Mastodon Málaga y sus historias: Antonio Molina
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viernes, 31 de mayo de 2024

El homenaje de Antonio Molina

 

«En el café de Chinitas / dijo Paquiro a su hermano: / «Soy más valiente que tú, / más torero y más gitano». Así comienza el poema que se atribuye a Federico García Lorca dedicado a la denominada «catedral del cante jondo»: el malagueño Café de Chinitas, que cerró sus puertas en 1937.


Escena de la película.


En 1960, el cantaor Antonio Molina se encontraba en lo más alto de su carrera y quiso homenajear a su Málaga natal y al mítico templo flamenco ya desaparecido con la película Café de Chinitas en la que el artista también narraba su propia historia, desde sus orígenes humildes como pescador hasta convertirse en figura del flamenco.

La plaza de la Constitución y el propio pasaje de Chinitas fueron testigos de aquella película, en la que el protagonista aparece también en la orilla del mar sacando el copo, un arte de pesca ya desaparecido.

Bajo la dirección de Gonzalo Delgrás, el reparto estaba integrado por el propio Antonio Molina, acompañado por Delia Luna, Rafael Farina, Ricardo Canales, Eulalia del Pino, Manuel de Juan, Enrique Avila y Eva Tuset. La productora fue Estela Films.


Fragmento de la película:




lunes, 6 de septiembre de 2021

Antonio Molina, el patriarca de una saga de artistas

 

Después del paréntesis veraniego Málaga y sus historias, blog que acaba de cumplir cuatro años de existencia, vuelve a su cita con los lectores de la mano de un patriarca de una saga de artistas, el cantante Antonio Molina.


Antonio Molina.


Antonio Molina de Hoces, nacido en Totalán (Málaga) el 9 de marzo de 1928 y fallecido en Madrid el 18 de marzo de 1992, vino al mundo en el seno de una familia muy humilde. Pronto tuvo que ponerse a trabajar repartiendo leche con un burro, guardando cochinos, y más tarde de ayudante de camarero en Málaga capital. Deseando salir de aquél panorama oscuro en cuanto terminó la mili se marchó a Madrid, dándose a conocer en un concurso para noveles, que convocaba Radio España.


Ganó el primer premio y le surgió su primer contrato para grabar un disco en compañía La Voz de su Amo, por el que le pagaron algo más de cien pesetas. Entre los temas que componían el disco estaban: El macetero y El agua del avellano, que bien pronto se fueron haciendo populares entre el gran público, que escuchaba las emisiones y programas radiofónicos de discos dedicados, y le abrieron las puertas del éxito que siempre había pretendido en el mundo de la canción.


Ya el año 1952, montó su propio espectáculo Así es mi cante, al que llevaba las mejores figuras de la copla y el cante, y con el que abarrotaba teatros y plazas de toros, con su voz prodigiosa y un falsete que prolongaba hasta límites insospechados.


Rodó su primera película, El Pescador de Coplas, con Marujita Díaz. Tras el éxito de esta cinta rodaría, El Cristo de los faroles, La hija de Juan Simón, Esa voz es una mina, Café de Chinitas, Malagueña, y Puente de coplas, entre otras muchas películas.


Fue creador de un estilo propio de cantar copla, basándolo sobre todo en la melodía de su voz cristalina y el portentoso aguante de pecho, que rozaba el minuto en algunas ocasiones. Dejó también grandes versiones de canciones para los anales de la historia de la copla: La estudiantina, Una paloma blanca, María de los Remedios, Soy minero, El agua del avellano, La hija de Juan Simón, El Cristo de los faroles, Malagueña, Yo quiero ser matador, entre otras muchas.


Antonio Molina fue padre de familia numerosa, casado con Ángela Tejedor desde 1951, casi todas sus hijas e hijos son artistas. Fue también amigo de sus amigos. Cuentan que en su casa de Madrid, siempre estaba la mesa puesta y la cocina funcionando, para las amistades que pasaban por allí como si fuese una fonda.


Al fallecer fue enterrado en el cementerio de Fuencarral (Madrid). Una estatua del artista, obra del escultor Santiago de Santiago, está colocada en el paseo marítimo Antonio Machado de Málaga desde 2002, inaugurada con ocasión del décimo aniversario de su muerte en un emotivo homenaje que reunió a la familia Molina prácticamente al completo.

jueves, 4 de junio de 2020

Muere Antonio Molina

Antonio Molina, uno de los grandes cantantes españoles, con más de mil títulos grabados y una enorme popularidad en los años cincuenta y sesenta, murió el día 18 de marzo de 1992 en Madrid, a los 62 años, a consecuencia de una fibrosis pulmonar, que padecía desde hace tiempo.

Antonio Molina.

Padre de una familia de actores formada por Ángela, Miguel, Paula y Mónica Molina, el intérprete de Soy minero y Adiós España querida fue enterrado en el cementerio del pueblo madrileño de Fuencarral.

El éxito le llegó a partir de 1956, con su espectáculo Garbo. Para entonces tenía 26 años, pero llevaba en los escenarios desde los 14, cuando ganó un concurso en Radio España de Madrid, intentando ser alguien en el cante. Sus comienzos habían sido extremadamente duros.

Cantante y cantaor de 62 años, no era, pues, Antonio Molina, un hombre tan viejo como muchos creerían, porque empezó a cantar siendo niño y se subió muy pronto al carro de la fama. Pero llevaba ya un tiempo retirado por la enfermedad. Antonio Molina de Hoces Castillo Hidalgo había nacido en Málaga en 1930.

Siendo niño, dos veces se escapó de casa y otras tantas hubo de volver llevado de la oreja por la Guardia Civil. A los ocho años ya trabajaba con unos ganaderos santanderinos. Después fue lechero, tapicero, camarero y albañil.

Quiso ser torero. "Creo que esa es la pasión más grande que he tenido y que tengo", decía. "No fui torero porque nunca tuve ocasión, aunque el valor creo que no me hubiera faltado".
A raíz de ganar aquel concurso de Radio España de Madrid, firmó un contrato con una casa discográfica de Barcelona por unos honorarios de 150 pesetas y los gastos de viaje. Pero nunca se arrepentiría, porque las grabaciones fueron una de la palancas decisivas en su gran carrera artística.

Durante lustros era raro poner cualquier emisora de radio en España sin que a los pocos minutos se oyera la voz de Antonio Molina. Después vinieron los grandes éxitos teatrales. Desde 1956 hasta 1967 recorrió España y América con compañías propias y espectáculos de enorme aceptación popular, que se titularon Cuna de coplas, Festival de cante flamenco, Cante y toros, La copla y el cante, Llegan los ídolos, Coplas al viento, Vendo alegría y Pregones de coplas.

Antonio Molina se inscribe artísticamente en ese grupo de figuras un tanto ambivalentes que se hacen igual a la canción que al cante. Él triunfó en ambas facetas, aunque tuviera más eco popular en la canción, pues fue ciertamente un gran cantante, con voz dulcísima y melodiosa, idóneo para el género de la tonadilla y el cuplé, que era el cauce por el que entonces se podía llegar a grandes masas de público.

Esa calidad de voz y su facilidad para comunicar con un público que le era incondicionalmente adicto le sirvieron para hacer un cante flamenco ligero, un tanto descafeinado, pero agradable y gratificante para quienes gustaban de sus canciones.

Por ello mismo, los estilos en que destacó, junto a otros nombres señeros del género, como Pepe Marchena, Valderrama, o La Niña de la Puebla, fueron aquellos de menor enjundia flamenca, como los fandangos y fandanguillos, y los llamados cantes de ida y vuelta, es decir, milongas, guajiras, colombianas.

Más de mil títulos grabados es un récord que pocos artistas españoles han logrado. También hizo varias películas de éxito, en la época en que estaba en la cumbre como cantante. Películas, algunas, de enorme aceptación popular, como aún hoy podemos constatar cuando son repuestas por la televisión: El pescador de coplas, La hija de Juan Simón, Café de Chinitas, Puente de coplas. Y Esa voz es una mina, que se convirtió en paradigma de su propio éxito personal.

Se retiró en 1967, joven aún, dedicándose a la vida familiar. Pero mantuvo siempre la añoranza por la vida del teatro y la canción. En 1986 hizo una reaparición fugaz en Madrid, sin continuidad.

jueves, 23 de mayo de 2019

El cantaor Antonio Molina

Con el estreno de su primer espectáculo flamenco en el Teatro Calderón de Madrid,  en 1956, titulado 'Garbo', se inicia la década prodigiosa del cantaor Antonio Molina de Oses Castillo Hidalgo, Antonio Molina de nombre artístico, nacido en Málaga el 9 de marzo de 1930, hasta su retirada prematura en 1967.

Antonio Molina.
A lo largo de toda su carrera llegó a editar más de 30 álbumes y más de 1000 canciones, siendo su mayor éxito la copla ‘Soy minero’. Consiguió grabar su primer disco gracias a que en 1949 se presentó a un concurso de Radio España, en el que resultó ganador, lo que le permitió grabar cuatro canciones con la compañía discográfica La Voz de su Amo, que lo contrató por tres años.

Recorre España y América en loor de multitudes con diferentes espectáculos, entre ellos 'Cuna de coplas', 'Vendo alegría' o 'Pregonero de coplas', cuyo éxito se alimenta asimismo de sus películas  como 'El pescador de coplas', 'Esa voz es una mina', 'La hija de Juan Simón', 'El Café de Chinitas' y 'Puente de coplas'.

Antes de su muerte en 1992 sólo reaparecerá en 1986 sin demasiado éxito, aunque la saga familiar con su apellido contribuye a prolongar su memoria. En los años de gloria nadie pudo competir con él, a pesar de las críticas sobre la pureza de su estilo.




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