Mastodon Málaga y sus historias: poesía
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jueves, 11 de febrero de 2021

El poeta Luis Martín de la Plaza

 

El poeta Luis Martín de la Plaza nació en Antequera en los primeros días del mes de febrero del año 1577 y fue bautizado en la iglesia de San Salvador el día 5 de ese mismo mes. Sus padres, García Martín e Inés Gutiérrez, se dedicaron al comercio de paños y tuvieron tres hijos. Luis Martín de la Plaza fue, esencialmente, un hombre de iglesia. Tras acabar los estudios de Humanidades en Antequera, probablemente en la cátedra de Gramática, estudió Cánones en la Universidad de Osuna (Sevilla), donde se graduó en 1597. En 1598 fue nombrado capellán de la iglesia y monasterio de Santa María de Jesús, fundada por su madre. Desde 1605 a 1622 fue párroco de la iglesia de Santa María la Mayor. Murió en esta misma ciudad en torno al 15 de junio de 1625.


Real Colegiata de Santa María la Mayor (Antequera).


Su obra está marcada por la dispersión en tres antologías de la lírica áurea, Flores de poetas ilustres de Pedro Espinosa (1605), Flores de poetas de J. A. Calderón (1611) y el manuscrito conocido como Cancionero antequerano. Su obra poética no se editó en vida, excepto el corpus contenido en Las flores de poetas ilustres.


Las composiciones incluidas en los otros dos florilegios permanecieron manuscritas e inéditas hasta la publicación de las Flores de poetas en 1896 por Rodríguez Marín y Quirós de los Ríos y la edición parcial del Cancionero antequerano por Dámaso Alonso, afinada por José Lara Garrido con la publicación del tomo primero de este Cancionero, que sólo recoge sonetos. Dominan las composiciones de temática amorosa, que alternan con el asunto mitológico, la reflexión moral, el tema religioso, algunas composiciones laudatorias e, incluso, algunas incursiones en la materia burlesca, como las quintillas “A una mujer flaca”, “Pluma, menester habéis”, determinadas por el modelo de Quevedo. Otra faceta relevante de la producción poética de Luis Martín fue la de traductor de Horacio, a cuyas odas aplica el procedimiento de la amplificatio manierista. El molde estrófico del que el poeta antequerano ostenta mayor dominio es el soneto, aunque cultivó otras estrofas que tienen como metro básico el endecasílabo. La poesía de Luis Martín se sitúa en la línea de depuración que va de Garcilaso a Fernando de Herrera, salpìcada por la asimilación de los principales rasgos de la lengua gongorina.


Manifiesta su poesía un gran dominio del latín y de la lengua toscana, así como la afición del poeta a participar en certámenes literarios. Su valoración entre los poetas del grupo antequerano-granadino se vió eclipsada por la relevancia crítica otorgada a la figura de Pedro Espinosa. Aunque la calidad de su obra fue reconocida por sus contemporáneos y por la historiografía posterior. La excelencia de la obra poética de Luis Martín de la Plaza, quedó patente en la recuperación de la obra del poeta antequerano certificada con la edición completa de sus poesías en 1995.

miércoles, 24 de junio de 2020

El escritor Justo Navarro

El 20 de diciembre de 1995 al escritor y traductor Justo Navarro le es concedido el premio Andalucía de la Crítica. Nacido en Velilla (Granada) en 1953, Justo Navarro se licenció en 1975 en Filología Románica en la universidad de su provincia natal.

Justo Navarro.
Según confesó en su día el propio escritor, el cambio de rumbo en su trayectoria literaria se debió, fundamentalmente, al hecho de haber fijado su residencia en Málaga, lo que proporcionaría al granadino mayor amplitud de miras que su ciudad natal: “Málaga me ha dado amplitud. En Granada yo no habría sido novelista. En Málaga sí me di cuenta de mi condición de forastero perpetuo”, al entender él la literatura como “un ejercicio de percepción de la realidad”.


El paso de la poesía a la novela sólo supuso para él “un cambio de mirada, de enfoque, pues en los dos casos se trata de transformar la percepción del mundo en signos lingüísticos.”

Relacionado con la poesía española contemporánea, ha escrito tres libros de poemas, además de varias novelas. Es colaborador ocasional de prensa y traductor de autores como Paul Auster, Jorge Luis Borges, T. S. Eliot, F. Scott Fitzgerald, Pere Gimferrer, Michael Ondaatje, Joan Perucho, Ben Rice y Virginia Woolf.

Comenzó su andadura literaria en la poesía, publicando Los nadadores (1985), y, al año siguiente, en el mismo género, apareció Un aviador prevé su muerte. Posteriormente, sin abandonar la lírica, ha desarrollado una sólida carrera en la narrativa, con títulos como Hermana muerte, Accidentes íntimos, El alma del controlador aéreo, El espía y Gran Granada, entre otros. En esta última novela dio vida a su logrado personaje del comisario Polo.

Navarro ganó en 1986 el Premio de la Crítica de poesía castellana por Un aviador prevé su muerte. En 1990 también ganó con Accidentes íntimos el Premio Herralde de Novela, concedido por la Editorial Anagrama a una novela inédita en lengua castellana, y en 1994 ganó el Premio Andalucía de la Crítica con su novela La casa del padre. Colaboró en el guion de la ópera basada en Don Quijote de la Mancha que La Fura dels Baus estrenó en 2000 en el Liceo de Barcelona. En 2016 volvió a ganar el Premio Andalucía de la Crítica con su obra, ya citada, Gran Granada.

Desde 2003, es miembro de la Academia de Buenas Letras de Granada y combina su labor de creación con la de traductor.

viernes, 1 de mayo de 2020

Muere José María Amado

El 10 de febrero de 1999 muere a los 82 años el editor José María Amado. El editor malagueño José María Amado y Arniches, director de la revista de poesía y pensamiento Litoral, fallecía en el hospital Carlos Haya de Málaga donde había ingresado aquejado de una neumonía.

José María Amado.
Amado, que era víctima del Alzheimer desde un año antes, había empeorado su salud tras sufrir un accidente doméstico. Fue enterrado en el cementerio de la localidad de Benalmádena, donde residía con su hija María José y su yerno, el pintor y poeta Lorenzo Saval, quien compartía con el fallecido la dirección de Litoral desde 1975.

Amado fue, como editor y director, artífice de la última época de Litoral, rescatando en 1968 una cabecera que se había convertido en mítica como plataforma estética de la Generación del 27, desde que en 1926 los poetas Emilio Prados y Manuel Altolaguirre crearan la revista donde publicaron sus primeros versos varios miembros de la citada generación.

La revista vivió dos épocas más. Una que sólo conoció dos números en 1929, donde José María Hinojosa se unió a los citados poetas, y otra desde el exilio mexicano en 1944, con Prados, Altolaguirre, Moreno Villa, Rejano y Giner de los Ríos.

Desde que José María Amado asumió su renacimiento, en 1968, la revista se ha publicado ininterrumpidamente, convirtiéndose en una exquisita referencia sobre la poesía y la pintura contemporáneas, normalmente bajo la estructura de números monográficos o de homenaje.´

Desde sus páginas se reclamó la vuelta del exilio de poetas como Alberti, o se publicaron homenajes a Lorca cuando tpdavía sus poemas eran casi clandestinos. María Zambrano, Brenan, Aleixandre, Bergamín, Neruda o Picasso, entre otros muchos, así como ediciones facsímiles de las primeras épocas de la revista y monografías dedicadas, por ejemplo, a la poesía del rock, erótica, cubana o escrita en diferentes idiomas, protagonizaron varios de sus números.

Todavía recuerdo con ternura la que creo que fue una de sus últimas entrevistas que me concedió para Diario 16 Málaga José María Amado. Todavía entonces conservaba una admirable lucidez.

jueves, 9 de abril de 2020

Fallece Vicente Aleixandre

En el que fue un año negro para la cultura española y malagueña, el 14 de diciembre de 1984 fallece Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura, cuya infancia transcurrió en Málaga, a los 86 años de edad, víctima de una hemorragia intestinal cuyos efectos los médicos no pudieron neutralizar.

El Premio Nobel Vicente Aleixandre.
Al ingresar en el quirófano, en una intervención previa a su muerte, Aleixandre estaba consciente. "La vida es un dolor", dijo. La suya estuvo marcada por la enfermedad. Desde que a los 24 años le fuera diagnosticada una nefritis tuberculosa, el poeta sufrió largos períodos de debilidad y enfermedad, que le mantuvieron alejado de la vida agitada en su tranquila casa de Velintonia, 3 -después bautizada con su nombre-, pero que favorecieron su dedicación a la poesía.

Su hospitalidad para con otros poetas y su magisterio con los numerosos escritores que le enviaban sus trabajos y le pedían consejo, como han testimoniado varios de ellos, le hizo afirmar que"Mi experiencia del dolor ha sido enriquecedora". "La enfermedad me ha hecho distinto. Un hombre y un poeta diferentes".

Aleixandre estuvo acompañado en sus últimas horas por familiares y amigos -su hermana Conchita, con quien vivó siempre; sus primos, Carmen Conde, y otros-, al igual que lo había estado durante toda su vida.

Dámaso Alonso, quien le introdujo en la poesía allá por el verano de 1917, en un pueblecido de la sierra madrileña, entró en un momento solo a la habitación del enfermo y no le dijo una sola palabra. El vínculo que los había unido durante décadas, recordó Dámaso, había cobrado el peso del sentimiento. Dámaso Alonso, que solía visitarle declaró que aún guardaba algunos poemas de 1917 que permanecían inéditos.

En 1933, Aleixandre ya había hablado de la muerte: "¡Ah, pronto, pronto: quiero morir frente a ti, mar, / frente a ti, mar vertical cuyas espumas tocan los cielos,/ a ti, cuyos celestes peces entre nieve/ son como pájaros olvidados del hondo!

Placa que recuerda la casa del poesta en la calle Córdoba de Málaga.
Vicente Aleixandre nació en Sevilla en plena primavera, el 26 de abril de 1898, aunque gran parte de su infancia la pasaría en Málaga, para posteriormente trasladarse a Madrid. Dicen que fue su débil salud la que determinó que este autor se dedicara por entero a la poesía. Durante la guerra civil y después de esta, permaneció en España, convirtiéndose así en maestro de los nuevos poetas que iban emergiendo.

Su trayectoria se puede dividir en tres etapas.La primera de ella es anterior a la guerra civil y se caracteriza por un ansia de comunicación y de fusión con lo natural. Siente que hay que unirse con la tierra y con los vegetales y animales que viven en ella dejando de un lado la realidad individual del ser humano. Esto es debido, quizás, a su sentimiento de flaqueza y debilidad, en el que se encontraba como un ser inferior al resto expuesto continuamente al sufrimiento por su gran sensibilidad. Es en esta época donde se publica “Espadas como labios” (1932) y “La destrucción o el amor” (1935). En sus versos, el sentimiento amoroso y la muerte están estrechamente vinculados: el amor se concibe como algo fuerte y positivo que destruye la perspectiva individual del ser humano.

En la segunda etapa, posterior ya a la guerra civil, encontramos al Vicente Aleixandre más solidario con obras como “Sombra del paraíso” (1944) o “Historia del corazón” (1954).
En su tercera y última etapa tanto poética como vital, encontramos los “Poemas de la consumación” y “Diálogos del conocimiento” (1974), en los que el autor se hace consciente de su propia vejez y se enfrenta personalmente a la idea de la muerte.
En el año 1977, Vicente Aleixandre recibió el Premio Nobel de Literatura y también fue miembro de la Real Academia de la Lengua.

Su estancia en Málaga se recuerda con una placa casi oculta en el edificio número 6 de la calle Córdoba, en el edificio en el que vivió el Vicente Aleixandre hijo adoptivo de Málaga y que consagró a la ciudad del paraíso el más encendido de sus libros.

El premio Nobel de literatura viene al mundo en Sevilla en 1898, pero pasa su infancia en Málaga, donde comparte estudios con el futuro escritor Emilio Prados en Gaona, también estudiaron Blas Infante, Denis Belgrano, Gálvez Ginachero, José María Hinojosa, Emilio Prados, Pablo Ruiz Picasso y Ortega y Gasset. Posteriormente en 1909 se traslada a Madrid donde cursa estudios de Derecho y Comercio.

En 1929 viaja a Málaga para ver a sus amigos y editores Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Primer encuentro con José Luis Cano, que llegará a ser uno de sus mejores amigos, y otros poetas malagueños.

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miércoles, 30 de enero de 2019

'Caracola', la obra de Fernández Canivell

Al buen hacer y buen gusto de Bernabé Fernández Canivell, el impresor del paraíso, se deben importantes y bellísimas ediciones de poesía, como la revista 'Caracola'.

Bernabé Fernández Canivell.
Caracola’ aparece en noviembre de 1952 de la mano de José Luis Estrada, quien nombra a Bernabé secretario de la publicación, aunque era el alma de una revista que contó, entre otros, con la colaboración de Juan Ramón Jiménez y que logró alumbrar 200 números.

Fernández Canivell, nacido en Córdoba en 1907, llega a Málaga en 1931 y pronto establece amistad con Emilio Prados, Manuel Altolaguirre y con el grupo formado por José María Hinojosa, Luis Cernuda, Rafael Alberti y Pedro Salinas.

Este humanista fallece en Málaga el 20 de octubre de 1990.