La Toma de Vélez-Málaga tuvo lugar el 27 de abril de 1487,
tras el enfrentamiento entre las tropas de los Reyes Católicos,
Fernando e Isabel, y las huestes defensoras de la
ciudad, integradas principalmente por musulmanes nazaríes del Reino
de Granada. La lucha duró varios días y acabó con la
rendición de la plaza, que pasaría a manos cristianas.
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Vélez-Málaga. (Foto: Carlos Castro) |
El conflicto destacó
por la participación del propio rey Fernando en uno de los
enfrentamientos, acontecimiento que dará lugar al escudo que la
reina Isabel otorgó años después a la ciudad y que aún hoy
sigue en uso.
Con la llegada de
las tropas cristianas, y en particular debido al adelanto con el que
llegaron los barcos, parte de los habitantes de la ciudad y sus
alrededores decidieron refugiarse en el castillo de Bentomiz,
a solo unos kilómetros al este de Vélez-Málaga.
El resto de
musulmanes se quedó en la ciudad que contaba con una muralla
exterior que rodeaba toda la medina, compuesta por dos arrabales, y
un anillo interior de murallas que protegía la zona militar, y que
hoy en día se conoce como La Fortaleza. No hay que olvidar
que la ciudad de Málaga, al oeste, seguía en manos
musulmanas, al igual que algunas fortalezas del entorno, como
Comares.
Por su parte,
Fernando, que contaba con 20.000 caballos, 50.000 infantes y
8.000 hombres de apoyo en su ejércitos, decidió instalar dos
campamentos. El que situó al sur de la ciudad, el Real Bajo,
cuyo nombre se mantiene en la actualidad en uno de los barrios de la
ciudad. Su posición junto al río facilitaba las operaciones con su
armada, que se usó para el transporte de carga y avituallamiento.
El segundo
campamento era el Real Alto, emplazado en una colina situada
entre el montículo de la ciudad de Vélez y la zona de
Bentomiz. La intención era separar ambas fuerzas, cortando
cualquier posible acceso a la villa desde la sierra. Esta decisión
fue cuestionada ante el rey por algunos de sus hombres de confianza,
ya que, aunque seguía siendo una zona elevada, el Real se
exponía a un posible ataque desde dos flancos. Los barcos del
ejército de Fernando tenian otro cometido evitar la llegada
de ayuda proveniente de África.
Diez días después
del inicio de duros enfrentamientos, ante la llegada al fin de la
artillería castellana y la certeza de no conseguir apoyos por parte
de los musulmanes, el alcalde de la ciudad de Vélez-Málaga,
Abul Cassin Benegas, rindió la ciudad el 27 de abril de 1487.
Los Reyes
Católicos establecieron las condiciones de la capitulación,
aunque se consideraron benévolas, en base a lo pactado con Boabdil
en su liberación. Esta actitud clemente tenía otro objetivo
hacer atractiva la opción de la rendición en las batallas que les
esperaban hasta retomar todo el Reino de Granada. Así, por
ejemplo, se les dejó a los musulmanes la posibilidad de marchar de
la ciudad o quedarse en ella como mudéjares, renunciando en
cualquier caso a la posesión de armas.
Si bien la firma de
las capitulaciones ocurre en abril, los reyes deciden esperar al día
1 de mayo, día en el que se celebra la festividad de la Cruz,
para su entrada en la ciudad, que realizarán de forma ostentosa a
través de la puerta de Granada. A partir de ese momento se
llevó a cabo la conversión a iglesias de las mezquitas y se
levantaron diversas cruces para el recuerdo de lo ocurrido, como se
hará también con el nominativo de la ciudad, pasando a denominarse
Vélez de la Cruz.