Mastodon Málaga y sus historias: Guadalmedina
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jueves, 6 de marzo de 2025

La pescadería de San Andrés

 

La antigua pescadería en la playa de San Andrés se encontraba en la zona, donde se desarrollaba un importante centro de actividad pesquera en el pasado, donde los pescadores descargaban sus capturas y las vendían directamente al público.


Antigua pescadería en las playas de San Andrés (1909). Archivo UMA


La antigua pescadería, que había estado en lo que luego sería el Muelle Heredia, hubo de ser trasladada en la década de los años 90 del siglo pasado, puesto que se estaba realizando la reforma y ampliación portuaria de la zona, llevándola al oeste del Guadalmedina.

Además, en 1927 se acometió la rectificación y modificación del cauce del Guadalmedina, que vino a atravesar el nuevo asentamiento de las casas y almacenes de los pescadores y sus familias, que, una vez destruido, nuevamente hubieron de trasladarse más al occidente aún, a la altura de El Bulto.

Con el tiempo, la actividad pesquera en la zona disminuyó y la antigua pescadería fue perdiendo relevancia. Fue en los años 60 y 70 cuando se desarrolló un chabolismo muy patente, una vez ya las industrias habían dicho adiós hacía tiempo a la ciudad y lo que quedaba en la zona eran los restos de pescadores que ya, con el crecimiento del Puerto, habían dejado de acudir al Playazo de la Pescadería. A pesar de que la antigua pescadería ya no existe como tal, su recuerdo perdura en la memoria de los malagueños y en la historia de la ciudad.


Fuente documental: https://www.facebook.com/groups/ArchistoricoMalaga/posts/2826551934195928. Anton Ozomek Fernández. Archivo Histórico de Málaga


martes, 18 de febrero de 2025

La profesión de arenero

 

La profesión de arenero en Málaga, como en otras partes de España, se refiere a una labor históricamente vinculada a la extracción, transporte y venta de arena, especialmente en zonas cercanas a ríos, playas o canteras. Esta actividad fue común en épocas pasadas, cuando la arena se utilizaba en la construcción, en la fabricación de cemento y en otras actividades relacionadas con la edificación y la industria.


Cargando arena en el Guadalmedina.


En Málaga, esta labor se realizaba principalmente en zonas próximas a las playas y ríos como el Guadalmedina. Los areneros recolectaban arena que luego era transportada a los mercados o directamente a las obras. Se utilizaban herramientas manuales como palas y cestos, y a menudo animales de carga, como burros o mulas, para transportar la arena. Era una profesión dura, físicamente exigente y en muchos casos mal remunerada. Los areneros trabajaban largas jornadas bajo el sol y con riesgos derivados de la inestabilidad de las orillas o las mareas.

La llegada de maquinaria y procesos automatizados reemplazó las labores manuales, por otra parte, las leyes para proteger las costas y los ríos limitaron la extracción de arena en estos entornos naturales. Además, el uso de materiales artificiales en la construcción redujo la demanda de arena natural.

Aunque ya no se ejerce como tal, la profesión de arenero forma parte del patrimonio histórico de Málaga. En algunos casos, se recuerda a través de relatos, fotografías antiguas y documentos históricos que destacan el papel de estas personas en el desarrollo de la infraestructura de la ciudad.

viernes, 7 de febrero de 2025

Puente del Carmen

 

El Plan General de Mejoras de Málaga de 1924 incluía entre sus proyectos un puente de hormigón armado entre el de Tetuán y el mar, respondiendo a la necesidad de mejorar la comunicación de la zona suroeste de la ciudad y el ferrocarril.


Puente del Carmen.


Después de dos proyectos redactados por Francisco Martín Gil en 1926 y por José María Cano Rodríguez en 1929, que no se llevaron acabo, el nuevo puente de Nuestra Señora del Carmen se inauguró en 1938, construido sobre el proyecto de Emilio Miranda Lafuente.

Consta de tres tramos rectos de 18,50 metros de luz entre ejes de pilas y 17 de luz libre, sobre pilas de 1,50 de ancho. La calzada tiene 12 metros de anchura, más dos aceras de 2 metros.

La altura libre es de 3 metros en los vanos laterales y 3,20 en el central. Las pilas de 18 metros de longitud se proyectan de hormigón en masa con una sección ligeramente ataluzada. Se rematan en tajamares en tronco de cono, de mampostería, sobre basamento cilíndrico de sillares. El tablero se forma por seis vigas de hormigón armado unidas por un forjado.

La barandilla se forma mediante tubos de hierro sobre montantes del mismo material. La decoración general del puente y sus farolas fue diseñada por el arquitecto Fernando Guerrero-Strachan, quedando simplificada en obra.


Fuente documental: Puentes sobre el Guadalmedina. Fundación CIEDES

martes, 10 de septiembre de 2024

Puente de Tetuán

 

El Puente de Tetuán fue inaugurado en 1860, coincidiendo con la victoria lograda por el ejército español en la ciudad marroquí durante la llamada Guerra de África, de ahí su nombre. Fue el primer puente de la ciudad que permitió el tráfico de carros y vehículos y la primera comunicación directa entre la Alameda y el popular barrio de El Perchel, zona en la que por aquel entonces se ubicaron las grandes fábricas de la Málaga industrial, es decir, se erigió como un nudo estratégico en las comunicaciones urbanas, al enlazar la zona industrial del oeste y la estación con el centro y con el puerto, salvando el obstáculo del río. Proyectado por Luis Gracián, en él llamaba la atención sus características vigas que separaban las zonas peatonales laterales de la calzada central para vehículos.


Puente de Tetuán en 1900. Archivo Municipal.


El de Tetuán es el primer gran puente de la ciudad moderna que resistió sin cambios más de 50 años, ya que no sufrió su primera remodelación hasta 1913. Entrado el siglo XX, el puente comienza a ser insuficiente para el tráfico de la época y, sobre todo, para dar respuesta al tranvía, en concreto a la línea que enlazaba el barrio de Huelin y la estación con el centro a través de la calle Cuarteles y que atravesaba el Guadalmedina.

Es por esto que se decide la construcción de un segundo puente más ancho que se asienta sobre los basamentos del anterior y que permite un mayor tráfico rodado. Este segundo Puente de Tetuán fue diseñado por el ingeniero Eduardo Franquelo.

Del primer puente, Franquelo aprovechó sus estribos de cantería, de los que aún se conservan restos bajo el puente actual. Especial interés tienen las seis farolas que fueron proyectadas específicamente para este puente y cuyo atractivo diseño modernista fue recuperado décadas más tarde para el entorno de la Alameda.

El puente de Franquelo fue proyectado en 1913 y ya estaba en servicio en 1916, cuando la calle Cuarteles, el propio puente y la Alameda ya habían sido declarados parte de la carretera que iba de Cádiz a Barcelona, por lo que en el futuro tendría que absorber el tráfico urbano más el de la carretera de la costa. Y es que el paseo central de la Alameda Principal no fue abierto al tráfico rodado hasta 1925.

Este puente resistió hasta 1971, cuando es demolido y sustituido por el actual puente de hormigón. Desde la década de los 70 hasta el año 2016, el Puente de Tetuán se ha mantenido sin cambios. Pero las obras del metro, obligaron a derribar el lateral norte del puente, reconstruido finalmente en 2019.


Fuente documental: Puentes sobre el Guadalmedina. Fundación CIEDES.

viernes, 3 de mayo de 2024

La Puerta de Espartería

 

En el año 1675 la Puerta de Espartería estaba en un estado tan lamentable, que no era posible cerrarla por noche, como disponían las Ordenanzas y con gran peligro para la ciudad, por lo tanto el gobernador, marqués de Villafiel, mandó poner unas nuevas.


El trazado de la Acera de la Marina se correspondía con el de la antigua
 muralla de la ciudad en el tramo comprendido entre
 la Puerta de Espartería y la Puerta de los Siete Arcos.


El mayor obstáculo fue comprobar que no había suficiente madera. Para solucionarlo el marqués, pidió a los vecinos los tablones que tenían reservados para las puertas de sus viviendas. Ante esta exigencia los malagueños entregaron el material requerido, y con él se hicieron los batientes de la Puerta de Espartería, que fueron revestidas con chapas de hierro traído de Vizcaya y Granada, conectándolas con fuertes hierros a los grandes muros para dejarlas firmes y seguras.

Para prevenir que en tiempos de inundaciones, cuando estas puertas estaban cerradas por la noche, se llenara de agua delante de ellas, al cortar su trayectoria hacia el mar, como ya había pasado en otras inundaciones causadas por el río Guadalmedina, se propuso que en la parte baja de los fortificados paneles de dicha puerta no fuesen compactos, sino que tuviesen unas fuertes rejas de hierro de tres cuartas de altura, para prevenir que cuando hubiese inundaciones el agua circulara con la máxima facilidad a través de dicha rejas.

Todos estos trabajos produjeron un alto coste, que llegaron a la cifra de 600 ducados, solución que fue resuelta por el marqués de Villafiel al acordar que parte de dicha cantidad la pagaría de los Propios, el resto deberían abonarlas los comerciantes.

El sentimiento religioso de los malagueños quedó de manifiesto en la colocación de una cruz en la parte superior de la puerta, recibiendo desde aquel momento el nombre de Puerta de la Cruz, también se puso en ella un reloj, muy útil por ser un lugar comercial y transitado, aunque el pueblo continuó denominándola de Espartería.

Fuente documental: Sociología de la vivienda pública y privada malagueña en el siglo XVIII. Juan Fernando López Fernández. Universidad de Málaga

lunes, 8 de abril de 2024

El Puente del Ferrocarril del puerto

 

El Puente del Ferrocarril es un puente de hierro situado en la desembocadura del río Guadalmedina, construido en 1927 en la fábrica de construcción de máquinas de Tomás Trigueros de Málaga. Comunica directamente la estación del ferrocarril con el puerto de Málaga. Las industrias más importantes de la zona oeste de la ciudad, también disponían de acceso a la vía férrea y utilizaban dicho puente para el transporte y recepción de mercancías.


Puente del ferrocarril del puerto.


El puente es del tipo denominado Linville de 74 metros de longitud, que utiliza vigas de cajón y los remaches como sistema constructivo. Desde sus orígenes dispone de doble vía, una de ellas actualmente fuera de servicio al utilizarse como soporte para tuberías de agua.

Hasta hace pocos años se encontraba en mal estado. Gran parte de su estructura estaba muy oxidada y se habían desprendido algunos de sus elementos constructivos auxiliares, como tramos de la baranda, por lo que hacía muy peligroso su recorrido.

En mayo de 2015 daban comienzo las obras del proyecto de acondicionamiento y refuerzo estructural del puente metálico para ferrocarril sobre el río Guadalmedina que la Autoridad Portuaria de Málaga adjudicó a la empresa Acciona Infraestructuras.

Si bien el puente no ha tenido que dejar de ser utilizado en ningún momento, sí contaba con algunas limitaciones que se vieron eliminadas gracias a esta remodelación. De esta forma, se incentivaba la oportunidad de captar un mayor tráfico comercial en el Puerto de Málaga, sumándose a las conexiones ya existentes por aire, tierra y mar.

jueves, 2 de febrero de 2023

El puente de Armiñán

 

A principios del siglo XX, la ciudad de Málaga experimenta un importante crecimiento hacia su zona norte, que unido a la necesidad de mejorar la comunicación con el Hospital Civil obliga a la ciudad a pensar en la construcción de nexos de unión que faciliten el tránsito de unos barrios a otros. Así, comienza a gestarse el Puente de Armiñán, que debe su nombre a Luis de Armiñán, afamado diputado del Partido Liberal por Archidona y director general de Obras Públicas, lo que contribuyó a que el proyecto del puente saliera adelante.


Construcción del Puente de Armiñán. 1911. Archivo Municipal.


El nuevo puente sobre el Guadalmedina, que fue inaugurado el 20 de noviembre de 1911, por el ministro de Fomento, Miguel Villanueva, se convirtió en el primer puente malagueño realizado en hormigón armado y conectó el barrio de El Molinillo con la Trinidad.

En la mitad de la década de los 60, este puente fue objeto de una importante remodelación al llevarse a cabo una ampliación de su calzada que pasó de uno a dos carriles. En la actualidad, el citado puente podría verse afectado por las propuestas del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, para realizar con motivo de la Expo Internacional de 2027 y más concretamente con la creación de un parque fluvial en el Guadalmedina.

Es frecuente la confusión entre el puente de la capital malagueña y otro del mismo nombre ubicado en la localidad de Cuevas de San Marcos, inaugurado en 1913, también bajo la dirección general de Luis de Armiñán.


miércoles, 8 de septiembre de 2021

Antonio Ramos, el arquitecto de la catedral de Málaga

 

Antonio Ramos Medina, nacido en Málaga en 7 de enero de 1703 y fallecido en la misma ciudad el 27 de noviembre de 1782 fue un arquitecto que destacó, principalmente, por ser el maestro mayor de la construcción de la Catedral de Málaga. A los veinte años se había incorporado, mandado contratar por el arquitecto José de Bada, como tallista de capiteles, a las obras . En 1756 pidió el título de maestro mayor de la Catedral, que no se le concedió hasta 1760, tras la muerte de José de Bada. Aunque debido a las continuas ausencias y problemas de salud de este último, realizó funciones más amplias que las de aparejador cuando se estaban comenzando los cimientos de la torre actualmente inconclusa.


Catedral de Málaga.


También fueron destacadas sus numerosas intervenciones en edificios religiosos de Málaga, entre los que resaltan la iglesia de los Mártires y San Felipe o el Palacio del Obispo. Su propuesta para evitar los frecuentes desbordamientos del río Guadalmedina, fue muy beneficiosa para la capital malagueña, ya que constituían el peor azote por las catastróficas inundaciones que sus riadas provocaban. La idea consistía en eliminar tortuosidades del recorrido y puentes que entorpecían el cauce, y construir otros nuevos y dos canales paralelos externos para recoger las aguas de las alcantarillas. Así irían a parar directamente al mar las aguas de lluvia del casco urbano. Estas galerías aún existen y cumplen una importante función en la Málaga actual.


Hay que resaltar que las relaciones de Ramos Medina con el cabildo catedralicio estuvieron siempre cargadas de tensiones y problemas. En 1763, llegado el momento de realizar la unión de la parte nueva de la basílica con la antigua en la zona del crucero, el plan de Medina para ejecutar esta última fase de las obras no consiguió la aprobación de los capitulares, que decidieron recabar un informe del ingeniero militar José Lacroe, encargado por entonces de las obras del puerto.


Este informe fue contrario al plan propuesto por Ramos, ante lo cual el Cabildo solicitó al rey que enviara un arquitecto que fuera hábil en este tipo de construcciones. El designado fue Ventura Rodríguez, que en aquellos momentos se ocupaba de la construcción de la capilla del Pilar en la Basílica de Zaragoza.


En 1782, con la aplicación del arbitrio de la Catedral a infraestructuras, se paralizan las obras y Ramos, que ya contaba con 80 años, mandó un escrito al cabildo catedralicio en el que exponía que habiendo cesado la obra desde el 17 de julio, se le conservase la mitad de su sueldo como jubilación. Desgraciadamente ese mismo año falleció.


En 1729, Antonio Ramos había contraído matrimonio con Salvadora Baguer y del matrimonio nacieron cinco hijos, cuatro de los cuales profesaron votos en la Iglesia Católica. El llamado arquitecto de la Catedral llegó a poseer una extraordinaria biblioteca, con valiosos tratados de arquitectura y construcción. Sus amplios conocimientos le permitieron escribir una obra titulada ‘Sobre la gravitación de los arcos contra sus estribos y sobre el cálculo para la resistencia de éstos’.


Por último añadir que el inicio de las obras de la Catedral de Málaga, una de las principales joyas del Renacimiento español, se sitúa en 1487, año en el que la ciudad de Málaga fue conquistada por las tropas castellanas. Fue entonces cuando la Mezquita Aljama se convirtió en Catedral de la Encarnación. Por lo que la construcción del templo, aún inacabado, se prolongo durante siglos. Una tardanza que se puede generalizar a todos los grandes proyecto de la ciudad, también en la actualidad.

viernes, 15 de enero de 2021

La llegada de la modernidad al puerto de Málaga (y II)

 

Puerto de Málaga en la actualidad.

En 1624 visitó Málaga el rey Felipe IV, interesándose por las obras del puerto y aposentándose en la Alcazaba. Dos días permaneció el joven rey en Málaga asistiendo a cuantas celebraciones se prepararon en su honor. Como tantas veces, los muelles volvieron a llenarse del habitual trajinar de la industria, pescadores vendiendo sus productos, marineros que desembarcan buscando tabernas y casas de reputación más que dudosa, palanquines que descargan los fardos de los barcos, charranes de playa que “vigilaban” sus negocios, toneleros preparando sus barriles, obreros que majaban el esparto, tapabotas de playa, navieros, trajinantes,y viajeros a punto de embarcar.


Entre estos últimos uno de los más ilustres fue Diego Velázquez, que en su segundo viaje a Italia en 1649 salió del Puerto de Málaga. Acompañaba al duque de Maqueda y Nájera, que iba a Trento para recoger a la archiduquesa Mariana de Austria, prometida de Felipe IV.


El movimiento de pasajeros y el comercio con los puertos más importantes de Europa fue constante. También con el norte de África, los llamados “presidios”, ocuparon un destacado lugar en la ruta de los buques, sobre todo a Ceuta y Melilla.


El Puerto de Málaga abastecía a la última de las citadas mediante el llamado barco de cruzada, una especie de “melillero” que atravesaba el mar de Alborán procurando evitar a los piratas berberiscos que estaban siempre al acecho. A lo largo del siglo XVII las obras portuarias permanecieron prácticamente paralizadas.


Las aguas del litoral malagueño eran por entonces muy peligrosas. No solo por los piratas que desembarcaban en las playas llevándose como esclavos a los que encontraban a su paso. También por las amenazas de flotas francesas o inglesas, que en alguna ocasión cañonearon la ciudad. El 4 de agosto de 1704 una escuadra angloholandesa de más de cincuenta buques, dirigida por el almirante Rooke se apoderó de Gibraltar. Poco después se hacían a la vela hacia aguas malagueñas, llegando en el amanecer del día 24 a sus costas y se inició la lucha. Fue la famosa batalla naval de la bahía de Málaga.


Al término de este largo conflicto Felipe V ordenó en 1717 proseguir con las obras del puerto, largo tiempo paralizadas, y las puso bajo la dirección del ingeniero Bartolomé Thurus. Se establecieron los correspondientes impuestos para sufragarlas, se redactó el oportuno proyecto y el 26 de abril de 1718 el gobernador de la ciudad informó al rey que se había puesto la primera piedra en el muelle de San Felipe.


Thurus diseñó un puerto cerrado, cuya bocana protegía con una fuerte cadena para evitar el ya crónico problema de la pérdida de fondo en la dársena por las arenas provenientes del Guadalmedina. Los trabajos continuaron bajo la dirección de otros ingenieros, entre ellos Jorge Próspero de Verboom, que ante el citado problema de aterramiento modificó el diseño anterior con un puerto “abierto”, en el que las corrientes de levante, con un flujo casi permanente, se encargarían de “extraer” los citados acarreos, el tradicional enemigo de estos muelles y de su tráfico portuario.


En 1783, a propuesta de Miguel de Gálvez, se produjo una extraordinaria iniciativa urbanística, el rey aprobó la creación de un amplio paseo sobre los terrenos portuarios situados delante de la Puerta del Mar. De aquel mismo año son los dos planos levantados por el ingeniero militar Joaquín de Villanova, uno de ellos conservado en la Universidad de Yale y el otro en el Museo Naval de Madrid.

jueves, 14 de enero de 2021

La llegada de la modernidad al puerto de Málaga (I)

 

Plano del puerto de Málaga.

A lo largo del siglo XVI fueron varios los informes redactados apoyando la construcción de un abrigo para los buques que llegaban a Málaga. En 1526, el visitador Ramiro Núñez de Guzmán informó al rey de que Málaga necesitaba un muelle.


Mientras tanto los rebatos eran frecuentes, debidos al permanente acoso de los piratas berberiscos que recorrían el Mediterráneo. Por ello el rey Carlos I ordenó establecer en la bahía de Málaga una base para la escuadra de galeras de España, mandada por Álvaro de Bazán. En 1534, ante la noticia de que el temido Barbarroja se dirigía a estas costas, la corona impulsó la reparación de las murallas y las incipientes defensas portuarias.


La primera gran fecha en la historia del puerto moderno corresponde al 8 de mayo de 1545, en la que se autorizó por una real provisión establecer una sisa de hasta 5000 ducados anuales por cinco años para iniciar las obras. Estas llegaron a comenzarse con la construcción de un muelle que arrancaba del espolón situado delante del castillo de los Genoveses.


Las obras fueron dirigidas por un ingeniero vasco, Juan de Guilisasti, que curiosamente no sabía leer y escribir. Pero pronto las obras del citado muelle se paralizaron al demostrarse inútiles, puesto que contra él se creó una playa por causa de los acarreos arrastrados por las ya frecuentes avenidas del Guadalmedina, empujados por los temporales de poniente.


En el comercio las necesidades crecían, ya que desde el término de la Reconquista se habían impulsado las actividades mercantiles gracias a una tierra y a una climatología muy favorables. Intenso era el tráfico en la “vendeja”, período centrado en los meses de septiembre y octubre en el cual numerosas naves llegaban a este puerto a cargar la pasa, el vino y otros productos agrícolas malagueños.


Ello, unido a la necesidad de contar con un abrigo seguro para las naves mercantes y las galeras que defendían la costa sur de la Península, y con las constantes peticiones de los regidores del cabildo municipal, llevaron al rey Felipe II a autorizar en 1587 el inicio de las obras de un puerto llamado a convertirse en uno de los más capaces del Mediterráneo.


Para dirigirlas, el rey designó al ingeniero Fabio Bursoto, que había concluido recientemente la construcción del puerto de Palermo. Su proyecto consistía en un largo muelle que arrancaba en un saliente rocoso situado donde hoy está el Hospital Noble, a fin de abrigar la dársena de los temporales de levante, los más frecuentes y peligrosos. Se complementaba el abrigo con otro espigón que partiendo de la punta situada delante del castillo de los Genoveses, es decir el muelle iniciado en 1545, defendería el puerto de las marejadas de poniente y de las arenas arrastradas por las crecidas del Guadalmedina.


Al fin, en 1588, tras los trámites administrativos, se dio principio al muelle y se echó la primera piedra santificada con la bendición y oraciones del Obispo que se halló presente a esta solemnidad, con los clérigos de su Iglesia y la Justicia y Regimiento, con gran regocijo y contentamiento general de todo el pueblo.


El proyecto prosiguió durante unos quince años no sin dificultad por los efectos de los temporales, frecuentes en estas aguas en el otoño y la primavera, y siempre condicionado por los necesarios impuestos destinados a las obras, que nunca se recaudaban con la diligencia debida.