En cuanto a las técnicas y materiales empleados para la construcción
del Acueducto de San Telmo, cabe precisar que
son diversas dependiendo de la estructura y su función. Ahora bien,
en líneas generales destacar el uso de la mampostería para el azud
de derivación del agua desde el río y la sillería y el ladrillo
que se utilizan para parte de las arcadas del acueducto y en la
bóveda durante los primeros 300 metros del mismo.
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| Acueducto de San Telmo. |
Del acueducto se
pueden resaltar tres tramos de carácter monumental a partir de su
nacimiento. Estos son el puente de Arroyo Humaina, el puente
de Arroyo Hondo y el puente de Arroyo Quintana. Todos
ellos a 15 metros de altura, realizados en obra latericia (de
ladrillo) salvo los tajamares en los que se utilizan sillares de
arenisca.
El primer puente
discurre a 2,7 kilómetros de su arranque. Posee cuatro arcos de
medio punto de 7 metros de luz que permiten salvar 75 metros de
longitud. Los tajamares son diversos a un lado y a otro, de sección
triangular a Este y con espolones semicirculares a Oeste.
El puente de Arroyo
Hondo se encuentra a 4,7 kilómetros del nacimiento. Presenta
44,3 metros de longitud y 2,2 metros de ancho. Se compone de dos
arcos centrales de medio punto con tajamares de prisma hemihexagonal
y un pretil horizontal a Sur y triangular a Norte.
Centrándose en el
tramo a su paso por Ciudad Jardín, denominado el puente de
Arroyo Quintana, conocido popularmente como “el puente de
los once ojos”, cabe precisar que se sitúa en el kilómetro
7,1 y es el tramo más largo. Con una longitud de 170 metros se
observan once arcos de medio punto de los trece existentes en origen.
El central presenta una luz mayor. Se asienta sobre pilares de
ladrillo de planta cuadrada y tajamares de sección triangular.
Su concepción
estilística es muy sobria y únicamente en el tramo sobre el arroyo
de Humaina se percibe la presencia ornamental con la
disposición de una hornacina que, aunque vacía, se presupone
destinada a disponer una imagen religiosa.
No ocurre así con
el elemento final del acueducto, la alcubilla de la calle Refino.
Esta posee una planta pentagonal, estructura de ladrillo y cubierta a
cuatro aguas de teja vidriada con alternancia azul y blanca y remate
cerámico. El frontal, plantea una sola calle flanqueada por
pilastras y dos alturas. En la inferior se sitúa una hornacina
abierta con posterioridad que acoge la imagen de la virgen Divina
Pastora y sobre ella una placa con una dedicatoria en latín
dedicada al obispo Molina Lario, en la que se dispone su
escudo, planteando así una función también conmemorativa y
religiosa.
A partir de la
alcubilla de la calle Refino el acueducto surtía en inicio a
las fuentes de Pasillo de Santo Domingo; a la de la Alameda
Principal conocida con el nombre de la fuente de las figuras;
a la fuente de la Plaza del Obispo; y a la fuente de la Calle
de la Victoria y a la Plaza de Capuchinos. Ahora bien, a
partir de 1884 sólo lo hará a las fuentes de la Plaza de la
Aduana, de la Aguada del Puerto, de Olletas, de
Lagunillas, de Calle Los Cristos, del Cementerio de San
Miguel y de Carrera de Capuchinos.
En la actualidad, el
acueducto es un bien en uso hasta llegar al Centro Asistencial San
Juan de Dios lo que permite el riego hasta ese punto y en el
tramo urbano se ha llevado a cabo su restauración, pero ya sin
presentar el uso originario. Es en este último tramo en el que
desgraciadamente se han producido bastantes perdidas, entre ellas las
derivadas de a destrucción de parte del acueducto debido a la
construcción del actual Instituto Martín del Aldehuela.