Mastodon Málaga y sus historias: pozo
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viernes, 31 de octubre de 2025

Los aguadores

 

En la Málaga del XIX, antes de la instalación de las cañerías modernas, que no llegarían plenamente hasta finales de siglo, el agua para beber, cocinar o lavar se transportaba a mano o en bestias de carga desde fuentes públicas o pozos.


Fuente de Reding, óleo de Guillermo Gómez Gil.


Los aguadores eran hombres, a veces acompañados de muchachos, que llevaban el agua por toda la ciudad en barriles de madera o cántaros de barro, colocados sobre mulos o burros. Algunos usaban carros de dos ruedas con un gran tonel. Repartían el agua a casas particulares, tabernas, conventos y lavaderos, cobrando unas pocas perras por cántaro.

Las principales fuentes públicas de donde sacaban el agua eran la Fuente de Génova (en la Plaza de la Constitución); la Fuente de Reding (Camino de Vélez); la Fuente del Rey (en el Barrio de Capuchinos); la Fuente de los Cuatro Caños (en El Perchel). Además de pozos y manantiales de los Montes de Málaga y del Arroyo del Cuarto. Desde allí, los aguadores recorrían las calles empinadas del centro y los barrios populares, como la Trinidad, Capuchinos, El Perchel o Cruz del Molinillo, con sus bestias adornadas con campanillas.

Solían organizarse en cofradías o gremios informales, y a menudo eran conocidos por nombre o apodo, “el Chato”, “el de la Fuente Nueva”, o “el Gitano del Perchel”. Vestían camisa remangada, faja, sombrero de ala ancha o pañuelo, y llevaban el delantal de cuero para protegerse del roce del cántaro.Era un oficio duro, mal pagado y estacional, el agua se vendía más en verano, pero muy respetado, pues era indispensable para la higiene pública.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Los Pozos de Nieve

 

Unos de los pocos ventisqueros o pozos de nieve que están restaurados en la provincia de Málaga se encuentran en la Sierra de las Nieves, en Yunquera, en el lugar conocido como Puerto del Saucillo y en Tolox, en el paraje del Puerto del Oso.


Pozo de Nieve.


Construidos a 1.600 metros de altitud, son circulares y tienen entre 8 y 20 metros de diámetro y una profundidad de entre los tres y doce metros.. Servían para depositar la nieve durante el invierno, que transportaban por la noche en verano, a lomos de bestias de carga, a toda la provincia de Málaga y se utilizaba para la conservación de alimentos.

Los trabajos de los neveros comenzaban en primavera después de las últimas nevadas. Primero había que cortar la nieve con palas y acarrearla hasta los pozos de nieve, donde se prensaba con grandes pisones de madera hasta convertirla en hielo. A cada medio metro de nieve se extendía una capa de paja. Tenían un desaguadero en la zona inferior por donde se evacuaba el agua del deshielo, ya que era perjudicial para la conservación de la nieve.

Los pozos de nieve eran construcciones circulares, fabricadas con paredes de piedra y se construían preferentemente en la umbría y orientados al norte para conseguir la mejores condiciones térmicas para la conservación del hielo. La durísima labor de cortar la nieve con palas y acarrearla hasta los pozos se mitigaba en parte con el calor de la hoguera encendida permanentemente en el interior de pequeñas chozas.

Ya en el verano se procedía al transporte a lomos de bestias conducidas por los arrieros a toda la provincia de Málaga y otros lugares de Andalucía. Para el transporte el hielo se preparaba en capachos de esparto de 50 kilos, envolviéndose con tamo (paja fina) y helechos. Se transportaba de noche para evitar la licuación de la carga. Aunque la distribución se realizaba durante todo el año, era entre mayo y octubre la época de más comercio.

A partir de 1870 se inició la decadencia, desapareciendo en los años 30 del siglo XX. La industria se desmoronó con la aparición de las primeras máquinas productoras de hielo, ideadas por Tellier, inventor del frío industrial.

lunes, 24 de junio de 2024

El Pozo Airón

 

En el Castillo de Gibralfaro y en la Alcazaba se encuentran dos pozos bautizados con el nombre de Airón, que corresponde a un dios prerromano relacionado con el inframundo, aunque el diccionario de la Real Academia recogé el vocablo como un pozo o sima de gran profundidad.


Pozo Airón en la Alcazaba.


El de la Alcazaba se pudo construir hacia el siglo XI y el segundo, en el XIII, ambos por cuadrillas de esclavos durante la dominación árabe. Una leyenda asegura que desde hace siglos que el pozo Airón de la Alcazaba se comunica por un pasadizo con el río Guadalmedina.

En el recinto del Castillo de Gibralfaro se encuentra el otro pozo Airón, de 40 metros de profundidad y excavado en la roca viva al que llega a un venero de agua aún en hoy día existe. Así como un sistema de captación de agua de lluvia que a través de acequias de fábrica permite llevarlas a varios aljibes subterráneos, todos cubiertos con bóvedas de ladrillo, salvo el mayor de ellos, de planta octogonal que emerge en el centro de la fortificación.

En el mismo recinto se conservan, asimismo, dos hornos de pan de construcción cristiana, varias garitas de distintas época, tipología y ubicación, y el edificio del antiguo polvorín, hoy convertido en Centro de Interpretación.