Mastodon Málaga y sus historias: Serranía de Ronda
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lunes, 27 de octubre de 2025

El molino de aceite de Alpandeire

 

El Molino de Ríos de Alpandeire es un antiguo molino de aceite del siglo XVII. Se encuentra en un estado de conservación excepcional, y funciona como un centro cultural y centro de información turística. El molino, que se movía con la tracción animal, conserva la mayoría de sus elementos originales, como la rueda de piedra para moler la aceituna y una prensa para extraer el aceite. Se estima que tiene entre 200 y 300 años de antigüedad y es uno de los molinos más antiguos y mejor conservados de España.


Molino de Alpandeire.


En realidad se denomina como «Molino de Ríos» y está situado en el patio trasero de una casa solariega de la localidad. Su buen estado de conservación es debida a la colaboración de particulares y entidades locales. Las vigas de la estructura del tejado son de castaño y quejigo, de la Serranía de Ronda.

La masa de aceituna se trasladaba a capachos para ser prensada, lo que resultaba el aceite que se almacenaba en depósitos subterráneos. Como se ha señalado, a excepción del tejado, que ha sido reformado, el molino mantiene su configuración original.

Se ha convertido en un centro cultural y punto de información turística. En su interior se realizan exposiciones y es posible observar todo el funcionamiento original del molino.

martes, 25 de febrero de 2025

Los monfiés y la Sierra de las Nieves

 

Los monfíes fueron grupos de musulmanes andalusíes que, tras la caída del Reino de Granada en 1492, se refugiaron en las sierras y montañas de Andalucía, convirtiéndose en guerrilleros y bandidos. Eran, en su mayoría, moriscos rebeldes que resistieron la persecución y las conversiones forzadas impuestas por los Reyes Católicos y sus sucesores. Se dedicaban a atacar pueblos, asaltar caminos y hostigar a las autoridades cristianas.


Sierra de las Nieves.


La Sierra de las Nieves, fue uno de sus refugios principales, junto con otras zonas montañosas como la Alpujarra y la Serranía de Ronda. Gracias a su difícil orografía, los monfíes podían esconderse fácilmente, organizar emboscadas y resistir durante años. La resistencia morisca alcanzó su punto álgido con la rebelión de las Alpujarras (1568-1571), que terminó con la derrota de los moriscos y su expulsión definitiva en 1609.

El significado de la palabra monfí -del árabe munfi- es el de desterrado o exiliado. Cierto es que los monfíes -moriscos rebeldes y huidos de sus habituales lugares de residencia- estaban desterrados por propia voluntad, en un principio, por una causa noble como era la resistencia frente a la injusticia (las Capitulaciones habían sido rotas de manera unilateral por los conquistadores) y la opresión. Sus cuadrillas se veían forzadas a asaltar y robar, es decir a delinquir, como único medio de subsistencia en las agrestes e inaccesibles sierras donde habían buscado refugio.

Cuentan las crónicas castellanas que en la Sierra de las Nieves capturaron a 14 monfíes, naturales de Casarabonela y Tolox, que se disponían a saltear los caminos del Campo de Gibraltar, tras haber asolado algunos pueblos de la Serranía de Ronda. Al fin y al cabo, los monfíes no eran más que delincuentes para unos; bandoleros con un romántico halo de justicieros para otros.


jueves, 6 de febrero de 2025

La Chorrera de Balastar

 

En Faraján, en el corazón de la Serranía de Ronda, se puede visitar la ruta corta y bien señalizada las espectaculares Chorreras de Balastar. Tradicionalmente se ha aprovechado el agua del río Balastar para el riego de las huertas, y en un par de puntos el agua se precipita desde más de 20 metros de altura.


Chorrera de Balastar.


Al descubrir la Chorrera de Balastar se tiene la sensación de encontrarse frente a un tesoro escondido. Hay que situarse sobre la Colina de Don Fabrique, en Faraján, el “cisne blanco sobre un estanque de esperanzas”, como lo describió Ernest Hemingway.

Desde ese punto, hay que desviarse a la derecha de la calle principal, y en seguida aparecerán las huertas que cultivan sus vecinos, los árboles frutales, restos de un antiguo molino y también de canalizaciones y acequias que datan de la época musulmana.

Después el rugido del agua anuncia la llegada a la Chorrera, una cascada de más de diez metros sobre unos travertinos, en una zona abancalada cerca del nacimiento del Balastar. Un nogal ofrece allí su sombra para contemplar relajados la belleza del agua.

viernes, 15 de noviembre de 2024

Realistas contra constitucionalistas

 

En las Efemérides Malagueñas de Díaz Escovar se recoge un hecho, fechado el 26 de junio de 1822, del que se señala textualmente «A los gritos de ‘Viva Femando VIl, mueran, los Constitucionales’, se insurreccionaron algunos pueblos de la Serranía de Ronda».


Pedro Zaldívar.


Las partidas realistas fueron grupos guerrilleros absolutistas que se formaron en España durante el Trienio Liberal (1820-1823) para intentar derribar el régimen constitucional que surgió de la Revolución de 1820 y restablecer el poder absoluto del rey Fernando VII, es decir, constituyeron el brazo armado de la contrarrevolución.

Como señala el historiador Miguel Artola, «en noviembre de 1820 el monarca y los absolutistas habían superado las consecuencias del impacto psicológico de los pronunciamientos del primer trimestre y decidieron hacer frente de modo activo al proceso revolucionario».

El alférez Pedro Zaldívar, fue el jefe de la partida realista que actuó por la Serranía de Ronda y que incluso llegó a ser atacada por las fuerzas constitucionalistas encabezadas por Riego.

Zaldivar en 1822 había sido nombrado comandante de las partidas de Andalucía y, amplía su campo de acción por toda Andalucía la Baja y la Sierra de Ronda. A principios de agosto, el ejército constitucionalista crea columnas móviles provinciales que alcanzan la cifra de varios miles de hombres que se concentran en Ronda.

lunes, 30 de septiembre de 2024

La saca del corcho

 

Una de las imágenes más curiosas e impactantes de la Serranía de Ronda es la visión de sus montes cuando se está recolectando el corcho que forma parte de los rituales de la comarca. Antes de convertirse en la materia prima, el corcho debe extraerse del alcornoque o chaparro. Esta operación, que consiste en sacar el corcho del árbol sin derribarlo, se llama saca del corcho o descortezado. La saca del corcho es un arte ancestral que se rige por numerosas reglas.


Recolección del corcho en la Serranía de Ronda.


Para mantener la producción, la saca se realiza en una parcela cada nueve o diez años, y de esta forma cada año se trabaja en una de las 9 ó 10 parcelas (o pelas) en que se suele dividir la finca. Para no perjudicar la capacidad del árbol para regenerar su corteza y para no matarlo en caso de mal manejo, se extrae el corcho durante el periodo de crecimiento activo del árbol. Por eso, la saca del corcho se realiza entre mediados de mayo y fines de agosto.

A lo largo de su vida, los alcornoques son sometidos a varias sacas de corcho. De acuerdo con la edad del árbol, el corcho presenta diferentes características.

El primer descortezado se realiza en árboles de 25 a 30 años. El corcho así extraído es corcho macho que no puede usarse en la fabricación de tapones de corcho. Con su especial dureza e irregularidad, se suele utilizar para aislamiento o revestimiento. Al primer corcho arrancado se le llama bornizo y al tener menor calidad posee un precio inferior..

El segundo descortezado se hace nueve años más tarde. Esta saca permite extraer el corcho de primera reproducción. Éste, aunque menos duro que el corcho extraído la primera vez, no tiene la calidad necesaria para utilizarse en la fabricación de tapones. En la segunda saca se le denomina segundero y normalmente se transforma para realizar planchas.

El tercer descortezado y los siguientes siguen realizándose cada nueve años. Esta vez, el corcho, al que se califica de “hembra”, es uniforme por lo que es apto para fabricar tapones para la industria vitivinícola.

La saca de corcho exige paciencia y destreza. Es necesario recurrir a sacadores de corcho experimentados que manejan hábilmente el hacha para extraer el corcho sin dañar los alcornoques. Sabiendo que la saca de corcho no puede realizarse sino cada nueve años, es imprescindible cuidar a los árboles.

Los trabajos son realizados por los corcheros, cada uno especializado en una tarea. Los hacheros, con golpes certeros, sacan la pana; los rajadores la descarnan en trozos de similares dimensiones; los recogedores apilan las panas y las acercan a las acémilas para que los arrieros las carguen y transporten a los patios, donde las panas se pesan en la cabria.

La medida usada es el quintal castellano, que equivale a 46 kilos o 4 arrobas. Un chaparro está en condiciones de ser explotado a los 35-40 años aproximadamente.

jueves, 11 de abril de 2024

Sublevación de los moriscos

 

El 20 de mayo de 1570 por orden de Juan de Austria salió de Antequera Antonio de Luna al frente de dos mil quinientos infantes y cincuenta caballos de las milicias antequeranas para marchar hacia Ronda y unirse las tropas que allí había y atacar los moriscos sublevados.


Reino de Granada.


Tradicionalmente la historiografía ha prestado una atención prioritaria a la guerra de las Alpujarras, restando importancia a otros conflictos del reino de Granada de trascendencia semejante, merecedores de un auténtico análisis global.

En el caso de la serranía rondeña, el colectivo morisco de estas tierras se sumaría al conflicto en la primavera de 1570, tras las fatídicas operaciones de Antonio de Luna. Después de una fase de negociaciones, la guerra, enarbolada por los moriscos más violentos enraizados en la sierra frente a los moriscos rurales reducidos, sería dirigida por Luis Ponce de León, duque de Arcos, hasta comienzos de 1571.

Durante estos meses la falta de medios con que emprender el conflicto por parte de los moriscos condicionó una auténtica guerra de guerrillas en la que el dominio y conocimiento del territorio fue el principal aliado morisco.

El conflicto terminó con la expulsión de los moriscos de sus tierras. Sin embargo, la continuidad de cuantiosos colectivos refugiados en la sierra condicionó su pervivencia en un acusado bandolerismo que coincide cronológicamente con la nueva etapa repobladora.

Por una parte, cuantiosos colectivos de moriscos empezaron a cobijarse en la intrincada orografía de la sierra para alimentar la efervescencia del bandolerismo, lo que dio lugar a batidas militares para reducirlos. Tras un sangriento primer año de hostilidades, el contexto mediterráneo minó la moral de las autoridades. Los contactos y auxilios del norte de África eran conocidos, pero a comienzos del 1570 se produjo la caída de Túnez

Entonces la guerra daría un vuelco intenso. Los ejércitos de Juan de Austria, el duque de Sessa y Antonio de Luna arremetieron con una ofensiva que consiguió vislumbrar los primeros destellos de una victoria. Las divisiones en el lado morisco afloraron de forma intensa y mientras los enfrentamientos, de mayor o menos importancia, se iban sucediendo, parecía que la guerra había tomado un partido claro. Pero, la primavera y el verano trajeron un nuevo panorama. Los nuevos contactos con Argel fueron paralelos a la apertura de nuevos focos en Vélez-Málaga, Sierra Bermeja y la Serranía de Ronda.

En este contexto la expulsión de los moriscos se iba planteando como la solución efectiva para acabar con el conflicto y, en esta fase final las tierras rondeñas se sumaron al conflicto. En la zona rondeña, la actuación de Antonio de Luna supuso el precedente más inmediato para la inauguración plena del esclavismo en la serranía, practicado por la población de cristianos viejos, grupos de bandoleros y soldados, que se mantendría a lo largo de los diez meses que duró el enfrentamiento, alimentando el mercado esclavista con dirección a Málaga y la baja Andalucía. En la zona malagueña ya había sido practicado con anterioridad, desde 1569, con una especial incidencia al colectivo infantil, como han estudiado varios autores.


Fuente documental: La rebelión de los moriscos de la Serranía de Ronda (1570): génesis, operaciones bélicas y dimensiones de un conflicto residual de la guerra de las Alpujarras, Miguel Soto Garrido. Centro Superior de Investigaciones Científicas. Instituto de Historia

jueves, 18 de enero de 2024

Prosper de Mérimée y Ronda

 

Novelista e historiador francés nacido en París, Prosper de Mérimée es conocido, por sus relatos breves, en los que aborda temas como la violencia y la crueldad humanas: La Venus d’Ille (1837), Colomba (1840) y Carmen (1846), ambientada en una España exótica y romántica, convertida en una popular ópera por Georges Bizet. El interés de Mérimée por España fue mucho más allá de lo que Carmen trasluce, y su conocimiento de la geografía y el carácter españoles se fraguó a lo largo de siete viajes por España entre 1830 y 1864, de los que dejó una numerosa correspondencia, recogida en el volumen Viajes a España.


Fotograma de la película Carmen de Ronda.


Según los investigadores, la Serranía de Ronda encandiló a muchos escritores y viajeros, entre ellos, a Mérimée, ya que el verdadero mito de Carmen, encumbrado con la ópera de Georges Bizet, nació en la comarca rondeña, concretamente en el municipio de Gaucín. Gracias a la ópera de Bizet, la figura de Carmen se convirtió en el mito universal de la mujer libre española, ardorosa e idealista, mitad ángel y mitad diablo.

Según las misma fuentes, la verdadera Carmen, en la que se inspira Mérimée para crear su novela, no era ni sevillana ni trianera, era oriunda de la Serranía de Ronda. Su estancia como cigarrera en la Fábrica de Tabacos de Sevilla, donde arranca su historia de amor con José Lizarra, era absolutamente circunstancial.

Al parecer, Carmen se dedicaba al contrabando de géneros desde Gibraltar al interior de la Península y actuaba también como espía y facilitadora de atracos de la partida del Dancaire, que operaba en la serranía rondeña. Era una dedicación frecuente entre las mujeres serranas de la primera mitad del XIX, que subían desde el Peñón por las riberas del río Genal.

Se asegura que Mérimée creó el personaje de Carmen en 1845 basándose en varias historias. Por un lado, en la que le contó su gran amiga la condesa de Montijo en 1830, en su primer viaje a España, sobre la historia verídica de su propio cuñado, enamorado de una cigarrera; y, por otro, en la del personaje que termina matando a su amante bailarina por excitar de manera enfermiza y constante sus celos.

jueves, 13 de abril de 2023

El pueblo más pequeño de Málaga

Atajate, enclavado entre los valles del Guadiaro y el Genal, en la Serranía de Ronda, es un pequeño pueblo de casas blancas y de origen árabe. Atajate solo tiene 150 vecinos y por eso es conocido como el municipio más pequeño de toda la provincia de Málaga.


Rincón de Atajate.


Aún con tan pocos habitantes, Atajate cuenta con interesantes fachadas dieciochescas y varios atractivos monumentales que visitar. La iglesia de San José o de San Roque fue construida durante el siglo XVIII, pero sus líneas barrocas pertenecen a la reforma realizada un siglo más tarde. En el exterior aún se conserva parte de la portada de ladrillo de estilo renacentista, la muestra arquitectónica más antigua del municipio.

La Fuente-Lavadero es una verdadera muestra de la arquitectura popular de la Serranía de Ronda. Se trata de una construcción techada simple a la que acudían las mujeres a lavar. Otra fuente a destacar de Atajate es la de Barrio Alto.

En las calles de este municipio está un Museo Abierto del Mosto. A través de textos, ilustraciones y herramientas tradicionales, como una vieja prensa, se puede conocer el proceso de elaboración de esta bebida tan relevante en el pueblo. También, a través de murales cerámicos instalados en algunos edificios del pueblo, se narra cómo Atajate ha ido evolucionando histórica, política y socialmente a lo largo de los siglos.

Fragmentos de hachas hallados en cuevas próximas al pueblo confirman la presencia del hombre prehistórico en Atajate. Por el municipio también pasaron los romanos, que en su trasiego por estos contornos dejaron monedas y cerámicas. A partir de esa época, sin embargo, se produce un silencio histórico que se rompe con la llegada de los árabes. Fue en ese periodo cuando surgió la localidad, al abrigo de una fortaleza construida por los musulmanes en el Cerro del Cuervo.

Durante la invasión napoleónica, Atajate fue destruido por los ataques protagonizados por el ejército francés. Sus habitantes abandonaron lo que quedaba de sus viviendas y los bandoleros de la comarca convirtieron al pueblo en uno de sus refugios predilectos. Era aquí donde esos bandidos solían ocultarse tras asaltar las diligencias que cruzaban la Serranía de Ronda.

En el siglo XIX, una epidemia de filoxera acabó con las vides de la provincia de Málaga y con la pujante industria vitivinícola. Atajate no fue una excepción. Llegó a tener hasta una treintena de lagares, cuyos restos todavía son visibles. Aún quedan dos en activo y un tercero en desuso. Este último está incluido en el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía por poseer un antiguo sistema de prensado que lo hace único.


jueves, 30 de marzo de 2023

La Real Fábrica de Hojalata de San Miguel

 

La Real Fábrica de Hojalata de San Miguel, en las cercanías de Ronda (Málaga) fue la primera fábrica de hojalata de España y exponente de la industria española del siglo XVIII, catalogada dentro del Patrimonio Industrial de España.


Fábrica de Hojalata tras su rehabilitación.


Su promotor fue Miguel Topete Benegas, que durante años recorrió varios países europeos y territorios americanos, con objeto de estudiar los avances y adelantos tecnológicos e industriales del momento. Al volver de ellos, llevó a la práctica la idea de implantar una nueva industria en la Serranía de Ronda, para lo cual solicitó al rey la introducción de la fabricación de hoja de lata, totalmente novedosa en la península ibérica.

El monarca le otorgó merced y privilegio para contar con una Real Fábrica de Hojalata, ubicada cerca del río Genal, en donde se hallaba una rica mina de hierro; aún se pueden contemplar sus ruinas en el sur de la Sierra de Jarastepar, en el término de Alpandeire, y cerca de Júzcar, a unos 12 kilómetros de Ronda.

En 1726 el militar Miguel Topete y Venegas, I marqués de Pilares, obtuvo, como ya se ha citado, un Real Privilegio de Felipe V para producir hojalata en exclusividad para todo el reino, por un plazo de 15 años. Se construyó en el período 1726-1735, con una inversión de 300.000 pesos. Durante el siglo XVIII en la zona occidental del Reino de Granada se encontraban además, aunque de menor tamaño, las fábricas de hojalata de Genalguacil y la de Cortes de la Frontera.

A mediados de 1731 se encontraba en funcionamiento y tras ser diseñada por los suizos Meuron y Duspaquier y dirigida durante veinte años por Cándido Antonio Grimaldi Eligieri y Silva. Para ello, fue necesario traer artesanos de Alemania, ya que el secreto de la proporción de la aleación entre el hierro y el estaño para producir hojalata que había sido descubierto en aquel país europeo.

Según cuenta la leyenda, dichos técnicos salieron de su país en barriles, al estar prohibida la salida de artesanos cualificados a fin de preservar los secretos del estañado de la hojalata. En la Real Fábrica se producían proyectiles para la artillería, hojalata y útiles de cocina. Abarcaba todo el ciclo productivo, empleando magnetita de la mina El Robledal, entre Igualeja y Parauta. Su emplazamiento respondía a la necesidad de aprovechar la fuerza hidráulica del caudal del río Genal, en su tramo de mayor pendiente.

 De acuerdo con el Catastro de la Ensenada de 1752 la práctica totalidad del agua de Pujerra e Igualeja era destinada por el Real Privilegio a surtir a la Fábrica de Hojalata imposibilitando su uso para el regadío de cultivos con que abastecer a la población asentada en la zona de la Real Fábrica. La madera empleada para alimentar con carbón vegetal los hornos procedía de los montes en manos de la iglesia también de los términos municipales de Parauta e Igualeja o de montes privados de Ronda, ocasionando su deforestación.

Las instalaciones abarcaban una gran extensión a ambas orillas del río Genal. En la orilla derecha se encontraban el alto horno y la forja para el afino, y en la izquierda las instalaciones para la laminación y estañado, terminando completamente el producto. El conjunto lo completaban canales, azud, edificios auxiliares, caminos, almacenes, talleres y alojamiento de los trabajadores. Hasta 500 empleados llegó a tener la fábrica, que trasportaba el material en lomos de camello al ser animales de carga más adecuados que los mulos o burros. Durante su existencia llegó a producir entre 5.000 y 10.000 toneladas de hierro colado.

A partir de 1743 comenzó su declive por el encarecimiento del transporte y falta de caudal durante por el estiaje. Para 1788 no quedaban más que los elementos de la fábrica más resistentes. Las avanzadas técnicas de producción de la Real Fábrica de Hojalata San Miguel de Ronda no tendrían igual hasta la llegada de la siderurgia malagueña y regiones industriales del norte de España durante el primer tercio del siglo XIX.

En 2018 produjo la rehabilitación de las instalaciones de la Real Fábrica de Hojalata de San Miguel que han permitido poner en valor la trascendencia cultural e histórica de este establecimiento industrial malagueño, que obtuvo el premio "Intervención en el Territorio o en el Paisaje 2018" de la asociación Hispania Nostra para la defensa, salvaguarda y puesta en valor del Patrimonio Cultural y Natural Español.

jueves, 31 de diciembre de 2020

Domingo de Orueta, un geólogo malagueño

 

El día 1 de diciembre de 1880 el científico malagueño Domingo de Orueta Duarte, con tan solo 18 años, es admitido como miembro de la Sociedad Malagueña de Ciencias Físicas y Naturales.


Domingo de Orueta.


Orueta, nacido en Málaga en 1862, era hijo de Domingo de Orueta Aguirre y de Francisca Duarte y Andrés-Cardenal. En su ciudad natal estudió Química con Dionisio Roca Subirana, Geología con su padre y asistió a la Academia Sancha, dirigida por el ingeniero José María Sancha, además de haber tenido un período de formación en Inglaterra.


En 1880 ingresó en la Escuela de Minas, concluyendo su carrera en 1885 con el número uno de su promoción. Dos años más tarde, concretamente el 10 de enero de 1887, ingresó en el Cuerpo de Ingenieros de Minas. Fue discípulo de Lucas Mallada y José Macpherson.


Entre 1884 y 1885, fue profesor de Geología y Laboreo de Minas de la Institución Libre de Enseñanza. En 1885 publicó sus estudios sobre el terremoto de Andalucía de 1884-1885, adelantándose con ellos a las teorías geológicas de W. H. Hodss. En 1886 comenzó a ejercer su profesión como ingeniero en la Ferrería de Heredia de Málaga, pasando después a ser ingeniero en las minas de carbón de Orbó (Palencia) y director de las minas de carbón de Matallana (León).


El 19 de septiembre de 1886 casó con Manuela Castañeda Ramírez, con la que tuvo cinco hijos. Poco después de 1887 fue destinado a la Escuela de Capataces de Mieres (Asturias) y, al crearse en este centro la asignatura de Electrónica, le fue encomendada, permaneciendo en dicho encargo hasta 1913.


La independencia económica que sus empresas le permitieron pudo dedicarse plenamente a la investigación. De esa forma, hacia 1915 se trasladó a Madrid donde fundó su laboratorio de óptica y, en este sentido, hay que destacar sus aportaciones en torno a las técnicas microscópicas para la identificación de minerales, así como el uso de la fotografía en color.


Desde 1913 hasta 1917 estudió la Serranía de Ronda, continuando los trabajos emprendidos por su padre y Macpherson en aquella zona; los dos últimos años de trabajo recibió apoyo estatal al ser comisionado por el Instituto Geológico. Estos trabajos le permitieron demostrar la existencia de platino en proporción explotable y descubrir criaderos de níquel y cromo en Los Jarales y Sierra de Aguas.


Estos descubrimientos fueron dados a conocer por Orueta en una memorable conferencia celebrada en el Instituto de Ingenieros Civiles el día 10 de octubre de 1915. Falleció en Madrid el día 15 de enero de 1926.

jueves, 15 de octubre de 2020

La muerte de un bandido

 

El 31 de diciembre de 1932, al cabo de 31 días de persecución y lucha, la Guardia Civil mata en la Serranía de Ronda al bandido Flores Arocha. Uno de los guardias también murió.


El cuerpo de Flores Arocha fue trasladado hasta Marbella.

Flores Arocha había nacido en 1887 en Igualeja y casado con María Gil González. Su vida se ve complicada por el ansia de conseguir una finca que poseía su suegro y que él se empeñó en adquirir, sin embargo se la vende a un familiar cercano suyo que se llamaba Salvador.


En 1931 fue a ver al nuevo propietario para replantear la compra del terreno, este acababa de llegar a la finca con su hija de 18 años, se enredan en una discusión y Arocha, pistola en mano, se le dispara el arma accidentalmente, matando de manera fortuita en el acto a la hija de Salvador.


Desde ese desgraciado momento se convierte en un forajido y es perseguido por la Guardia Civil. Huye a la sierra, pero su afán por conseguir la finca se acrecienta en su soledad, y desde ese momento vivirá con la firme idea de alcanzar su objetivo sin que nada ni nadie sea capaz de detenerlo.


En 1932 vuelve a la finca fuera de sí y va matando a toda la familia. La mujer, los hijos y finalmente a Salvador, acto que según quienes lo conocieron bien siempre lamentó. Una de las hijas que tenía meses resultó herida pero sobrevivió.


Aproximadamente tres años más tarde volverá a protagonizar otro episodio con sus perseguidores que lo buscan de forma incansable. Según los propios del lugar, se acercó a un cortitjo de dos plantas, construido en el año 1930, cerca de donde se une el arroyo de Cruz con el del río Verde y estaba tomando café en la casa, cuando se percató de que por las cercanías pasaba una pareja de "migueletes" guardias civiles, que habían advertido que el zurrón y la escopeta del bandido se hallaban apoyadas en el umbral de la puerta.


Los civiles se van hacia el cortijo, cuando Flores, que tenía un especial olfato para detectar a los guardias, denota su presencia y rápidamente se abalanza hacia el trabuco y la emprende a balazos con los citadosmigueletes” que huyen hacia el río cercano.


Al pasar unas horas, vuelven los guardias y temerosos de que aún se halle el bandolero en el cortijo, toman como escudo humano a Francisca, hija de José Garcia propietario de la finca, que tenía 5 años. Tras entrar en el cortijo y cercionarse de que Flores se había ido, la emprenden a balazos con la fachada de la casa, para de esta manera buscar un enfrentamiento con el bandolero.


Flores vuelve a la sierra más solo que nunca y así vivió ocultándose hasta que en ese mismo año la Guardia Civil conoce su paradero y van a por él. Según se sabe fue un enfrentamiento largo y duro. Ofreció una fuerte resistencia y se negó repetidamente a rendirse. En el tiiroteo resultó muerto uno de los guardias, pero debido a la superioridad de estos logran cercarle y darle muerte. Tenía 35 años.

lunes, 25 de mayo de 2020

Arde Málaga

El año 1991 es uno de los más nefastos para los montes de la provincia, dado el efecto devastador de los tres fuegos registrados que acaban con más de 13.000 hectáreas de suelo forestal.

Parque Natural de la Sierra de las Nieves.
El más importante se declara el 8 de agosto en la Serranía de Ronda y necesitó cinco días para ser controlado. En realidad el fuego se desató en el Parque Natural de la Sierra de las Nieves.

El último frente en ser controlado fue el que afectó a la zona conocida como El Corchaíllo, en una de las áreas de la serranía más cercanas a la Costa del Sol. Este incendio fue el más grave de los registrados en Andalucía en las últimas décadas y las llamas calcinaron especies mediterráneas de alto valor ecológico, como pinsapos, quejigos, alcornoques, pinos piñoneros., encinas y castaños.

Los términos municipales más afectados fueron los de Tolox, donde ardieron más de 4.000 hectáreas, y Benahavis. Técnicos del Instituto Andaluz de Reforma Agraria (lARA) señalaron entonces que el fuego había sido provocado. En las tareas de extinción participaron casi 3.000 personas. En total, el fuego acabó con 8.000 hectáreas de pinos, encinas y alcornoques.

Los otros dos incendios de mayor importancia acabaron con otras 5.000 hectáreas de superficie forestal de las sierras de Almijara y Bermeja.