieron cinco hijos, cuatro de los cuales profesaron votos en la Iglesia Católica. El llamado arquitecto de la Catedral llegó a poseer una extraordinaria biblioteca, con valiosos tratados de arquitectura y construcción. Sus amplios conocimientos le permitieron escribir una obra titulada ‘Sobre la gravitación de los arcos contra sus estribos y sobre el cálculo para la resistencia de éstos’.


Por último añadir que el inicio de las obras de la Catedral de Málaga, una de las principales joyas del Renacimiento español, se sitúa en 1487, año en el que la ciudad de Málaga fue conquistada por las tropas castellanas. Fue entonces cuando la Mezquita Aljama se convirtió en Catedral de la Encarnación. Por lo que la construcción del templo, aún inacabado, se prolongo durante siglos. Una tardanza que se puede generalizar a todos los grandes proyecto de la ciudad, también en la actualidad.