La Real Fábrica de Hojalata de San Miguel, en las cercanías
de Ronda (Málaga) fue la primera fábrica de hojalata
de España y exponente de la industria española del siglo XVIII, catalogada dentro del Patrimonio Industrial de España.
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| Fábrica de Hojalata tras su rehabilitación. |
Su promotor fue
Miguel Topete Benegas, que durante años recorrió varios
países europeos y territorios americanos, con objeto de estudiar los
avances y adelantos tecnológicos e industriales del momento. Al
volver de ellos, llevó a la práctica la idea de implantar una nueva
industria en la Serranía de Ronda, para lo cual
solicitó al rey la introducción de la fabricación de hoja de lata,
totalmente novedosa en la península ibérica.
El monarca le otorgó
merced y privilegio para contar con una Real Fábrica de Hojalata,
ubicada cerca del río Genal, en donde se hallaba una rica
mina de hierro; aún se pueden contemplar sus ruinas en el sur de la
Sierra de Jarastepar, en el término de Alpandeire,
y cerca de Júzcar, a unos 12 kilómetros de Ronda.
En 1726 el militar
Miguel Topete y Venegas, I marqués de Pilares, obtuvo,
como ya se ha citado, un Real Privilegio de Felipe V para
producir hojalata en exclusividad para todo el reino, por un plazo de
15 años. Se construyó en el período 1726-1735, con una inversión
de 300.000 pesos. Durante el siglo XVIII en la zona occidental del
Reino de Granada se encontraban además, aunque de menor
tamaño, las fábricas de hojalata de Genalguacil y la de
Cortes de la Frontera.
A mediados de 1731
se encontraba en funcionamiento y tras ser diseñada por los suizos Meuron
y Duspaquier y dirigida durante veinte años por Cándido
Antonio Grimaldi Eligieri y Silva. Para ello, fue necesario traer
artesanos de Alemania, ya que el secreto de la proporción de
la aleación entre el hierro y el estaño para producir hojalata que
había sido descubierto en aquel país europeo.
Según cuenta la
leyenda, dichos técnicos salieron de su país en barriles, al estar prohibida la
salida de artesanos cualificados a fin de preservar los secretos del
estañado de la hojalata. En la Real Fábrica se producían
proyectiles para la artillería, hojalata y útiles de cocina.
Abarcaba todo el ciclo productivo, empleando magnetita de la mina El
Robledal, entre Igualeja y Parauta. Su
emplazamiento respondía a la necesidad de aprovechar la fuerza
hidráulica del caudal del río Genal, en su tramo de mayor
pendiente.
De acuerdo con el Catastro de la Ensenada de 1752
la práctica totalidad del agua de Pujerra e Igualeja
era destinada por el Real Privilegio a surtir a la Fábrica
de Hojalata imposibilitando su uso para el regadío de cultivos
con que abastecer a la población asentada en la zona de la Real
Fábrica. La madera empleada para alimentar con carbón vegetal los
hornos procedía de los montes en manos de la iglesia también de los
términos municipales de Parauta e Igualeja o de montes
privados de Ronda, ocasionando su deforestación.
Las instalaciones
abarcaban una gran extensión a ambas orillas del río Genal.
En la orilla derecha se encontraban el alto horno y la forja para el
afino, y en la izquierda las instalaciones para la laminación y
estañado, terminando completamente el producto. El conjunto lo
completaban canales, azud, edificios auxiliares, caminos, almacenes,
talleres y alojamiento de los trabajadores. Hasta 500 empleados llegó
a tener la fábrica, que trasportaba el material en lomos de camello
al ser animales de carga más adecuados que los mulos o burros.
Durante su existencia llegó a producir entre 5.000 y 10.000
toneladas de hierro colado.
A partir de 1743
comenzó su declive por el encarecimiento del transporte y falta de
caudal durante por el estiaje. Para 1788 no quedaban más que los
elementos de la fábrica más resistentes. Las avanzadas técnicas de
producción de la Real Fábrica de Hojalata San Miguel de Ronda
no tendrían igual hasta la llegada de la siderurgia malagueña y
regiones industriales del norte de España durante el primer
tercio del siglo XIX.
En 2018 produjo la
rehabilitación de las instalaciones de la Real Fábrica de
Hojalata de San Miguel que han permitido poner en valor la
trascendencia cultural e histórica de este establecimiento
industrial malagueño, que obtuvo el premio "Intervención en
el Territorio o en el Paisaje 2018" de la asociación
Hispania Nostra para la defensa, salvaguarda y puesta en valor
del Patrimonio Cultural y Natural Español.