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Puerto de Málaga en 1990. |
El
puerto de Málaga
permaneció
fuertemente custodiado por fuerzas policiales para impedir su bloqueo
y garantizar el tráfico marítimo, situación en la que
permanecieron
también los restantes puertos de la provincia.
La
medida posibilitó que en la madrugada pudieran desembarcar los 750
pasajeros de un transbordador
procedente de Ceuta
que
no había
podido atracar en
el puerto de Algeciras.
Los
armadores malagueños denunciaron
al gobernador civil, Francisco
Rodríguez Caracuel,
por impedirles el acceso a barcos de su propiedad. La actividad
comercial del puerto malagueño fue la normal excepto la relativa al
sector pesquero.
La
permanente presencia de las fuerzas de orden público en todo el
recinto, reforzada en los muelles pesqueros, para impedir el acceso
de los pescadores a sus barcos, permitió
también restablecer el tráfico diario con Melilla.
Las autoridades
no descartaron
desviar hasta el puerto malagueño el tráfico de pasajeros con
Algeciras
si se prolongaba
el bloqueo en esta ciudad gaditana. La vigilancia del recinto fue
reforzada también
por dos fragatas de la Armada,
sobre cuya presencia en el puerto no se dieron
explicaciones.