Mastodon Málaga y sus historias: corrupción
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martes, 1 de junio de 2021

Félix Jiménez de Ledesma, el médico de los pobres (y II)

 

Como ya se vio en la entrega anterior, tras las elecciones municipales de 1909, el pueblo de Marbella se echa a la calle contra el alcalde y el juez, alineados con la familia Chinchilla, caciques de la época, debido a la detención del médico Jiménez Ledesma. Esta protesta contra la estructura corrupta del sistema deriva en el saqueo del Ayuntamiento y la quema de mobiliario y documentos. Numerosas personas, sin excepción de mujeres y niños, fueron detenidas por la Guardia Civil.


Calle del Río en el Barrio (Marbella).


El permanente enfrentamiento que el doctor Jiménez de Ledesma mantuvo con la pequeña oligarquía local, escudada en el control del poder municipal y habituada a las prácticas caciquiles, impulsó sin duda la creación de una organización con capacidad para enfrentarse a unos grupos que no son identificables necesariamente con grandes intereses económicos, representados en la comarca por la compañía minera The Marbella Iron Ore Company Limited y La Sociedad Colonia de San Pedro Alcántara, sino con grupos medios que desde la gestión de los recursos municipales a través de la patrimonialización de los cargos públicos dominan a una ciudadanía que ha de mantenerse dócil al cacicato liberal de los Chinchilla a fin de garantizar la permanencia del respectivo jefe político en el parlamento.


Un equilibrio que en Marbella quedará traumáticamente dislocado por la poderosa y excéntrica personalidad de Félix Jiménez de Ledesma, un médico licenciado en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad de Zaragoza, que a su llegada a Marbella poseía una amplia experiencia profesional, pero cuya innovadora forma de ejercer la medicina y su poco convencional forma de vida, se bañaba desnudo en las playas de la época, chocó con la provinciana sociedad local.


Su trayectoria profesional en la localidad quedó marcada por su enfrentamiento con el doctor Félix de Zea Urbano, médico forense y director del Hospital San Juan de Dios e Hijuela Expósitos de la ciudad, quien pretendió acceder a la plaza de médico titular del d el doctor Jiménez de Ledesma. La acumulación de cargos públicos en manos de una sola persona o en los miembros de una misma familia no era infrecuente, en esta ocasión la pretensión del influyente doctor Zea fue rechazada por la corporación municipal al considerar incompatible su cargo de director del Hospital de San Juan de Dios con el de médico municipal.


Desde 1903 los dos médicos de la Beneficencia Municipal venían reclamando la dotación de una nueva plaza para atender a un servicio que el galopante aumento de la pobreza, incrementado desde la crisis de 1905, demandaba. Cuando la plaza fue creada, el doctor Jiménez de Ledesma contó con el apoyó profesional de sus colegas médicos y con el respaldo político de una corporación de clara filiación liberal con representación republicana.


La valoración que en agosto de 1908 hacía el alcalde, Manuel Álvarez Cabello, ensalzando su “laboriosidad, inteligencia y honradez” se opone a las descalificaciones a las que apenas unos meses más tarde hubo de enfrentarse.


Entre los sucesos que protagonizó Jiménez Ledesma el 12 de mayo, destaca su detención cuando se encontraba visitando a sus enfermos. Según su propia versión, una pareja de la policía municipal intentó cachearlo, la resistencia opuesta por el médico, que no se caracterizaba precisamente por su docilidad de carácter, atrajo a varias mujeres de El Barrio en su defensa. Conducido a la cárcel, situada como el Ayuntamiento en la plaza central de la ciudad, fue seguido por una multitud de personas que aumentaba a medida que se extendía la noticia de la detención.


Más de 2.000 personas llegaron a congregarse frente a las puertas de la Casa Capitular. Mientras la gran mayoría pedía a voces la comparecencia del alcalde a quien se consideraba responsable de la detención, otros intentaban presentarle una solicitud en regla en demanda de libertad. El alcalde, ante las amenazas e insultos que contra él lanzaba el conjunto de la chiquillería y las mujeres, recurrió a la Guardia Civil.


La concentración de amigos y simpatizantes del doctor Jiménez de Ledesma se convirtió en un violento motín. Entre las 6 de la tarde y las 11 de la noche del 12 de mayo de 1909, las calles del Río, San Cristóbal, San Ramón, Luna, Lucero y Sol quedaron desiertas, sus gentes cruzaron el río de la Represa, una barrera que separaba el barrio más pobre del elegante casco urbano y tomaron la plaza de la Constitución.


El Ayuntamiento fue asaltado y saqueado, la multitud recorrió las distintas estancias del edificio abriendo los balcones y arrojando el mobiliario a la calle, una inmensa pira se formó en el centro de la plaza con muebles y libros, dando lugar a una hoguera cuyas llamas alcanzaron grandes proporciones.


Mientras la multitud aplaudía la destrucción de los documentos “en los que quizá se contuviera en letras de oro la historia triunfal del odioso caciquismo”, algunos grupos insistían en localizar al alcalde, quien posiblemente fuera testigo de aquel inesperado brote de violencia desde la sede del Círculo Agrícola e Industrial, situado en la esquina de la plaza, cerca de la casa de los Chinchilla.


De allí pudo escapar saltando por una ventana, lo que llevó a sus enemigos a volver sus iras contra los domicilios de los políticos demócratas, es decir de los seguidores del general López Domínguez. Al filo de la medianoche la violencia no arreciaba, los escasos efectivos de la Guardia Civil se mostraban impotentes para controlar a una multitud compuesta en gran parte por mujeres y niños de corta edad a quienes no disuadían los disparos que las fuerzas de orden público, reforzadas por la presencia de carabineros, efectuaban al aire.


La amenaza de que el motín se extendiera, llevó al Juez de Instrucción a poner en libertad al doctor Jiménez de Ledesma, y sólo entonces cesó la violencia. Cuando el médico pisó la plaza, sus seguidores lo aclamaron, acompañándolo prácticamente en procesión hasta su cercano domicilio en la calle de la Fortaleza.

jueves, 8 de abril de 2021

El Mercantil, un diario contra la corrupción

 

Francisco de Asís García Peláez, periodista y escritor nacido en Málaga en diciembre de 1865 y fallecido en el trayecto marítimo entre La Habana y Nueva York en 1901, a partir de de 1888 se hizo cargo de la dirección del Diario Mercantil, un periódico caracterizado por luchar contra la corrupción, persiguiéndola y denunciándola públicamente en sus páginas con nombres y apellidos.


Francisco de Asís García Peláez.


Estando García Peláez al mando de este diario, llegaron informaciones sobre una serie de fraudes cometidos por el empresario Joaquín Ferrer y Casanova, que se publicaron durante la campaña electoral que promovía su candidatura a Ayuntamiento de Málaga, poniendo en peligro su posible victoria.


El periódico comenzó a denunciar públicamente los fraudes económicos que realizaba Joaquín Ferrer y Casanova, corredor de comercio y director de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, y compañero de candidatura de Manuel Loring Heredia. Enterado Loring de las informaciones del periódico, decidió zanjar personalmente dichas denuncias con su autor, por lo que no fueron pocos los hombres de su entorno los que hicieron visitas a García Peláez en busca de un trato que comprase su silencio.


Al ver que nada de esto funcionaba, uno de los ediles de la candidatura del empresario decidió tomar la iniciativa para acabar con esta situación tan poco conveniente para su futuro político, y ese fue Manuel Loring, que decidió entrevistarse personalmente con Francisco de Asís sin previo aviso en uno de los lugares que más frecuentaba, el Café Inglés.


En aquel local, dijeron los testigos, comenzó una acalorada discusión que poco después se trasladó a un callejón de los alrededores. Allí, Loring golpeó repetidas veces la cabeza del periodista con un objeto punzante hasta que se oyeron tres disparos.


Acto seguido, García Peláez huyó de la escena del crimen, dejando atrás el cuerpo ensangrentado de Manuel Loring. Este último aún seguía debatiéndose entre la vida y la muerte cuando fue trasladado a la casa de socorro más cercana, la de calle San Agustín, donde no pudieron hacer nada para salvarle. Aun así, informaron de que el cuerpo presentaba la herida de dos balas, una de ellas en el estómago y, posiblemente, a quemarropa.


Francisco de Asís García Peláez fue detenido y juzgado por homicidio. El por qué iba armado sin ser conocedor del altercado que viviría aquel día es un misterio, aunque se dice que iba armado desde hacía algún tiempo por protección personal, debido al miedo derivado de las repetidas amenazas procedentes del entorno de Joaquín Ferrer y Casanova, pero la realidad es que nadie más que los dos protagonistas sabrán realmente qué fue lo que pasó en ese callejón y a quién pertenecía esa arma.


En el interrogatorio, el periodista declaró que el primer disparo fue al aire con la intención de intimidar a su agresor y que los dos que le siguieron fueron en defensa propia, coincidiendo con el parte médico que emitió la casa de socorro.


El 24 de diciembre de 1891, el que fuera director del Diario Mercantil fue condenado a diecisiete años de prisión en el penal de Santoña, en Santander. Esta sentencia no solo dio por finalizada su buena reputación social, sino que provocó la clausura del periódico familiar, aunque fueron numerosos los periodistas quienes salieron a defender su inocencia en nombre del buen periodismo.


Desde ese momento, sus hermanos tras clausurar el periódico familiar, dedicaron todos sus esfuerzos a la obtención del indulto para Francisco. Fueron un total de siete años los que se retrasaron los trámites judiciales, en los cuales abogaron escritores consagrados, como Núñez de Arce, Rueda, Tamayo y Baus, comerciantes y obreros tipógrafos de Madrid, asociaciones, academias, prensa madrileña y el mismo pueblo de Málaga, quienes solicitaron la pena de destierro para el periodista.


Obtenido por fin el indulto en 1898 gracias a las incesantes gestiones de su familia y la Asociación de Escritores y Artistas, Francisco García Peláez falleció en mayo de 1901 a bordo del vapor Buenos Aires durante la travesía de La Habana a Nueva York.

jueves, 28 de marzo de 2019

Jesús Gil ingresa en prisión

El 7 de enero de 1999, se dicta orden de prisión preventiva contra el alcalde de Marbella. Jesús Gil, sin embargo, sufre problemas cardiovasculares y es ingresado en el Hospital Clínico antes de salir en libertad bajo fianza el día 14 de enero.

La orden de prisión se produjo poco después de que anunciara su decisión de presentarse a las municipales en Ceuta, Melilla y La Línea de la Concepción. La Fiscalía Anticorrupción reabrió una denuncia sobre el contrato de publicidad de Marbella en las camisetas Atlético de Madrid, propiedad del alcalde.

Jesús Gil.
Mientras se desarrolla la instrucción del caso, se celebran las elecciones municipales donde el GIL obtiene mayorías absolutas en Marbella y La Línea, la pierde en Estepona y es el partido más votado en Ronda y Ceuta  Un día después de las elecciones, el fiscal solicita para él una pena de 34 años de cárcel y 121 de inhabilitación por 17 delitos.

Jesús Gil ingresó tres veces en prisión como consecuencia de los procesos judiciales en los que se vio involucrado durante su vida.

La primera ocasión en la que Gil pisó un establecimiento penitenciario fue en 1969, cuando el entonces empresario fue encarcelado como consecuencia del hundimiento de una construcción en la localidad segoviana de Los Ángeles de San Rafael, que él había edificado y en la que fallecieron 58 personas. Tras pagar 400 millones de pesetas y ser indultado por el general Franco, Gil salió en libertad 18 meses después, en 1971.

Tres décadas después, el 7 de enero de 1999, como ya se ha señalado, ingresó de nuevo en prisión, esta vez en la provincial de Málaga, por orden del titular del juzgado número 7 de Marbella, Santiago Torres, que le imputaba delitos de malversación de caudales públicos y falsedad en documento público.

Se trataba del conocido como "Caso Camisetas", en el que se investigaba el presunto desvío de 450 millones de pesetas del Ayuntamiento marbellí al club Atlético de Madrid.

Gil durmió tres noches en la prisión de Alhaurín de la Torre, ya que en la madrugada del 11 de enero de 1999, tras sufrir un cuadro de arritmia e hipertensión, ingresó en el Hospital Clínico de Málaga, donde permaneció detenido otros tres días, hasta que el juez Torres ordenó, por motivos de salud, su libertad bajo fianza de 100 millones de pesetas.

El 5 de abril de 2002, el Tribunal Supremo confirmó la sentencia que la Audiencia Provincial de Málaga había dictado dos años antes en este caso, por la que se condenaba a Gil a 28 años de inhabilitación y seis meses de arresto por cuatro delitos de prevaricación, lo que le obligó a abandonar la Alcaldía de Marbella.

El 16 de abril de 2002, Jesús Gil ingresó por tercera vez en prisión, esta vez por orden del juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, instructor del "Caso Saqueo", en el que se investiga la presunta malversación de 4.442 millones de pesetas del Ayuntamiento de Marbella entre los años 1991 y 1995.

El magistrado dictó la medida a instancias de la Fiscalía, que solicitó la prisión incondicional e incomunicada Jesús Gil y de otros seis imputados más en el caso, mientras se realizaban ciertas diligencias y con la intención de impedir que los imputados se comunicaran entre ellos o con otras personas y destruyeran pruebas.

Seis días después, el día 22, Jesus Gil abandonó la cárcel de Alcalá-Meco tras depositar los avales bancarios necesarios para afrontar la fianza de 700.000 euros impuesta por el juez.

Jesús Gil y Gil falleció a las cinco de la tarde del 14 de mayo de 2004 a los 71 años tras sufrir un fallo cardiaco a consecuencia de un infarto cerebral masivo.






lunes, 12 de noviembre de 2018

Funcionarios corruptos en el Ayuntamiento de Málaga

Seis funcionarios municipales son suspendidos de empleo y sueldo el 8 de noviembre de 1941 al detectarse un grave fraude consistente en la falsificación de los asientos contables de la intervención, de modo que la Agencia ejecutiva no ingresaba los recargos municipales.

La adquisición de fincas por parte del jefe de negociado de la Intervención, poniéndolas a nombre de su esposa, despierta sospechas, aunque éste se justifica con un supuesto premio de lotería en 1935.
Sucesivamente se suspende a otros funcionarios, mientras el Ayuntamiento designa una comisión técnica para investigar los hechos e impedir su repetición.

Edificio principal del Ayuntamiento de Málaga.
Como se puede comprobar el Área de Urbanismo del Ayuntamiento de Málaga desde siempre se ha visto envuelto polémicas y sospechas. El pasado 21 de octubre el digital elplural.com publicaba una información en la que señalaba que, “el cerco cada vez se estrecha más sobre el Ayuntamiento de Málaga. A la denuncia de Ciudadanos sobre los expedientes de infracción tramitados por la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) entre los años 2006 y 2016, se ha sumado la documentación aportada por el PSOE y aceptada por el fiscal. Anteriormente Izquierda Unida Málaga también se había posicionado a favor de la denuncia de la formación naranja”.

En la misma información se decía que “la fiscalía ha aceptado estos escritos y los ha unido a la investigación en curso que hay por un presunto delito de "injerencias" políticas en la tramitación de expedientes entre 2006 y 2016. Se estima que durante este periodo de tiempo se registraron unas 7.000 infracciones urbanísticas alteradas”.

Según elplural.com “esta polémica señala directamente al Ayuntamiento de Málaga y su alcalde, Francisco de la Torre (PP). El escrito de los socialistas recoge lo siguiente: "se relatan determinados hechos y se aporta determinada documentación en relación con los hechos objetos de investigación en las presentes diligencias y en particular sobre la existencia de alteraciones en los expedientes tramitados en la Gerencia de Urbanismo, al hacerse desaparecer determinada documentación, así como modificaciones en el registro informático de la base de datos de la Gerencia en relación con la titularidad de determinadas viviendas sujetas a expediente, por si los hechos fueran merecedores de reproche penal".

Por último, el citado medio digital informaba de que “existe en marcha una comisión de investigación sobre este tema. Al frente de la misma se encuentra Alejandro Carballo, viceportavoz de Ciudadanos. A esta comisión asistió el pasado jueves, contra su voluntad, el propio De la Torre, aunque como era de esperar, echó balones fuera. Pidió que el asunto se tratara en el Consejo de Urbanismo o ante el gerente e insistió en que "de un tema que no sé a qué se refiere y de memoria no puedo hablar".  La misma mañana del jueves día 18 de octubre, De la Torre había sido reprobado por todos los grupos, excepto el PP, por su responsabilidad política en el descontrol de los expedientes.