Mastodon Málaga y sus historias: Litoral
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jueves, 18 de mayo de 2023

El editor Ángel Caffarena

 

Ángel Caffarena Such, nació en Málaga en 1914, concretamente en el número 3 de la calle Strachan, el mismo edificio familiar en el que nació y vivió Emilio Prados, primo hermano de su madre, quien ejerció una influencia decisiva sobre él.


Ángel Caffarena.


En 1934 obtuvo el título de maestro de grado profesional y en 1935 el de profesor mercantil. En Madrid cursó estudios de Derecho y Filosofía y Letras. Tras la guerra civil ocupó diversos cargos en la administración del Estado. En 1959 creó la librería anticuaria El Guadalhorce. Paralelamente a la compraventa de libros y animado por Emilio Prados, Ángel Caffarena se embarcó en solitario en un ambicioso proyecto editorial llamado Ediciones El Guadalhorce, que a partir de 1960 dio a la luz importantes originales de los poetas del 27, así como las primeras obras de poetas noveles.

Trasladado a Alicante, fundó la galería de arte Litoral, que fue la primera en exponer en España obras de Alberti. Posteriormente, regresó a su ciudad natal, donde permaneció el resto de su vida. Fue nombrado cronista oficial de Málaga en 1963 y de la provincia en 1964.

La faceta más sobresaliente de Ángel Caffarena fue su labor como editor, que continuaba una fecunda tradición malagueña. En la misma imprenta Sur que alumbró Litoral, editó una importante Antología de la poesía malagueña contemporánea (1960), en la que el editor dio cabida también a poetas no nacidos en esta ciudad, aunque vinculados a ella.

En 1961, Ediciones El Guadalhorce inició la publicación de los Cuadernos de María Cristina, una colección de veinte cuadernos numerados, cuyo objetivo fue dar a conocer la obra de los poetas del exilio y de otros poetas del interior.

Por su parte, los Cuadernos de María José comenzaron a editarse en 1966. Esta colección acogía a poetas jóvenes y desconocidos en la mayoría de los casos, aunque alguno llegó a ser reconocido después, como Pere Gimferrer o Guillermo Carnero. Alternaban estos poetas noveles con autores consagrados como Gerardo Diego, Jorge Guillén o Vicente Aleixandre. El alcance de esta colección desbordó el proyecto inicial y se convirtió en una verdadera antología de la poesía española contemporánea.

Otras colecciones fueron Litoral, orientada a la traducción al español de autores poco conocidos; Juan Such, de obras de ensayo; Almoraduj y Cuadernos del Sur, que alberga obras de poesía, ensayo y narrativa; y Pintores contemporáneos, que se propuso aunar pintura y poesía.

Ángel Caffarena participó, junto a José María Amado y Manuel Gallego-Morell, en la edición de la tercera época de Litoral (Málaga, mayo de 1968), subtitulada en esta ocasión Revista de la Poesía y el Pensamiento. Formó parte del equipo de redacción de la revista, debiéndose a él, entre otros, los números dedicados a Picasso y a Miguel Hernández.

La faceta menos conocida de Ángel Caffarena es la de su poesía. Su obra poética, breve pero sugerente, está dispersa, aunque gran parte ha aparecido en diferentes ediciones de El Guadalhorce. Ángel Caffarena publicó también diversos ensayos históricos, biográficos y críticos.

Perteneció a la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y a las Reales Academias de Córdoba, Valladolid y Toledo. Recibió la Medalla de la Ciudad de Málaga en 1984.


Fuente documental: Ángel Caffarena Such. María Dolores Gutiérrez Navas. Real Academia de la Historia.

viernes, 1 de mayo de 2020

Muere José María Amado

El 10 de febrero de 1999 muere a los 82 años el editor José María Amado. El editor malagueño José María Amado y Arniches, director de la revista de poesía y pensamiento Litoral, fallecía en el hospital Carlos Haya de Málaga donde había ingresado aquejado de una neumonía.

José María Amado.
Amado, que era víctima del Alzheimer desde un año antes, había empeorado su salud tras sufrir un accidente doméstico. Fue enterrado en el cementerio de la localidad de Benalmádena, donde residía con su hija María José y su yerno, el pintor y poeta Lorenzo Saval, quien compartía con el fallecido la dirección de Litoral desde 1975.

Amado fue, como editor y director, artífice de la última época de Litoral, rescatando en 1968 una cabecera que se había convertido en mítica como plataforma estética de la Generación del 27, desde que en 1926 los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre crearan la revista donde publicaron sus primeros versos varios miembros de la citada generación.

La revista vivió dos épocas más. Una que sólo conoció dos números en 1929, donde José María Hinojosa se unió a los citados poetas, y otra desde el exilio mexicano en 1944, con Prados, Altolaguirre, Moreno Villa, Rejano y Giner de los Ríos.

Desde que José María Amado asumió su renacimiento, en 1968, la revista se ha publicado ininterrumpidamente, convirtiéndose en una exquisita referencia sobre la poesía y la pintura contemporáneas, normalmente bajo la estructura de números monográficos o de homenaje.´

Desde sus páginas se reclamó la vuelta del exilio de poetas como Alberti, o se publicaron homenajes a Lorca cuando tpdavía sus poemas eran casi clandestinos. María Zambrano, Brenan, Aleixandre, Bergamín, Neruda o Picasso, entre otros muchos, así como ediciones facsímiles de las primeras épocas de la revista y monografías dedicadas, por ejemplo, a la poesía del rock, erótica, cubana o escrita en diferentes idiomas, protagonizaron varios de sus números.

Todavía recuerdo con ternura la que creo que fue una de sus últimas entrevistas que me concedió para Diario 16 Málaga José María Amado. Todavía entonces conservaba una admirable lucidez.

martes, 7 de abril de 2020

El adiós a Jorge Guillén

El 27 de febrero de 1984 fallece Jorge Guillén a los 91 años en su domicilio del Paseo Marítimo de Málaga. Su entierro, realizado por deseo propio en el cementerio Inglés, es multitudinario.

"Soy Claudio Guillén. Mi padre ha muerto hace veinte minutos y le enterramos el miércoles, a las cuatro de la tarde, en el Cementerio Inglés de Málaga, frente al mar y, sin ceremonias religiosas, tal como él quería". Con estas palabras, el hijo del poeta, comunicaba telefónicamente a los medios la muerte de su padre.

Jorge Guillén.
El autor de Cántico, uno de los más brillantes de la Generación del 27, acababa de morir rodeado de sus dos hijos, Claudio y Teresa y de su segunda esposa, Irene. Desde días antes, la bronconeumonía que desde el verano aquejaba al poeta se había agravado y complicado con otras afecciones: una dolencia renal muy fuerte y una circulación cerebral muy pobre. Atendido por los doctores Francisco Sánchez Guerrero y Miguel González-Molina, el poeta ya no abandonó su domicilio.

Vicente Aleixandre, premio Nobel de Literatura y compañero de generación del poeta fallecido, supo la noticia en su domicilio de Madrid. El escritor dijo, "No me siento con ánimos porque no puedo ni manifestar mi profundo dolor por la pérdida de este gran artista. Fue un excelente e insustituible amigo. Ha sido una vida tan espléndidamente digna y alta, tan generosa, tan cumplidora de la obligación de dar poesía al mundo y a su país que no hay palabras para embolsar una inversión como la suya. Fue un ser admirado y querido. Es, y sigue siendo, uno de los más altos poetas que ha tenido España. Era un gran artista de la palabra española, expresada como una comunicación, un cántico, un dolor y un universo. Era, al mismo tiempo, uno de los altos exponentes de la poesía española de nuestro siglo, uno de los más elevados resortes expresivos que ha tenido nuestro país a lo largo de su historia".

Pedro Laín Entralgo, director de la Real Academia de la Lengua dijo: "La noticia es inesperada. Se trata de un gran e inmenso poeta. Siento una profunda pena. Las letras españolas han perdido a uno de los más ilustres hombres de nuestro siglo. La Academia, de la que él era miembro de honor, siente una herida muy honda y muy viva. Por él no se notaban los años que habían pasado porque mantenía un lúcido espíritu juvenil. Era un hombre lleno de vida hasta ayer mismo".

Francisco Ayala, premio Nacional de Literatura, que había sido recientemente elegido académico de la Lengua, recibió la noticia como "algo muy triste para la Literatura. Estamos ante la pérdida de un gran poeta porque su obra marcó una dirección particular con influencias directas sobre otros poetas. Su poesía era pura, depurada y estricta. Con una gran profundidad filosófica y con una visión original del universo. Personalmente, se trataba de un hombre fino, extraordinariamente amable, de gran cordialidad y delicadeza en el trato: un caballero".

Hacía siete años que Jorge Guillén había llegado a Málaga, ciudad elegida por el poeta para pasar el resto de sus días frente al cálido mar Mediterráneo. Guillén, "vallisoletano siempre" esperaba en Málaga su momento final: "Me dormiré, tranquilo, sosegado. No me despertaré por la mañana ni por la tarde".

La relación entre el poeta y la ciudad se remonta a los años en que cornienza a fraguarse lo que sería el movimiento de la Generación del 27. Eran sus contactos convertidos luego en amistad entrañable con Moreno Villa, Prados y Altolaguirre. Después de algunas publicaciones en revistas malagueñas, y sobre todo en la revista Litoral, Guillén viajó por primera vez a Málaga en abril de 1955.

A partir de entonces, el ilustre poeta visita asiduamente Málaga. Conoció sus lugares de interés artísticos y costumbristas y contactó con jóvenes poetas. En 1966 compró el apartamento en el Paseo Marítimo, frente al mar y ya sus visitas fueron cada vez de mayor duración.

"La dictadura se traga o no se traga. Como yo no la tragaba, por eso me marché", dijo Guillén al día siguiente de su llegada a Málaga, el 7 de enero de 1977, cuando ya había comenzado en España la transición. Se confesó demócrata, liberal y "profesional de la esperanza".

En Málaga escribió su última obra: Final. Durante este tiempo su salud se fue resquebrajando. Su primera dolencia importante fue una afección renal por la que tuvo que ser hospitalizado en Madrid en junio de 1977. En agosto de ese año, tuvo que ser atendido por los mismos motivos en el hospital Carlos Haya, al que volvió en diciembre. No obstante, su salud se vió especialmente resentida a consecuencia de la bronconeumonía que sufrió el 14 de julio de 1983, fecha en la que ingresó de nuevo en el hospital.

Guillén superó la crisis y regresó a su domicilió para continuar la recuperación. Ésta tuvo muchos altibajos y coincidió con el infarto sufrido por su esposa, Irene, cuya ausencia -estuvo hospitalizada una semana- le afectó especialmente.

En sus últimos siete años, Guillén recibió importantes premios y distinciones entre los que destaca el Cervantes, en 1976.

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jueves, 24 de enero de 2019

Federico García Lorca y Málaga

La relación de Federico García Lorca y Málaga es intensa. Desde su niñez, el poeta granadino pasaba los veranos en esta ciudad. Se hospedaba con su familia en el Hotel Hernán Cortés de la Caleta, donde conoce y entabla amistad con Manuel Altolaguirre y Emilio Prados.

Dibujo de García Lorca para 'Litoral'.
Ian Gibson sitúa los primeros encuentros de los dos poetas en el año 1912. Volvería a esta ciudad numerosas veces a lo largo de su vida, fascinado sobre todo por el mar: "Ya se está terminando mi temporada de campo, pues dentro de pocos días regresaremos a Granada, y de allí es probable que a Málaga (la ciudad que más quiero de toda Andalucía, por su maravillosa y emocionante sensualidad en carne viva), donde veré el mar, la única fuerza que me atormenta y me turba de la Naturaleza... ¿más que el cielo? ¡Mucho más!", escribe Lorca sobre Málaga en 1923, en una carta a Melchor Fernández Almagro.

Pero también su obra literaria está vinculada a esta ciudad. El 17 de mayo de 1927 sale de la imprenta Sur su poemario "Canciones", como suplemento de la revista Litoral. El primer número de la revista, publicada en 1926 contiene también poemas suyos.







lunes, 21 de enero de 2019

Primer número de la revista 'Litoral'

Aunque Gerardo Diego se había referido irónicamente a los poetas malagueños como "la escuela analfabeta", ya que ni Emilio Prados ni Manuel Altolaguirre ni Jose María Hinojosa tenían la condición de profesores que caracteriza a la mayoría de la Generación del 27, en Málaga va a aparecer la revista más singular de la época. En noviembre de 1926, Altolaguirre y Prados, con gran vocación por la imprenta, comienzan a publicar "Litoral".

Portada del primer número de 'Litoral'.
Revolucionaria en los aspectos tipográficos, destaca pronto entre otras cabeceras de la generación como "Cruz y raya", "Carmen", "Índice", "Verso y Prosa", "Mediodía", "Lola" o "Revista de Occidente". Sus colaboraciones son, en consecuencia, excelentes: Gómez de la Serna, Unamuno, Ortega, Lorca, Alberti, Guillén, Cernuda, Aleixandre...


En 1927, con motivo del homenaje a Góngora que aglutinará a los miembros de esta generación, publican su gran número triple dedicado al poeta cordobés. Con dos ilustraciones de Picasso y Juan Gris, más el "Córdoba" de Falla, allí están Moreno Villa, Dámaso Alonso, Tagore, Dalí, Romero Murube, Guillén, Aleixandre, Lorca, Alberti o los propios Altolaguirre y Prados.

El abandono por la administración que demuestran estos poetas conduce a penurias económicas y al cierre en 1928, aunque en 1929 reaparecerá con dos números codirigidos por José Mª Hinojosa. Su publicación y difusión fue decisiva para la configuración de lo que hoy se conoce como la Generación del 27.

Interrumpida por la Guerra Civil española, "Litoral" vuelve a aparecer en 1968 gracías al empeño de José María Amado. En la actualidad se edita en Torremolinos (Málaga) bajo la dirección de Lorenzo Saval.




jueves, 6 de diciembre de 2018

Aleixandre y Guillén

Después de dos años en Nueva York, regresa Jorge Guillén el 8 de enero de 1977 para instalarse definitivamente en Málaga. Guillén, y Vicente Aleixandre, dos de los más importantes representantes de la Generación del 27, están vinculados estrechamente a Málaga.

Vicente Aleixandre. Foto: El País.
Aleixandre, nacido en Sevilla, pasó su infancia y juventud en la capital malagueña, donde estudió bachillerato hasta que se fue a Madrid para hacerse abogado e intendente mercantil.

Su recuerdo de Málaga se plasmó en el verso "Ciudad del paraíso". No en vano sus inicios literarios están repartidos entre los primeros poemas publicados en "Revista de Occidente" y su primer libro poético "Ambito", aparecido como suplemento de la revista "Litoral".

La ciudad celebra con júbilo ese año 1977 la concesión a este malagueño de adopción del premio Nobel de Literatura.

Jorge Guillén en 1982.
En enero de 1982, el entonces profesor de Literatura de la Universidad Complutense de Madrid y luego catedrático de Literatura de la Universidad de Córdoba, Diego Martínez Torrón, visitó al poeta Jorge Guillén en su residencia de Málaga. El poeta de la Generación del 27 tenía entonces 89 años. Sus encuentros eran frecuentes y, en aquella ocasión, el profesor quiso grabar la conversación que mantuvieron y que se puede escuchar aquí.