Mastodon Málaga y sus historias: I República
Mostrando entradas con la etiqueta I República. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta I República. Mostrar todas las entradas

viernes, 9 de junio de 2023

El médico malagueño que proclamó la república catalana

 

José García Viñas, hijo de un librero y editor malagueño, se marchó a Barcelona, para estudiar Medicina y el 5 de marzo de 1873 declaró el «Estado catalán federado con la República española». Las aspiraciones de proclamar una república en Cataluña no son nuevas. Pero el primer intento de crear un estado independiente no lleva el apellido de ningún catalán, ni de ningún nacionalista. Un malagueño, y de ideología anarquista, fue el protagonista de este primer intento de un estado catalán, pero dentro de la república federal española.


José García Viñas.


El breve reinado de Amadeo I de Saboya dio paso a la I República, el 11 de febrero de 1873. Un mes después, el 5 de marzo, un malagueño pasaría a la historia al proclamar la república catalana. Solo duró dos días, pero el nombre del médico anarquista José García Viñas, nacido en Málaga en 1848 quedó así unido a los movimientos separatistas que se han sucedido desde entonces y hasta la actualidad. Ese día, un grupo de políticos, dirigidos por el entonces aún estudiante de medicina malagueño y por el médico socialista francés Paul Brousse, y apoyados por unos 16.000 voluntarios, proclamaron en el Ayuntamiento de Barcelona el «Estado catalán federado con la República española». Tras dos días de negociaciones con el Gobierno central, encabezado por el presidente de la República Estanislao Figueras, se revocó la proclamación.

Como ya se ha señalado, José García Viñas nació el 3 de noviembre de 1848 en Málaga. Era hijo de un conocido librero y editor progresista, José García Taboada. Otras fuentes indican, en cambio, que era artesano sombrerero y que luego se pasó a la edición. José se trasladó a Barcelona para estudiar Medicina. Estudiando en Cataluña, se incorporó al núcleo barcelonés de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), una organización de corte anarquista. Sus ideas revolucionarias quedaron plasmadas en su propio discurso para optar al grado en Medicina y Cirugía, que presentó el 30 de octubre de 1876 y que fue impreso un año más tarde en la librería familiar, que entonces se encontraba en el número 1 de la calle Molina Lario, con fachada a la calle de Granada y a la del Duque de la Victoria.

García Viñas tituló su trabajo «Apuntes para el estudio médico-higiénico de la miseria». Relacionaba la situación de miseria de las personas con la prostitución, la embriaguez o el hambre. Los que viven en la miseria «contraen enfermedades, mueren antes y comprometen la salud general», escribió, sosteniendo que «la salud general es la base del engrandecimiento intelectual y material de los pueblos», pues … «sin ella ni bien ni dicha existen; por esto el lema indeleble de médicos y legisladores ha de ser «salus populi, suprema lex»».

García Viñas que era amigo de Bakunin y de Kropotkin, director de La Federación y La Revista Social, se mostró siempre dispuesto a la acción, siendo partidario de tácticas insurreccionales. La circunstancia de que no fuera obrero, y que por tanto no estuviese sujeto a una rigurosa jornada laboral, facilitó que se convirtiera en el eje de lo que quedaba de la Federación Regional Española -la sección española de la I Internacional anarquista en el periodo 1874-1881, y que redactara prácticamente casi todos los proyectos, memorias y resoluciones de aquellos años.

Más adelante abandonó el movimiento a finales de 1880, debido a discrepancias ideológicas con Rafael Farga i Pellicer y con Josep Llunas i Pujols (partidarios de la acción legal y sindical), las críticas por el carácter aparentemente autoritario de su gestión, y por las reticencias generadas por el hecho de practicar una profesión no manual.

José García Viñas regresó a Málaga después de abandonar la militancia anarquista y se dedicó durante unos años al ejercicio privado de la medicina. En 1894, durante la huelga de La Industrial Malagueña, fue encarcelado en Málaga, el fundador del Partido Socialista, Pablo Iglesias. Estuvo en prisión un total de cuarenta días repartidos en dos períodos, uno en noviembre y el otro del 16 de diciembre al 12 de enero de 1895. García Viñas fue el médico que le atendió en aquellos momentos.

En 1902 ganó la plaza de médico de la Beneficencia Municipal de la ciudad de Melilla, de la que fue director así como del hospital de la Cruz Roja de esa ciudad. En 1931, ya jubilado, fue elegido concejal de Melilla. García Viñas murió el 7 de septiembre de 1931 en Melilla a la edad de 83 años y fue enterrado civilmente acompañado por una representación de obreros de diferentes gremios. Este entierro celebrado el 8 de septiembre, se convirtió en una multitudinaria manifestación de duelo de todos los sindicatos y partidos de izquierda de la ciudad autónoma de Melilla.


jueves, 23 de junio de 2022

‘No mas reyes’, proclama republicana

 

El día 2 de mayo de 1869, durante el llamado Sexenio Democrático, tiene lugar en Málaga una manifestación de los republicanos con el lema "No más reyes". Esta protesta, en la que la capital malagueña fue pionera, hay que relacionarla con la aprobación de la Constitución española de ese mismo año promulgada bajo el Gobierno Provisional de 1868-1871, tras el triunfo de la Revolución de 1868 que puso fin al reinado de Isabel II. Fue la Constitución que estuvo vigente durante el reinado de Amadeo I.


Represión de una manifestación favorable a la República.


En los meses de mayo y junio ya se rumoreaba que los republicanos más avanzados de varias provincias no deseaban acatar la Constitución, hasta el punto que en Sevilla, Málaga y Barcelona los comités progresistas y republicanos se habían ofrecido a los gobernadores para mantener el orden público ante el temor de tumultos.

Se agrava la situación cuando en La Gaceta se publica una orden por la que deben de jurar la Carta Magna los miembros de tribunales, el ejército, el clero, los ayuntamientos y todos los funcionarios y quienes cobrasen del presupuesto del Estado, incluso los cesantes.

Las dimisiones de algunos ayuntamientos republicanos se producen en cadena y se publican varios manifiestos en los que el partido republicano aconseja que se combata el juramento de la Constitución y no se asista a ninguna fiesta en la que se solemnice su votación, y se preparen otras relacionadas con fechas simbólicas para los republicanos, acabando con manifestaciones pacíficas.

En distintas ciudades los republicanos promovieron manifestaciones contra el duque de Montpensier, considerado el principal instigador del asesinato del general Juan Prim, uno de los hombres más influyentes en la España del momento, que patrocinó la entronización de la Casa de Saboya en la persona de Amadeo I. El duque fue acusado de financiar a los autores materiales del asesinato de Prim y aprovechan la fecha del 22 de junio para celebrar un acto cívico en Madrid recordando a las víctimas del 22 de junio de 1866 promotores del alzamiento contra el reinado de Isabel II.

lunes, 13 de septiembre de 2021

La llegada de la I República y el Cantón de Málaga

 

El 11 de febrero de 1873, tras la abdicación del rey Amadeo I circuló en Málaga la noticia de la proclamación de la Primera República Española, asegurando que se habían recibido en el Gobierno Civil telegramas que lo anunciaban. A partir de ese momento se forman grandes grupos en la Plaza de la Libertad.

Proclamación de la I República en el Congreso.


La Primera República Española fue proclamada por las Cortes el 11 de febrero de 1873. Sin embargo, en Málaga no se reconoció el nuevo sistema republicano hasta que el 12 de febrero un levantamiento popular republicano se echó a la calle y levantó barricadas.


Sucesos similares ocurrieron en otros pueblos de la provincia, como Álora, Casarabonela y Antequera, entre otros. Las autoridades locales aceptaron finalmente el nuevo sistema, pero en los meses siguientes continuaron sucediéndose altercados y enfrentamientos, llegando incluso a ser asesinado en junio, el alcalde republicano José Moreno y Picó, que había accedido a la alcaldía tan solo dos meses antes


El Cantón de Málaga, un ente federal de efímera duración que se encuadró dentro de la Revolución Cantonal durante la Primera República Española, fue proclamado el 22 de julio de 1873, tras el levantamiento de las milicias del dirigente local malagueño Eduardo Carvajal, que tomaron las calles la noche del 21 de julio y obligaron a la excarcelación de sus compañeros detenidos con anterioridad.


Al día siguiente un telegrama del gobernador civil, Francisco Sorlier, anuncia al Gobierno central la proclamación del Cantón Federal Malagueño Independiente. Durante los días siguientes se sucedieron enfrentamientos entre facciones hasta que las tropas del general Manuel Pavía entraron en la ciudad, poniendo fin al cantón malagueño el 19 de septiembre de 1873. El Cantón de Málaga fue el segundo de más larga duración tras el Cantón de Cartagena.


Hay que recordar que el 8 de agosto, tras "pacificar" Cádiz y su provincia, el general Pavía se dirigió a Córdoba para desde allí caer sobre los cantones de Granada y de Málaga. El 12 de agosto Pavía entraba a caballo en Granada donde no encontró resistencia. Inmediatamente ordenó el desarme de los insurrectos de la capital y de la provincia poniendo fin así al Cantón de Granada.


A continuación se puso en marcha hacia Málaga, desafiando las órdenes del Gobierno de que no entrara en la provincia, una decisión que ya había comunicado el Ejecutivo al gobernador civil, quien a su vez había telegrafiado a Pavía que le contestó textualmente:"V.S. será diputado de las Constituyentes [pero] para mí no es más que el gobernador civil de una provincia que está bajo mis órdenes".


Según el relato de Pavía, cuando recibió la orden de no atacar el Cantón de Málaga presentó la dimisión "en nombre del honor y la honra del Ejército y la mía propia", pero el Gobierno no le admitió la dimisión. Intentando salir del atolladero en que se encontraba, el presidente Nicolás Salmerón destituyó al gobernador civil Francisco Sorlier y autorizó que una pequeña guarnición al mando de un delegado del gobierno, no de Pavía, fuese a Málaga.


Pero disconforme de nuevo con la decisión del Ejecutivo, Pavía volvió a presentar la dimisión asegurando tiempo después que “yo no podía permitir que fuese guarnición alguna a Málaga, sin que yo la condujese y entrara en la ciudad a la cabeza de ella, ni permitiría que las fuerzas populares de la ciudad poseyesen armas”.

Mientras mantenía su nuevo desafío al Gobierno acabó con la resistencia de Écija donde, según el propio Pavía, “hizo castigos ejemplares» que servirían de ejemplo a todos los cantonalistas de Andalucía que no se rindieran a su autoridad. El día 6 de septiembre Nicolás Salmerón dimitió de la presidencia del Ejecutivo para no tener que firmar la sentencia de muerte de ocho soldados que en Barcelona se habían pasado al bando carlista, porque era absolutamente contrario a la pena de muerte que las Cortes acababan de restablecer para determinados delitos militares.


Según algunos historiadores, en la decisión también pudo que pesar la conducta del general Pavía de continuo desafío a su autoridad, que volvió a repetir ante el nuevo presidente del Gobierno, Emilio Castelar, presentando su dimisión dos veces más.


La solución a la situación que había provocado Pavía la resolvió finalmente el gobernador Sorlier cuando solicitó al Gobierno, y este lo aceptó, abandonar Málaga con sus hombres, que fueron detenidos y desarmados en Bobadilla por las fuerzas de Pavía, quien finalmente pudo entrar en Málaga, poniendo fin así al Cantón de Málaga y a la campaña de Andalucía el 19 de septiembre de 1873.

jueves, 3 de junio de 2021

Eduardo Palanca, un malagueño que aspiró a la presidencia de la I República (y II)

 

El mandato de Eduardo Palanca como ministro de Ultramar, coincidió con la proclamación del efímero ente federal del Cantón de Málaga el 21 de julio, que fue promovido por el propio gobernador interino Francisco Solier, diputado republicano moderado ligado a Palanca, para impedir que los republicanos intransigentes, ayudados por los socialistas internacionalistas, tomasen el poder en la capital, manteniéndose Málaga fiel al Gobierno tras vencer a los enemigos locales en un enfrentamiento civil.


Entrada del general Pavía en las Cortes.


Palanca, junto a Solier, evitó la entrada en Málaga de las tropas del general Manuel Pavía, que llegó a presentar por este motivo varias veces su dimisión como jefe del Ejército de Andalucía, durante la presidencia de Salmerón, aunque no así durante la presidencia de la República de Emilio Castelar, pues la capital malagueña fue ocupada por el ejército del general gaditano Manuel Pavía sin encontrar resistencia el 19 de septiembre, poniendo fin a la experiencia cantonal.


Al perder Castelar la confianza de las Cortes, Palanca, que ocupaba el centro del republicanismo, presentó su candidatura a la presidencia de la República, pero su probable elección fue interrumpida abruptamente por las fuerzas golpistas que, al mando del general Pavía, invadieron el edificio del Congreso cuando se estaba realizando el escrutinio de la votación, disolviéndose las Constituyentes el 3 de enero de 1874.


Durante la Restauración, tras residir un tiempo en Tánger, regresó a Málaga para ponerse al frente de la fracción republicana que tenía como líder nacional al ya citado Nicolás Salmerón. Mientras éste se mantuvo unido a Manuel Ruiz Zorrilla, Palanca representó, junto al progresista Pedro Gómez Gómez, las ideas republicanas en Málaga, firmando el manifiesto de abril de 1880, que dio origen al Partido Republicano Progresista, y presidiendo el Comité Provincial malagueño del mismo, además de formar parte del Comité Local. Al romper Salmerón con la vía insurreccional zorrillista desde el exilio, Palanca fue uno de los organizadores malagueños del nuevo partido salmeronista, el Republicano Centrista, desde 1890.


En enero del año siguiente acompañó a Salmerón en su visita a Málaga e intervino en el mitin del Partido Centrista que reunió en Sevilla a todos los seguidores de Andalucía, siendo a partir de entonces el centrismo, junto al progresismo, la fuerza republicana más importante en Málaga.


Jurisconsulto de prestigio, hay que añadir que Eduardo Palanca Asensi fue decano del Colegio de Abogados de Málaga de 1879 a 1881 y de 1887 a 1889, año este en el que emitió un dictamen jurídico para el marqués de Larios. Durante los últimos años de su vida ocupó un lugar discreto en el escenario político. Murió en Málaga el 28 de octubre de 1900.


miércoles, 2 de junio de 2021

Eduardo Palanca, un malagueño que aspiró a la presidencia de la I República (I)

 

Hijo de un profesor de Medicina de la Universidad de Valencia, ciudad en la que nació el 2 de octubre de 1837 Eduardo Palanca Asensi, estudió Derecho en la Universidad de Granada al trasladarse su familia a MálagaRecién licenciado, se estableció en la capital malagueña, donde ejerció la abogacía con fortuna y se significó en los círculos literarios y científicos por sus ideas liberales. Orador notable, fue jefe del Partido Demócrata malagueño desde mediados de la década de 1860 y protagonista destacado de la Revolución Gloriosa.


Eduardo Palanca.


Formó parte de la Junta Revolucionaria provincial malagueña, constituida provisionalmente el 21 de septiembre de 1868, que fue la primera de España en utilizar el grito de “¡Abajo los Borbones!”, y presidió la Junta definitiva, elegida por sufragio universal, desde el 3 al 22 de octubre, siendo también nombrado vicepresidente de la Diputación Provincial.


Colaborador del periódico El Pueblo Soberano, de Romualdo Lafuente, fue presidente del Ateneo Revolucionario Liberal y del Comité Directivo Republicano elegido en noviembre. Dentro del Partido Republicano Federal fue seguidor de las ideas moderadas de Nicolás Salmerón. Al plantearse la insurrección republicana en Málaga, Eduardo Palanca formó parte de la comisión local que se entrevistó en Córdoba con el general Caballero de Rodas el 29 de diciembre, para pactar una reorganización de los Voluntarios de la Libertad, milicia que existió durante el llamado Sexenio Democrático, que impidiese la entrada de las tropas en la capital.


A continuación marchó a Madrid, junto a Juan Irízar, también miembro de la dirección del Partido Republicano, para negociar con el Gobierno, resultando todas sus gestiones infructuosas para evitar el derramamiento de sangre y la derrota de los milicianos malagueños que, comandados por el periodista Romualdo Lafuente, sucumbieron ante las fuerzas del Ejército el día de Año Nuevo.


Palanca, elegido por la circunscripción de Málaga diputado de las Cortes Constituyentes en enero de 1869, tomó parte en los debates parlamentarios, siendo su discurso más notable el que dirigió contra la totalidad del Proyecto de Constitución, combatiendo con energía la institución monárquica.


En el verano de 1869 fue elegido presidente de la Comisión Provincial malagueña del Pacto Federal de Andalucía, Extremadura y Murcia, que habían firmado los correligionarios del partido, y en noviembre de 1870 votó en sentido republicano al elegirse como nuevo rey a Amadeo de Saboya.


Durante el reinado de Amadeo I, fue reelegido diputado de las Cortes por el distrito de Málaga en las elecciones de marzo de 1871 y agosto de 1872, retirándose, junto al resto de la oposición malagueña, de las de abril del 72 en protesta por los métodos corruptos del gobierno de Práxedes Sagasta.


Miembro de la Asamblea Nacional que proclamó la República en febrero de 1873, en mayo fue elegido de nuevo por la circunscripción de Málaga diputado de las Cortes Constituyentes, siendo vicepresidente de las mismas. Candidato para ocupar las carteras de Fomento y de Gracia y Justicia, en junio, y, finalmente, fue designado ministro de Ultramar en el gobierno Salmerón desde el 19 de julio al 4 de septiembre, en que presentó su dimisión.


Próxima entrega: Eduardo Palanca, un malagueño que aspiró a la presidencia de la I República (y II)