Mastodon Málaga y sus historias: murallas
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martes, 29 de noviembre de 2022

Un edificio emblemático

 

El edificio del Rectorado de la Universidad de Málaga es un edificio neomudéjar antiguamente conocido como la Casa de Correos y Telégrafos. Está situado junto al Parque de Málaga, entre el Palacio de la Aduana y la sede del Banco de España, y detrás de la Alcazaba.


Sede del rectorado de la Universidad de Málaga.


Como a otros edificios de correos de su época, el concurso convocado para su construcción exigía la elección de estilos nacionales y regionales. Fue construido entre 1916 y 1923 por el arquitecto Teodoro de Anasagasti.

Debido a los problemas de espacio en el recinto Correos abandonó el edificio en 1986 y varios años después, en 1993, lo compra la Universidad de Málaga, que lo restauró entre 1998 y 2002 y lo adecuó a su nuevo uso como rectorado. Actualmente, también posee una sala de exposiciones.

El edificio se sitúa en el mismo lugar donde se encontraba la antigua muralla que protegía la ciudad, ya que el mar se encontraba a ese nivel en la época medieval. Bajo el edificio se conservan visibles desde su última reforma en 1998 los restos de la muralla medieval de Málaga y de la factoría de garum (salazones). Las piletas del garum romano, que se ubicaban por toda la ciudad, además se exportaban a lo largo del Imperio Romano. Con la necesidad de expansión de la ciudad, se demolieron las murallas entre 1904 y 1906, aunque los cimientos se preservaron.

La intervención arqueológica también permitió documentar un tramo de la muralla primitiva de época fenicia que ha podido datarse en la segunda mitad del siglo VI a. c. Este tramo fenicio está hoy invisible al visitante bajo las piletas romanas a las que sirvió de cimentación, y amortizado bajo posteriores ampliaciones de la propia muralla. A finales de 2017, se realizó una exposición para celebrar el 20 aniversario de la puesta en valor del yacimiento.

jueves, 30 de julio de 2020

Demolición de las murallas de La Alcazaba

En los primeros días de mayo de 1904 comienzan los trabajos de demolición de la muralla defensiva de La Alcazaba y de las casas y dependencias militares adosadas a ella en la zona de la haza baja (espacio fortificado con gruesos lienzos de muro que daban al mar) del monumento.

El barrio de la Alcazaba.
La demolición era necesaria para liberar los solares donde se construirán años después el Ayuntamiento, el Banco de España, el edificio de Correos y los Jardines de Pedro Luis Alonso. Es el propio rey Alfonso XIII quien inicia simbólicamente, el día 28 de abril, el derribo de la muralla con una piocha de plata.

Entre los materiales, que se aprovechan para el relleno del muelle viejo, aparecen cuatro columnas, el pedestal de una estatua y otros restos romanos. La operación urbanística citada exigía también la demolición del cuartel de Levante, operación que comenzó en diciembre del año siguiente.

Hacia 1904 el relleno de los terrenos del futuro Parque de Málaga ya había concluido y, donde estaba el primitivo muelle viejo, la dársena portuaria había sido sustituida por una enorme explanada terriza en la que ya se veían algunos árboles recién plantados.

En medio de la explanada formada delante del Hospital Noble, en la esquina entre los nuevos muelles uno y dos, había una vieja y destartalada garita de madera en la que cumplían sus labores de vigilancia dos miembros del Cuerpo de Carabineros que, creado en 1829, fueron una figura característica de las costas, los puertos y las fronteras durante más de un siglo hasta que en 1940 fueron integrados en la Guardia Civil.

De fondo, las dos Corachas marítima y terrestre, la Alcazaba, el Castillo de Gibralfaro y la llamada Cortina del Muelle Viejo que discurría por la parte inferior de la ladera de La Alcazaba como parte del camino que continuaba por el Paseo de Reding en dirección hacia El Palo, la costa oriental y Almería. Esta calle, que estaba limitada por los muros del muelle viejo formaba un estrecho paso entre la Aduana y el citado Paseo de Reding, "pero el nacimiento del Parque le dio una nueva amplitud y acabó por integrarla en el nuevo espacio urbano", contó el historiador malagueño Víctor Heredia.

Por entonces el Castillo de Gibralfaro seguía siendo una instalación militar en uso, por lo que no fue posible edificar viviendas en sus proximidades. La Coracha representó durante más de un siglo una de las estampas más características y reproducidas de la ciudad, pero el abandono de las autoridades y la marcha de sus vecinos tradicionales provocó la ruina de las casas. Después de un anunciado proyecto de recuperación, su demolición definitiva llegó a finales de la década de 1990.

viernes, 5 de junio de 2020

La Alcazaba, restaurada

El 27 de agosto de 1992 se termina, en principio, la restauración del recinto amurallado de La Alcazaba. Esta operación de rehabilitación hay que inscribirla en el plan de actuación de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para 1992 en Málaga capital, que consiguió la consolidación y remodelación del conjunto monumental de Gibralfaro, Alcazaba y Teatro Romano, suponiendo el derribo de la Casa de la Cultura, cuestión ya abordada en estas mismas páginas.

Muralla de La Alcazaba de Málaga.
A partir de ese momento se inician las obras de recuperación y de restauración del Teatro, cuyas obras se prolongan hasta bien entrado el siglo XXI. En 2010 fue inaugurado el Centro de Interpretación del Teatro Romano. El edificio, diseñado por el arquitecto Antonio Tejedor es un prisma cuadrangular de acero, madera y cristal, en cuyas paredes externas se reproducen fragmentos de la Lex Flavia Malacitana.

Este centro sirve de introducción al mundo romano en general y al teatro romano en particular por medio de audiovisuales y piezas originales recuperadas en las excavaciones.

En el proceso de recuperación se incorporó una pirámide de cristal de tres metros de alto y una base de 16 metros, que además de dar luz natural a la parte subterránea que se encuentra bajo calle Alcazabilla, permite ver los restos arqueológicos ubicados en el subsuelo, una fuente y una pileta de garum.

Las obras de restauración de la Alcazaba de Málaga fueron visitadas en agosto del año 2.000, por la entonces consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Carmen Calvo, que anunció qu en el mes de septiembre de ese mismo año las obras serían terminadas.

El alcalde malagueño, Francisco de la Torre, que acompañó a Calvo en su visita por el edificio histórico, declaró que con los 1.200 millones de pesetas invertidos, la Junta saldaba una parte de las deudas contraídas en 1992 cuando, según dijo, "se pretendió compensar a las ciudades andaluzas ante el esfuerzo inversor multimillonario que recibió Sevilla".

"Misión cumplida para Málaga". Con estas palabras la consejera de Cultura dio por concluido su paseo por el conjunto histórico, que llevaba en obras desde 1992 y en el que se invirtieron 1.200 millones de pesetas.